Cuando finalice la discusión en torno a la Ley Bases, que hace meses acapara el grueso de las negociaciones entre el Gobierno y la oposición y que entrará esta semana en sus fases finales del debate parlamentario, la Casa Rosada intentará avanzar con la incorporación de la Boleta Única de Papel, una iniciativa que ya tiene media sanción de la Cámara baja y que los estrategas políticos de La Libertad Avanza consideran “prioritaria” para el proyecto electoral de Javier Milei.
“Es un tema muy importante, prioritario”, aseguró una alta fuente oficial del gobierno que supervisa la agenda del oficialismo, abocada en estos días a las negociaciones por la Ley Bases y el paquete fiscal que la Casa Rosada quiere tener aprobados en las próximas semanas, antes de la convocatoria al simbólico Pacto del 25 de Mayo. “Todo marcha de acuerdo a lo previsto”, agregó la fuente a pesar de que, en estas horas, desde el propio gobierno reconocieron la posibilidad de que el proyecto en debate pueda ser modificado y devuelto con cambios a Diputados. El escenario en la Cámara alta es, en ese sentido, completamente incierto para el sistema político por los senadores del peronismo y de partidos provinciales que Milei debe reclutar en apoyo a la iniciativa.
Más allá de la Ley Bases y de la seriedad de la crisis en la microeconomía que, por la ferocidad del ajuste fiscal, castiga con fuerza a los sectores medios y medio-bajos, un sector del Gobierno trabaja con miras al 2025. En particular, la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, que tiene tanta o más influencia que el propio jefe de Estado en la marcha de la gestión, al menos en buena parte de los temas que no se circunscriben a la economía, el rubro al que el presidente le dedica exclusividad.
La funcionaria se apoya, en la construcción política, en un reducido grupo de colaboradores, entre los que sobresale Eduardo “Lule” Menem, su mano derecha, su persona de mayor confianza dentro del organigrama oficial, mucho más influyente y decisivo que Martín Menem, el presidente de la Cámara baja, y más cercano que Santiago Caputo, el asesor estrella de la Casa Rosada, que, según fuentes oficiales, también tiene entre sus prioridades la promoción del proyecto de boleta única. “Lule” Menem es uno de los que trabaja en ese sentido. Lo conversó, según trascendió, con funcionarios del Ministerio del Interior ocupados en la materia, e incluso con legisladores que lo visitaron en estas semanas. Quedaron, según confiaron, en intercambiar documentos alusivos.
Cuando convocó a sesiones extraordinarias, en diciembre pasado, Milei había incluido en el temario el proyecto de modificación del Código Nacional Electoral que establece la Boleta Única de Papel, que tuvo media sanción en Diputados en junio del 2022 y que, en enero de este año, tuvo dictamen de comisión con la firma de una docena de senadores de LLA, del PRO, de la UCR y del peronismo. Entre ellos, Pablo Blanco y Maximiliano Abad (UCR); Guadalupe Tagliaferri y Carmen Álvarez Rivero (PRO); Juan Carlos Pagotto (La Libertad Avanza); Edgardo Kueider (PJ), y Natalia Gadano, de la Alianza por Santa Cruz. Estos últimos son dos de los legisladores con los que el Gobierno intenta negociar en torno a la Ley Bases.
El proyecto había sido impulsado en el 2022, durante el kirchnerismo, por la diputada Silvia Lospennato, que trabajó junto a Emilio Monzó y un grupo de diputados hasta lograr la media sanción. Para eso, incorporaron el modelo cordobés, en el caso de la validación de los votos, y el santafesino, para los votos en blanco, y se garantizaron el acompañamiento de legisladores de ambas provincias.
“Fue el proyecto posible, no el ideal”, recordó uno de esos diputados. La iniciativa propone la celebración por parte de la Ciudad y de las provincias “de las elecciones provinciales y municipales de forma concurrente”.
La provincia de Buenos Aires, por ejemplo, es uno de los principales focos de atención de los estrategas libertarios. Hace un mes hubo, en ese sentido, una reunión que contó con la participación del consultor Rodrigo Lugones -de paso por Buenos Aires-, que sigue a diario el rumbo del proyecto de LLA desde Madrid. Quieren empezar a pensar en el proyecto bonaerense 2025. El diputado Diego Santilli, declarado ya abiertamente libertario, quiere tener un rol preponderante en el diseño de esa estrategia de cara al futuro. En el caso de la Ciudad, Karina Milei ya desembarcó con sus allegados. En su entorno aseguran que más temprano que tarde devolverá el gesto que le propinó Ramiro Marra cuando contraatacó en el bloque porteño en la Legislatura.
