Luego de haber padecido abusos intrafamiliares en su infancia y violaciones en su adolescencia, Carolina se autodefine como “una sobreviviente”. En una charla honesta en Realidades, cuenta cómo aprendió a vivir con esas traumáticas experiencias y seguir adelante. Hacer terapia, confiesa, fue crucial para su recuperación, y hoy vive de su trabajo como actriz y de crear contenido para distintas redes sociales y para OnlyFans.
“Fue difícil reconectar con los hombres. A mí me costó mucho volver a aprender a quererlos”, afirma. Con 20 kilos menos, hoy se encuentra focalizada en la actuación y en pleno cambio a una vida saludable, disfrutando del proceso.
Reflexionando sobre su camino y sus aprendizajes, Carolina sostiene: “El body positive es una mentira y ser gordo no es tu culpa”, asegura. “Ser gordo es el resultado de lo que vos sos por todas las cosas que te pasaron”, asegura.
— Las personas que consumimos redes te conocemos, pero para los que no te conocen ¿quién sos?
— Soy una actriz, soy una persona que habita un cuerpo gordo, soy una mujer, soy una sobreviviente.
— ¿A qué sobreviviste?
— Al abuso intrafamiliar y a varias violaciones, también. Fui abusada por una persona de mi círculo, desde los 4 años más o menos hasta los 6 y después por otra desde los 6 hasta los 13, 14.
— ¿Y las violaciones a qué edad fueron?
— Una a los 18 y otra a los 20.
— ¿Y cómo se sigue después de eso?
— Mucha terapia. Seguí porque tuve también una mamá muy fuerte, una mamá que me defendía ante todo, y cuando se enteró me alejó lo más que pudo de estas personas, una de las cuales era mi papá.
— ¿Vos le contaste los abusos a tu madre?
— Sí. La primera vez se enteró porque mi papá me amenazaba, me decía que la iba a matar si yo le contaba y yo de chiquita lo hablé…
— ¿Y cómo siguió tu vida en la adolescencia?
—Fue difícil volver a reconectar. A mí me costó mucho volver a conectar con los hombres, quererlos, aprender a quererlos, a ser amiga de ellos, poder generar un vínculo con un hombre me costó mucho.
Y sigo también porque soy muy fuerte, sigo porque aprendí a ser una sobreviviente, aprendí a vivir con lo que me pasó, sigo porque la vida me enseñó que a veces te da estos golpes pero hay que seguir, hay muchas cosas lindas por las que vale la pena vivir y que no todas las realidades son así, que lo que a mí me pasó fue algo que pasó y que no tiene por qué marcarme el resto de mi vida.
— Sos una sobreviviente. ¿Cómo es tu presente hoy? ¿De qué trabajás?
— Hoy soy actriz, tengo varios trabajos, soy multifacética… Actualmente, estoy trabajando como creadora de contenido, trabajo para la página Azul, para “OnlyFans”, trabajo con Facebook también, monetizo a veces por mes, y laburo con las redes sociales, cuando me contratan de una marca para hacer publicidad, esas cosas.
— ¿Cómo nació la Carolina actriz? ¿cómo llegaron las redes?
— Bueno, mucho tuvo que ver con el boom que tuve en redes. Yo decidí jugármela por la actuación, dije “esto es lo que quiero hacer toda mi vida, yo no quiero estar en un call center, tener 40 años y seguir laburando de eso”, no porque esté mal, sino porque no era lo que quería para mí. Yo vivía de un laburo que no me gustaba, haciendo trabajos de oficina que no me gustaban, y elegí cambiarlo por lo que siempre soñé, actuar, yo hoy hago lo que amo, no viviré tirando manteca al techo pero vivo de la actuación.
— ¿Cómo dejaste el call center?
— Bueno, fue así: me echaron del call center por reducción de personal y yo dije “voy a guardar toda la plata que tengo, la voy a separar por mes, y con esa plata me voy a dedicar a enfocarme en la actuación”. A los dos meses me salió un trabajo para hacer dos cortos, salen los cortos y se hicieron re conocidos.
“Aprendí a ser una sobreviviente, aprendí a vivir con lo que me pasó.”
— Hablemos de la exposición. ¿Cómo te llevás con la mirada de la gente? ¿cómo son las redes?
— Las redes son fuertes, son intensas, tenés que estar muy preparado psicológicamente para poder afrontarlas. Yo recibo mucho hate, muchísimo hate, por el simple hecho de ser gorda, es como que la gente está empecinada en decirme “gorda, gorda, gorda, gorda”, como si yo no me mereciera cosas, o invalidarme porque soy gorda, y no es así. Pero después hay gente muy linda, hay gente que te dice cosas como: “por vos me animé a ponerme una remera que me gustaba”, “por vos empecé a…”. Yo ahora estoy en un tratamiento que tiene que ver con el proceso de bajar de peso y mucha gente se copó con mi tratamiento, y me sigue cuando voy al gimnasio y me dan ánimo o me dicen: “Caro, por vos empecé a ir al gimnasio de nuevo”, porque yo grabo cuando tengo un ataque de pánico antes de ir al gimnasio, me grabo en el gimnasio y cosas así, y la gente reacciona, como que absorbe todo eso que vos les das.
