Un tribunal de la ciudad de Córdoba sentenció el lunes a Hugo Matías Albarracín a prisión perpetua por el asesinato de Agustina Serenari, de 22 años, durante un robo de motocicleta en noviembre de 2022.
Durante las audiencias, el ayer condenado, acusado de homicidio criminis causa, no admitió su culpabilidad durante el juicio, a pesar de las grabaciones de seguridad y los testimonios que lo incriminaban.
Albarracín fue arrestado tres días después del hecho en una serie de allanamientos en el mismo barrio y ha estado en prisión en la cárcel de Bouwer desde entonces. Ayer, el juicio con jurado popular en la Cámara Primera del Crimen culminó con su condena tras la cual familiares de la víctima expresaron su alivio, agradeciendo el papel de la Justicia.
Según informó el portal ElDocetv, la investigación de la fiscal Milagros Gorgas determinó que Albarracín fue quien la ejecutó de un tiro a quemarropa en el pecho cuando la víctima intentaba aferrarse hasta último momento a su vehículo. Fue en medio de forcejeos y golpes que el motochorro la ultimó de un disparo en plena vía pública.
Por su parte, el cómplice de Albarracín, David Garibaldi, fue detenido tres meses después del crimen. Este fue quien conducía la moto durante el asalto, confesó su participación la semana pasada durante las audiencias y pidió disculpas. Ahora se espera que enfrente un juicio abreviado en la Cámara Segunda del Crimen de Córdoba, con una posible condena de 15 años de prisión por homicidio en ocasión de robo.
Cabe recordar que el asesinato de Agustina Serenari, ocurrido en la madrugada del 26 de noviembre de 2021, fue captado por cámaras de seguridad y conmocionó al barrio Argüello Lourdes en la ciudad de Córdoba.
La víctima, de 22 años, llegó en su moto a una despensa en la calle Fangio al 8100 para realizar algunas compras y al emprender el regreso, fue emboscada por dos motochorros.
Las grabaciones muestran a Garibaldi esperando en la moto mientras su cómplice, Albarracín, cargaba un arma, saltaba a la vereda y se abalanzaba sobre la joven.
El asalto ocurrió en segundos. Serenari recibió un golpe en el rostro que la derribó. Fue allí que Albarracín intentó arrebatarle la moto, pero ella se resistió con todas sus fuerzas y en respuesta a ello, el delincuente comenzó a patearla antes de dispararle a quemarropa. Luego, ambos malvivientes huyeron en la oscuridad y la joven que fue encontrada gravemente herida fue trasladada en una ambulancia al Hospital de Urgencias donde murió momentos después.
La joven, que estudiaba para ser maestra de nivel inicial y contadora, tenía planes de formar una familia con su pareja desde 2019. Su asesinato provocó una fuerte reacción en la comunidad, que exigió justicia y fue la presión social lo que impulsó a la Policía provincial a capturar a los responsables. Ambos, fueron arrestados y por eso enfrentaron procesos judiciales por su participación en el crimen.
Y pocos días atrás, otro hombre fue condenado a prisión perpetua. En este caso, por el asesinato de Marcelo Longhi, el presidente del Club Vicente López ocurrido el 13 de enero de 2022.
Dos días después, Pablo Achard lloró desconsoladamente sobre el cajón de su mejor amigo. Su cara de tristeza era la de alguien que había perdido a un ser querido. Era el 15 de enero del 2022 y una gran cantidad de gente se había congregado en el velorio del presidente del club.
Mientras Achard se mostraba acongojado por la pérdida de su amigo, la Justicia de Lujan investigaba quién había sido el asesino. Cuatro meses más tarde llegó la respuesta, poco más de dos años después, la condena a perpetua.
Achard, ese amigo que lloraba en el velorio y hasta llegó a tirarse sobre el cajón de Longhi, fue detenido y acusado del homicidio en abril de ese 2022. La Justicia lo endilgó haberle roto el cuello en un campo que arrendaban juntos en la localidad de Tomás Jofre. Junto con él, fue apresado el casero del campo, Ramón Flores, como cómplice del crimen.
Los detenidos trataron de negar la imputación, se culparon mutuamente, dieron declaraciones insólitas y hasta existió una grabación donde uno le pedía al otro que se tome la responsabilidad del asesinato a cambio de dinero. A pesar de todo esto, los dos fueron condenados a prisión perpetua por el homicidio agravado por alevosía de Longhi.