El Gobierno quiere aprovechar esa media sanción de Diputados del proyecto que tuvo su génesis en el despacho de Lospennato para volver a impulsarlo en el Senado una vez que se terminen las negociaciones por la Ley Bases, a pesar del riesgo que ofrezca, en ese contexto, el nuevo escenario político que quede al descubierto cuando baje la espuma y se reorganicen los diferentes espacios, atravesados por una serie de internas acumuladas, relacionadas con el posicionamiento público, y privado, con el oficialismo.
Es que, para el Gobierno, se trata de un tema relevante en su proyecto de mediano y largo plazo que, además, colabora con la construcción del relato cotidiano, en este caso por la impresión de boletas, uno de los rubros más costosos en el proceso electoral. En las elecciones del año pasado, el aporte del Estado concentró el 15% del presupuesto total. En el 2021 había sido del 11%.
“De aprobarse el proyecto, tiene que ser antes de noviembre, para llegar a las elecciones del año que viene, por el proceso de las licitaciones”, resaltó una fuente oficial.
Más allá del interés del Ejecutivo, desde el PRO y la UCR admitieron, sin embargo, que fue un tema que estuvo en la mesa de conversaciones durante el verano, y que después quedó archivado de las negociaciones por la Ley Bases, que cooptó la agenda pública. Fuentes del Senado dijeron, de todos modos, que hubo algunas charlas informales el último mes, pero sin ningún avance. Se intentó, por caso, insistir hace algunas semanas, pero no hubo quórum. Tampoco figura en la agenda de la vicepresidenta, Victoria Villarruel.
Para el Gobierno la implementación de la boleta única adquiere además una creciente importancia de cara al 2025 en el proyecto de Milei de engrosar los bloques libertarios en el Senado y en Diputados, para tratar de darle impulso a sus “miles” de reformas, porque impacta de lleno no solo en un rubro costoso como el de la impresión de boletas si no en la fiscalización, cuya logística se lleva buena parte del financiamiento negro de las campañas. El año pasado, estuvo a cargo de Karina Milei. El PRO debió lidiar con ella y los dirigentes dedicados a esa rama que tuvo fuertes chispazos internos.
La secretaria General es la cancerbera del proyecto de su hermano. Según sectores del PRO, es, además, una de las que analiza con cierto recelo una eventual fusión entre LLA y el partido fundado hace más de dos décadas por Mauricio Macri, que volverá a aterrizar en el país por estas horas -de viaje por Europa, se perdió, en la noche del jueves, el multitudinario festejo de cumpleaños de su amigo Daniel Angelici– y que prevé ser oficializado como presidente formal del PRO en las próximas semanas, en un acto que lo tendrá otra vez como protagonista central.
La funcionaria quiere que La Libertad Avanza tenga personería legal a nivel nacional. Para no depender de ningún socio. Necesita, para eso, tener el aval de la Justicia electoral en al menos cinco distritos, lo que le permitiría automáticamente inscribir el sello para presentarse con candidatos propios en la categoría nacional.
En el PRO ven con fastidio ese tipo de movimientos. También trascienden crecientes reparos con la gestión diaria. Jorge Macri, el primo del ex presidente, es uno de los que puede dar fe de la descoordinación entre ambas administraciones, cruzado además por la incomodidad de tener que interactuar con un gobierno nacional que funciona políticamente como un híbrido. Mauricio Macri, en su paso por la Jefatura de Gobierno porteño, tuvo un enemigo declarado: el kirchnerismo. Horacio Rodríguez Larreta, por el contrario, tuvo primero un gobierno nacional afín, con Macri, y después otra vez una administración con la que se enfrentó incluso en la Corte Suprema, con Alberto Fernández a la cabeza. Para el actual jefe de Gobierno, Milei no es ni una cosa ni la otra.
Por caso, el ex intendente de Vicente López aún no tuvo ninguna solución por el fallo de la Corte que obliga a Milei a devolverle la porción de la coparticipación que Fernández le podó a Rodríguez Larreta en septiembre del 2020. Junio es el mas bisagra.
En el caso de su primo, es bien consciente de que la marcha de la gestión, más allá del plano macroeconómico, que apoya abiertamente, no brilla por su eficiencia. Es lo que trasciende de sus charlas privadas. Sí tiene plena coincidencia en el caso del fútbol, en la insistencia por la implementación de las sociedades anónimas: Macri colocó para eso a Julio Garro en Deportes. El diplomático Ernesto Gaspari, que maneja administrativamente la Cancillería, muy cercano al ex mandatario, fue designado recientemente como representante de ese ministerio en la Conmebol.
Macri cree que Milei debe aceitar el gabinete. Puertas adentro se habla de posibles enroques. Hay trascendidos para todos los gustos. Algunos tienen a “Lule” Menem como protagonista.
En lo inmediato, sí se esperan movimientos inminentes en algunos ministerios. Por ejemplo, en Salud: según confiaron a Infobae, la administración de esa cartera que lidera solo en los papeles el ministro Mario Russo quedará próximamente en nuevas manos. Es decir, una intervención en la caja de esa cartera que tiene múltiples interesados.