La Ciudad de Buenos Aires despertó el 9 de julio de 2007 bajo una atmósfera de expectación. Los porteños, acostumbrados a un clima templado, miraban al cielo con incredulidad. Era el Día de la Independencia, y la ciudad se preparaba para sus habituales celebraciones. Sin embargo, un evento insólito estaba por transformar la jornada en un recuerdo imborrable.
Al mediodía, el aire frío descendió sobre la ciudad con una intensidad inusitada. Los primeros copos de nieve comenzaron a caer, tímidos al principio, pero con una constancia que no dejó lugar a dudas. Buenos Aires, con su ritmo frenético, se detuvo. La nieve cubría las calles, las plazas, los techos de los edificios. Durante más de diez horas, el manto blanco se extendió sobre la urbe, creando un espectáculo tan bello como inesperado.
La temperatura bajó rápidamente, rondando los 0°C, permitiendo que los copos se acumularan sin derretirse. En cada rincón de la ciudad, la gente salió a las calles, se maravilló, jugó y documentó el fenómeno con sus cámaras.
Los medios de comunicación capturaron la esencia de este día singular. Las imágenes de niños haciendo muñecos de nieve, de adultos riendo bajo la nevada, inundaron las pantallas y las páginas de los diarios. Fue una celebración de lo inesperado, una muestra de cómo la naturaleza puede, en un instante, cambiar la textura de la vida cotidiana.
Aquel 9 de julio quedó inscrito en la memoria colectiva de los porteños como un día de magia y sorpresa, un recordatorio de la capacidad de la naturaleza para sorprendernos y unirnos en el asombro.
Cómo fue la última vez que nevó en CABA
El 9 de julio de 2007 será recordado como un día histórico para los ciudadanos de la República Argentina. Diversas localidades del norte de la provincia de Buenos Aires, así como en el sur de Santa Fe, Córdoba, San Luis, el norte de Mendoza, San Juan, La Rioja y hasta en Catamarca, experimentaron nevadas por primera vez en décadas. Este fenómeno meteorológico inusual comenzó alrededor de las 10 de la mañana en Morón, según el Servicio Meteorológico Nacional.
La gran nevada se extendió por cerca de 10 horas. En la Ciudad de Buenos Aires, la nevada se registró oficialmente a las 15 horas, cuando la lluvia se transformó en agua-nieve y finalmente en nieve sólida, con una temperatura que descendió hasta los 2,6°C y una sensación térmica de -1.2°C (29.8°F). Este descenso de temperatura fue determinante para que el agua caída se convirtiera en nieve y nieve sólida, según los expertos meteorológicos.
¿Por qué nevó en Buenos Aires en 2007?
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) explicó las condiciones que permitieron esta nevada extraordinaria. En horas de la mañana, las temperaturas en la Ciudad de Buenos Aires rondaban los 4°C (39.2°F), insuficientes para que la nieve llegara en forma sólida al suelo.
Sin embargo, con el transcurso del día, la lluvia que caía comenzó a enfriar el aire cercano al suelo. Alrededor de las 15:00 horas, la temperatura descendió a 2.6°C (36.7°F), con una sensación térmica de -1.2°C (29.8°F), lo que finalmente permitió la acumulación de nieve en la superficie.
Previo a esta notable nevada, unos días antes, un frente frío seguido de aire de origen polar se desplazó desde la Patagonia hasta el centro del país, lo que provocó temperaturas mínimas de hasta -8°C (17.6°F) en el sudoeste de Santa Cruz. El 7 de julio, un anticiclón del Pacífico reforzó las corrientes de aire frío, resultando en nevadas intensas en el sur del país.
Para que este fenómeno se repita, se necesitan condiciones específicas: una masa de aire polar con temperaturas cercanas a los 0°C (32°F) tanto en la base de la nube como en el suelo, junto con un alto nivel de humedad y precipitaciones.
El 8 de julio, el sistema anticiclónico entró completamente en territorio nacional, generando vientos del este que traían gran humedad desde el océano. Este fenómeno climático preparó el escenario para lo que sucedería el 9 de julio, cuando aire muy frío proveniente de la cordillera se desplazó hacia el centro y el este argentino. Al mismo tiempo, el anticiclón seguía inyectando aire frío y húmedo, dominando todos los estratos de la atmósfera media y baja.
Los meteorólogos del Servicio Meteorológico Nacional analizaron que la combinación de factores, como la baja altura de la base nubosa y el intenso frío en la atmósfera, permitió la formación de nieve y su precipitación. Las débiles corrientes de viento jugaron un rol crucial, permitiendo que los copos de nieve llegaran al suelo sin fundirse. “La combinación de estos factores favoreció la formación de un manto nuboso con su base a poca altura del suelo, pero con el desarrollo vertical suficiente para formar nieve en su interior y precipitar los copos”, detallaron los expertos.
¿Cuál fue la primera nevada registrada en CABA?
La primera nevada registrada en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se produjo el 22 de junio de 1918. Este evento climático resultó ser un fenómeno extraordinario para los porteños, ya que la ciudad no suele experimentar condiciones meteorológicas propicias para la nieve debido a su ubicación geográfica y su clima templado.
La jornada comenzó con una baja considerable en las temperaturas, fenómeno poco frecuente para los inviernos de Buenos Aires. Sin embargo, la combinación de un sistema de baja presión y una masa de aire frío y húmedo favoreció la precipitación en forma de nieve. El espectáculo sorprendió tanto a residentes como a visitantes, quienes disfrutaron de un paisaje inusual: calles, edificios y plazas cubiertos por un manto blanco.
La nevada se intensificó durante la madrugada y continuó durante gran parte del día, dejando una acumulación significativa de nieve. Esta nevada no solo fue destacada por su rareza, sino también por su duración e intensidad, características poco comunes en la región.
Invierno 2024 en AMBA
En el AMBA, la posibilidad de que nieve es actualmente nula. Aunque en 2007 se registró una nevada, las condiciones meteorológicas necesarias no se presentan en la actualidad. La atmósfera debe cumplir con ciertos niveles de temperatura y humedad, y además coincidir con un día de precipitaciones para generar nieve.
Para los próximos meses, el Servicio Meteorológico Nacional pronostica que el nivel de lluvias será normal o inferior a lo normal en gran parte del país, incluyendo el centro y norte de Patagonia, la franja central del país y la región del Norte. En el norte del Litoral y el sur de Patagonia, las precipitaciones también serán menores a lo habitual entre julio y septiembre.
Ante el frío extremo, es crucial evitar la exposición prolongada al aire libre. Se deben realizar actividades físicas que generen calor corporal, como caminar y mover las extremidades, además de mantener una buena hidratación. Es importante seguir una alimentación saludable y evitar cambios bruscos de temperatura para prevenir enfermedades respiratorias. En caso de malestar, se recomienda no automedicarse y consultar a un profesional de la salud.