En décadas pasadas, acceder a un préstamo bancario requería varios trámites que no solo gastaban mucho tiempo, sino también, la necesidad de contar con varios requisitos que impedía que solo un porcentaje de la población de un país pudiera acceder al crédito y sus beneficios.
Este fenómeno cambió con la llegada de los dispositivos electrónicos y de la industria fintech, que surgieron como una alternativa para atender a ese sector que nunca había podido acceder a un préstamo, ni mucho menos a un crédito para una vivienda o de estudio. Ahora, solo con poseer un celular, solicitar dinero puede hacerse en cuestión de segundos.
Con el auge de la tecnología han salido varias plataformas móviles enfocadas en esta función, que no colocan requisitos más allá del número de identificación y el número de teléfono para comenzar a recibir pequeños montos a cambio de bajos intereses, y sin la necesidad de recurrir a un punto físico para retirar.
Cómo pedir prestado 100 dólares desde el celular
Existen varias fintech y aplicaciones que permiten acceder a pequeños montos de dinero sin requisitos más allá del número de identificación y un número de teléfono. En el plano colombiano, plataformas como Monet ofrecen montos que van desde los $50.000 (12 dólares) hasta los $500.000 (120 dólares) para quiénes que reciban desde un salario mínimo.
Estos microcréditos, se realizan en menos de cinco minutos desde la app móvil, y de acuerdo con Monet, se distribuyen en todos los departamentos del país, siendo las ciudades donde más se solicitan microcréditos: Bogotá, Barranquilla, Medellín, Cartagena y Cali.
“Nosotros usualmente estamos dando créditos a personas que conforman la base de la pirámide, que son estratos bajos que usualmente están reportados o no tienen historial crediticio o han sido excluidos del sistema financiero”, afirmó María Camila Fajardo, líder de inclusión financiera de Monet.
Hay que tener en cuenta que acceder a este tipo de préstamos de bajo monto no reemplaza el método tradicional, sino que genera una convergencia más viable.
De acuerdo con Fajardo, “queremos mejorar el historial crediticio de las personas y que más adelante ellos mismos puedan acceder en una entidad tradicional para solicitar un crédito de vehículo, de educación, de vivienda, y realmente puedan garantizar su prosperidad”.
En Infobae realizamos un especial sobre un análisis con expertos del sector sobre: cómo el país está trabajando en generar puentes que incluyan a más personas en el sistema financiero y reduzcan los costos de transacción.
Cómo es la adopción del uso de aplicaciones financieras
En el caso de Colombia, este territorio como muchos de Latinoamérica ha hecho una transición progresiva hacia el entorno digital, con varias fintech trabajando para incluir a más personas en el sistema financiero.
Según datos de Minsait Payments, los pagos sin contacto están ganando popularidad, con alrededor de 4 de cada 10 personas prefiriendo esta modalidad.
Por su parte, The Global State of Digital Payments and Fintech: Voice of the Consumer, señala que la adopción de pagos electrónicos es alta entre jóvenes, con un 90% en la Generación Z y 91% en Millennials que se relaciona con el uso frecuente de billeteras digitales.
Estos números reflejan que cada vez más la población se está direccionando a un punto donde los pagos digitales pueden ser la manera en que aquellos que no tenían la posibilidad de acceder a los beneficios de las entidades bancarias, tener la posibilidad de acceder a un préstamo desde su dispositivo móvil.
Cómo se cierran las brechas de inclusión financiera en Colombia
Según el último informe anual de Inclusión Financiera de la Banca de las Oportunidades y la Superintendencia Financiera, las poblaciones con menos acceso a crédito son: los jóvenes entre los 18 y 25 años (22%), adultos mayores de 65 años (29%), las mujeres (33%), y los residentes de zonas rurales del país (20%).
Todas estas estrategias desde el sector público y privado sirven para cambiar el paradigma social y del ecosistema financiero que propone desafíos de acceso a las mujeres, en los cuáles destacan, según el informe de Inclusión Financiera:
La creencia de que el acceso a un crédito es más complicado para ellas, los rechazos recurrentes en cada solicitud, y en caso de aprobación de un crédito solo poder acceder a un menor valor a comparación de los hombres.