Miguel Angel Borja llegó a River a pedido de Marcelo Gallardo, en julio de 2022. La inversión fue grande: 8.600.000 dólares incluyendo los derechos de imagen del delantero colombiano. Pero el Muñeco lo dirigió poco: menos de seis meses después, el entrenador decidió irse del club en busca de descanso y limpieza mental tras ocho años y medio tan exitosos como desgastantes.
Borja acaparó la mayoría de los aplausos en la última parte de la estadía de Martín Demichelis como técnico de River, luego de hacerle saber su descontento a través de un emoji en Instagram porque el antecesor del “Muñeco” no lo tenía entre sus preferencias.
Al principio quedó relegado al banco de suplentes, principalmente por Lucas Beltrán y en segundo término por Salomón Rondón. El colombiano y el venezolano no jugaron ni un solo minuto cuando el equipo millonario quedó eliminado de la anterior Copa Libertadores a manos de Inter, en Porto Alegre. Pero las partidas de Beltrán y de Rondón le allanaron el camino para transformarse en el centrodelantero titular e indiscutido del equipo. La relación entre ellos se recompuso. Y Borja le respondió a Demichelis con goles y más goles.
Sin embargo, desde el regreso de Gallardo a River su capacidad goleadora sufrió una merma. De los diez partidos que lleva el Muñeco en su segundo ciclo, Borja jugó en siete. Y las estadísticas marcan que anotó apenas dos goles en 551 minutos, con diecinueve remates y solamente siete de ellos al arco.
Retroceder en el tiempo y hurgar en los números de Borja en los últimos siete partidos que jugó en la Era Demichelis es un ejercicio revelador de que el colombiano necesita recuperar su poder de fuego. Con Micho, Borja convirtió ocho goles en los últimos siete partidos que jugó, con 25 disparos y dieciséis de ellos al arco. También jugó más minutos: 576, contra los 551 en los que estuvo con Gallardo.
Al margen de la influencia que tuvo con Demichelis y de la caída de tensión actual, la realidad es que las búsquedas de ambos entrenadores son diferentes. Gallardo quiere que Borja sea agresivo para defender, el primer eslabón de la presión sobre la salida del rival, que sea solidario y esforzado dentro del campo, y que sepa aguantar la pelota cuando le toca jugar de espalda al arco rival. Demichelis, en cambio, no le exigía tanta presión sobre la salida rival y le reclamaba permanentemente que tuviera paciencia para esperar el balón en el área rival.
En los últimos partidos de River se percibió cierta disconformidad de Gallardo porque Borja perdió seguido en las pelotas divididas y fue presa fácil de los centrales rivales en las jugadas en las que tenía que aguantar el balón fuera del área para poder apoyarse en los mediocampistas.
A decir verdad, Borja tiene un estilo de juego en el que, cuando no convierte, su prestación pasa más bien desapercibida o luce poco. Vive del gol, el colombiano. Y su promedio decayó desde la llegada del Muñeco. ¿Su titularidad está en riesgo? Por ahora, no parece. Borja es el máximo goleador del fútbol argentino en el año, con 27 goles en 37 partidos, y difícilmente el entrenador riverplatense lo castigue tan rápidamente.
El competidor directo de Borja es Adam Bareiro. Más allá de que Gallardo valora el esfuerzo físico que realizó el paraguayo tanto en la victoria en el Superclásico, en la cancha de Boca, como el último martes frente a Colo Colo en el estadio Monumental, éste todavía no respaldó esos aportes con lo más importante para un centrodelantero: el gol.
Gallardo está trabajando junto a su cuerpo técnico para potenciar a ambos: a Borja para que vuelva a parecerse al que supo ser, y a Bareiro para que recupere el perfil goleador que mostró en San Lorenzo.
Para compensar, Gallardo encontró en los últimos dos encuentros a un Facundo Colidio estelar, con grandes actuaciones en la cancha de Boca y también en el choque de vuelta frente a Colo Colo. El ex Boca, Inter y Tigre se mostró activo e intenso, un dolor de cabeza para las defensas rivales, y además exhibió mucha guapeza en partidos calientes como fueron el Superclásico y el duelo copero, en el que además marcó el gol de la victoria que le dio a River la clasificación para una de las semifinales de la Copa Libertadores, en la que enfrentará a Atlético Mineiro los martes 22 y 29 de octubre, primero en Belo Horizonte y luego en el Monumental.
Con Gallardo como técnico, Colidio jugó siete partidos y anotó dos goles, al igual que Borja pero con mejor promedio de gol que el colombiano. Si Borja jugó 551 minutos con el Muñeco, Colidio tuvo menos protagonismo (382 minutos), especialmente porque el entrenador apeló en varias ocasiones al dibujo táctico con Borja o Bareiro como único delantero. En esos 382 minutos, Colidio remató siete veces y cinco de ellas fueron al arco rival.
River empezó a sacar chapa nuevamente de equipo copero y está a dos rivales de conseguir la quinta Libertadores de su historia. Ahora, la sensación es que le faltan dos cosas para volverse definitivamente temible: tener mayor volumen de juego y que Borja se transforme nuevamente en el terror de las defensas rivales.