— Dijiste que hay que ser muy fuerte para estar en redes, ¿qué es lo que más te molesta de las redes, además del hate?
— Me jode cuando amenazan, tipo “ojalá que te violen” o “deberías agradecer si alguien te viola”, esos mensajes me los han mandado. O me pone nerviosa cuando me dicen “te vi en tal lado, sos una gorda no sé qué” y opinan sobre mí porque pueden, porque es gratis, cosas despectivas. Pero después la verdad “joderme”, que uno dice “que me joda”, y no, son gente que habla porque el aire es gratis y porque pueden.
— ¿Cómo es ser gordo hoy en Argentina?
— Es difícil. Imaginate que la ley de talles quedó en la nada, cuesta encontrar ropa para vestirnos, la discriminación que hay es muy alta, el argentino está muy acostumbrado a pisotear al otro, está muy acostumbrado a decir “che, gorda” de forma despectiva, no es fácil.
— Actualmente estás realizando algún tratamiento…
— Sí, es un balón que va en el estómago, se llama “Proyecto Embrión” y no es con operación… Tiene el tamaño como de un tampón y vos te lo tragás, queda con una partecita, un hilito afuera de la garganta, y por ese hilo lo llenan con un líquido, te hacen una radiografía para ver que esté todo bien, tiran de ese hilo, si está todo bien, y queda cerrado automáticamente tu estómago. Entonces, vos tenés un balón que está ocupando espacio en tu estómago que te da la sensación de saciedad.
— ¿Cuándo decidiste hacer el tratamiento?
— Cuando junté la plata para operarme y me di cuenta de que no quería operarme.
— ¿Por qué no querías operarte?
— Porque la mayoría de la gente que conozco que se operó, se hizo el baipás gástrico, falleció, toma pastillas de por vida, lastimó un órgano que estaba sano… no quería operarme, no quería pasar por cirugía. Y esto es una opción que me ayuda, tengo todo el equipo interdisciplinario a mi favor, entonces dije: “Me lo hago acá”. Ya bajé 15 kilos con el balón, y 5 con ayuda de mi nutricionista, diabetóloga.
“La ley de talles quedó en la nada.”
— Cuando la balanza marca 15 kilos menos, ¿cambia tu vida?
— Obvio, te cambia la vida, sí. Yo, por ejemplo, tenía atracones casi todos los días o todas las semanas, ahora si me llego a dar un atracón es una vez cada tanto y porque tuve un ataque, una crisis, y sé diferenciarla, sé tratarla y sé manejarla, tengo las herramientas necesarias que me dio la terapia para poder tratarla.
— ¿De qué herramientas hablamos que antes no conocías?
— Ser consciente. Antes comía sin pensar, comía cualquier cosa, no me importaba la calidad de mis alimentos. Ahora me preocupa qué es lo que voy a comer, no porque a un gordo no le preocupe lo que va a comer, sino que en mi caso era esto. En mi caso yo, por ejemplo, toda mi familia cercana falleció, con lo cual me costaba mucho sentarme a comer la cena, entonces ese momento lo quería pasar rapidísimo, deglutía, deglutía, no pensaba, me llenaba de alimentos, me iba a dormir con la panza llena y no lo saboreaba, no lo disfrutaba. Hoy, gracias al tratamiento, me siento, lo romantizo, disfruto lo que como, soy consciente, me enseñó a poder conectar con la comida de una forma sana, de una forma linda.
— Esto sentís que es para siempre.
— Vos imagínate que el gordo, yo por lo menos, tenía una adicción a la comida, era una adicción, cuesta mucho eso y todo el proceso que yo vengo haciendo me llevó, no sólo a poder controlarme, sino a poder disfrutarlo, gozarlo.
— Es importante la palabra “proceso”, porque uno cree que si no bajás 10 kilos de un día para el otro, fracasaste. En este proceso, ¿qué cosas de la Carolina anterior ves como malas?
— Bueno, Carolina se golpeaba mucho, se echaba la culpa de todo.
— ¿Por ejemplo? ¿qué culpa?
— Pensaba “ser gorda es mi culpa”, y ser gordo no es tu culpa, ser gordo es el resultado de lo que vos sos por todas las cosas que te pasaron. Yo capaz que comía porque había sido abusada y no, hay que aprender a separar las cosas. Yo capaz que comía porque no encontraba ropa y no encontrar ropa me hacía comer.
“Hoy en las redes no digo que sí a nada que tenga que ver con mi cuerpo, como hacía antes.”
