Cómo funciona el reconocimiento facial en estadios: esto es lo bueno y lo malo de esta tecnología

Imagenes que representan la emoción del futbol - (Imagen Ilustrativa Infobae)
El reconocimiento facial está pensado para facilitar el ingreso a los estadios y mejorar la experiencia de los hinchas, aunque hay críticas sobre la violación a la privacidad. (Imagen Ilustrativa Infobae)

En los últimos años, los estadios deportivos en Estados Unidos han comenzado a adoptar tecnologías de reconocimiento facial como una forma de modernizar la experiencia de los aficionados y tener más opciones de seguridad, como ya funciona en Europa.

Sin embargo, esta innovación no está exenta de polémica, ya que plantea preocupaciones sobre la privacidad y el potencial uso indebido de los datos personales.

Cómo funciona el reconocimiento facial en los estadios

El reconocimiento facial es una tecnología que identifica o verifica la identidad de una persona mediante el análisis de sus rasgos faciales. En el contexto de los estadios, los aficionados pueden registrarse en aplicaciones como MLB Ballpark o utilizar quioscos instalados en las entradas de los recintos. Por ejemplo, los Mets de Nueva York utilizan desde 2021 el sistema de Wicket para su programa Mets Entry Express, que permite a los usuarios escanear sus rostros para entrar rápidamente al estadio.

Lo futbolístico y la emocionalidad van de la mano, pero pasa en otros ámbitos en los que se ha inculcado que en la sociedad se tiene derecho a todo - crédito Colprensa
El reconocimiento facial está pensado para facilitar el ingreso a los estadios y mejorar la experiencia de los hinchas, aunque hay críticas sobre la violación a la privacidad. (Colprensa)

El proceso es simple: los aficionados que desean participar deben descargar una aplicación, como la de la MLB, y subir una selfie. Esta imagen se compara con la que se toma en el quiosco de entrada, lo que permite el acceso en cuestión de segundos. Esta tecnología, según los proveedores, es 100% opcional y los datos no se comparten ni venden a terceros.

Empresas como Wicket y Alcatraz AI argumentan que sus sistemas no solo mejoran la experiencia del evento al reducir los tiempos de espera, sino que también fortalecen la seguridad en los recintos. En el BMO Stadium de Los Ángeles, por ejemplo, el sistema de Alcatraz AI se utiliza para la entrada y restringir el acceso a áreas sensibles, como las instalaciones de entrenamiento.

Beneficios del reconocimiento facial en los estadios

Las empresas de reconocimiento facial destacan varios beneficios de su tecnología en los estadios deportivos. Uno de los más obvios es la eficiencia en el control de acceso. Con el reconocimiento facial, los tiempos de espera para ingresar a un estadio se reducen drásticamente, ya que elimina la necesidad de presentar boletos físicos o digitales. Este sistema no solo agiliza la entrada, sino que también facilita la compra de alimentos y bebidas dentro de los estadios.

El reconocimiento facial está pensado para facilitar el ingreso a los estadios y mejorar la experiencia de los hinchas, aunque hay críticas sobre la violación a la privacidad. (EFE/Erik S. Lesser)
El reconocimiento facial está pensado para facilitar el ingreso a los estadios y mejorar la experiencia de los hinchas, aunque hay críticas sobre la violación a la privacidad. (EFE/Erik S. Lesser) (ERIK S. LESSER/)

Además, los defensores de esta tecnología argumentan que mejora la seguridad. Al permitir un control más estricto de quién entra y sale del recinto, los sistemas de reconocimiento facial pueden ayudar a prevenir la entrada de personas no autorizadas o que representen un riesgo, como ha sido el caso en el Caesars Superdome de Nueva Orleans. Por ejemplo, se utiliza para gestionar el acceso de los jugadores y el personal sin necesidad de credenciales físicas.

Los riesgos de usar reconocimiento facial en estadios

A pesar de las ventajas, la implementación del reconocimiento facial en los estadios ha generado fuertes críticas, principalmente en lo que respecta a la privacidad y el uso indebido de datos. Activistas y expertos en privacidad señalan que estos sistemas pueden ser una puerta abierta para la vigilancia masiva y el abuso de poder.

Un ejemplo claro de estos riesgos se encuentra en el Madison Square Garden de Nueva York, donde la tecnología de reconocimiento facial se ha utilizado para prohibir la entrada a personas específicas, como abogados involucrados en litigios contra la empresa propietaria del recinto.

En uno de los casos más sonados, un abogado fue expulsado de un partido de los Knicks en diciembre de 2022 tras ser identificado por el software de reconocimiento facial del MSG. Este tipo de uso de la tecnología ha sido calificado por críticos como un ejemplo de venganza y retribución, en lugar de una medida de seguridad.

Activistas protestaron frente a Citi Field en Nueva York contra el uso de escáneres faciales para la venta de entradas y la recolección de datos biométricos. (Kat Tenbarge/NBC News)
Activistas protestaron frente a Citi Field en Nueva York contra el uso de escáneres faciales para la venta de entradas y la recolección de datos biométricos. (Kat Tenbarge/NBC News)

Otro riesgo importante es la discriminación y los errores en la identificación. Investigaciones han demostrado que los sistemas de reconocimiento facial son más propensos a cometer errores al identificar a personas de color y otros grupos minoritarios.

Un estudio realizado por la ACLU en 2019 reveló que el software de reconocimiento facial utilizado en las ligas deportivas de Massachusetts identificó erróneamente a 27 atletas profesionales al compararlos con fotos de fichas policiales. Estos errores pueden tener consecuencias graves, especialmente si los datos se utilizan para tomar decisiones sobre quién puede o no ingresar a un estadio.

Además, los expertos en privacidad advierten sobre la falta de transparencia en cómo se manejan y protegen los datos recopilados por estas tecnologías. Solo algunos estados, como Illinois, Texas y Washington, han promulgado leyes que regulan el uso del reconocimiento facial. En Illinois, por ejemplo, la Ley de Privacidad Biométrica exige que las empresas obtengan el consentimiento informado por escrito antes de utilizar esta tecnología. Sin embargo, en la mayoría de los estados, estas regulaciones no existen, lo que deja a los usuarios expuestos a potenciales abusos.