El Gobierno chino ha retrasado el lanzamiento del sistema de conducción autónoma total de Tesla en el país por problemas derivados del reconocimiento de la cartografía y la seguridad de los datos que recogen y almacenan los vehículos, según avanzan medios locales este viernes y recoge Europa Press.
El fabricante estadounidense de vehículos eléctricos cuenta con el beneplácito del Ejecutivo de Xi Jinping para probar en sus carreteras algunas de las funciones del conducción autónoma de sus coches. Sin embargo, el lanzamiento oficial se enfrenta a varios obstáculos por el hecho de que todavía no se ha aprobado ningún sistema de conducción autónoma total para su uso en carreteras abiertas, ni siquiera a los fabricantes de vehículos nacionales.
Este bloqueo se produce seis meses después de que el director ejecutivo de Tesla, Elon Musk, en un debate con los principales responsables políticos del país, solicitara el consentimiento para estrenar su servicio de robotaxis en la China continental, su segundo mercado más grande después de Estados Unidos, a fin de probar el paquete avanzado de asistencia al conductor de Tesla.
Y es que según avanzó Tesla AI, la filial de la automovilística encargada de supervisar el desarrollo de su software de conducción autónoma, hace unas semanas en su perfil de X, la compañía planea implementar este sistema en Europa y China durante el primer trimestre de 2025, a pesar de que todavía se encuentra pendiente de la aprobación regulatoria.
El precio oficial de lanzamiento del sistema de conducción autónoma de Tesla será de unos 64.000 yuanes (algo más de 8.300 euros) al año.
ETERNA PROMESA
El denominado sistema de conducción autónoma total de Tesla ha sido uno de los pilares clave del crecimiento de la compañía durante los últimos años, hasta el punto de hacer de la automovilística una empresa más centrada en el desarrollo de la inteligencia artificial y esta tecnología autónoma que de mejorar el chasis de los coches.
Sin embargo, a pesar de su nomenclatura, el ‘Full Self Driving’ no es capaz de hacer de los coches vehículos totalmente autónomos, ya que los conductores siguen necesitando estar pendientes de sentarse al volante y mantener la vista sobre la carretera, así como tomar el control del vehículo cuando sea necesario.
Desde 2016, Musk ha prometido a los inversores que Tesla ofrecerá en algún momento la tecnología capaz de hacer que los coches se conduzcan solos, aunque hasta ahora las limitaciones regulatorias y técnicas le han impedido alcanzar estos objetivos.