— ¿Cómo sigue tu vida ahora, en este proceso de cambio? ¿cuál es tu sueño? ¿qué te gustaría hacer?
— Mi plan es seguir laburando de actriz, actuar, ahora tengo una obra que se viene, estoy super contenta, y también voy a estar grabando ficción dentro de poco, pero no puedo decir mucho. Contenta, enfocándome en lo que a mí me gusta: la actuación, el teatro, todas esas cosas, quizás alejándome de esto de la creación de contenidos un poco.
Enfocada más en lo que yo estudié, en lo que me especialicé, enfocada en lo que quiero hacer para el resto de mi vida.
— ¿Te imaginás como mamá en algún momento?
— Qué pregunta. Puede ser ¿por qué no? si soy consciente y tengo los medios para poder traer una persona al mundo, sí, me imagino.
— ¿De qué vivís hoy?
— Hoy vivo de OnlyFans, Facebook y todo lo que tenga que entre por redes, que sea para una marca que quiere que le haga fotos, publicidad en las historias, vivo de esas tres cosas.
— ¿A qué cosas decís que no en las redes?
— En donde sea maltratada o destratada y no digo que sí a nada que tenga que ver con mi cuerpo, como hacía antes.
— Hablando de los cuerpos, dicen que de los cuerpos no se habla, ¿eso es una frase hecha, eso existe o es un slogan? ¿cómo manejás esa frase en tu vida?
— No, de los cuerpos no se habla pero sí hay que hablar de corporalidades diferentes. Sí decir: “che, yo soy gorda, tengo estas problemáticas”; “Yo soy flaca, tengo estas problemáticas”, porque son diferentes, vos no tenés los mismos privilegios que yo tengo, yo no tengo los mismos privilegios que vos tenés, ya de por sí por cómo estás vestida…
— Vos también estás vestida.
— Sí, pero yo ¿sabés lo que recorrí para tener ropa de mi talle? Vos vas a cualquier local y conseguís, vos vas al colectivo, te subís al bondi y entrás en el asiento, yo no; eso es un privilegio.
— No debiera serlo, pero es así.
— Que es una diferencia, como el body positive, que es una mentira.
— ¿Por qué es una mentira?
— Porque el body positive te dice a vos que tenés que quererte todo el tiempo, y amarte cómo sos. Nadie se ama como es totalmente. Hay cosas de vos que no te van a gustar nunca y eso está bien. El tema es cómo llevamos eso. Capaz que a vos no te gustan tus orejas ¿por qué yo te tengo que venir a decir que sí o sí te tienen que gustar tus orejas? A vos no te gustan y no te van a gustar nunca y punto, es un tema tuyo, y si lo querés cambiar, te felicito, está bien, y si no lo querés cambiar también está bien.
“El body positive es una mentira”.
— ¿Hay algo que quieras decirle a la sociedad o a estos haters que te critican en las redes?
— Qué pesado, sos un pesado, dejame en paz, ¿qué te jode? Sí, soy gorda ¿y? ¿cuál hay? ¿qué tiene? ¿qué te molesta? Yo vivo mi vida ¿o vos me pagás la comida? ¿vos me pagás lo que como? No. Yo no te debo nada ni vos me debés nada.
— ¿Qué le dirías a una nena que está viendo esta entrevista, una mujer grande, que sufrió un abuso de niña o que está habitando un cuerpo gordo y que le cuesta un poco seguir sin la culpa, sin la mirada del otro?
— Bueno, les diría dos cosas diferentes. A las personas que sufrieron abusos y violaciones o abuso de cualquier tipo les diría que se aprende a vivir con eso, que no es el fin del mundo, que podés salir adelante, que hay muchas herramientas que podés usar.
Y a la nena o a la mujer que le cuesta su cuerpo le diría que este es el cuerpo que tenés ahora y es tu templo, no importa cómo esté, este es el cuerpo que tenés ahora y es tu templo, cuidalo lo más que puedas, pero no por los demás, cuidalo porque es lo que tenés y lo que sos, no importa si pesás 300 kilos o 40. Fijate qué es lo que comés, fijate qué es lo que ingresa a tu cuerpo. Le diría que, lo voy a decir lo más chabacano posible, que no le dé bola a los demás, que los demás van a hablar porque pueden y el aire es gratis y la gente es medio pelotuda a veces.
— Para finalizar, ¿qué es lo más complicado de este proceso de cambio de vida saludable?
— Es lindo. Te vas enamorando del proceso. A veces es medio cliché decir: “enamorate del proceso”, pero al final existe, es verdad.
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* Realidades es un programa de entrevistas que intenta visibilizar problemáticas que comúnmente se ocultan por miedo al rechazo, vergüenza y prejuicios, contadas por sus propios protagonistas. Escribimos y contamos tu historia a: realidades@infobae.com