Tras la incendiaria conferencia de prensa que encabezó este miércoles para dar a conocer su postura por la decisión de YPF de instalar el proyecto de licuefacción de gas natural proveniente de Vaca Muerta en Punta Colorada, en Río Negro, en lugar de la ciudad bonaerense de Bahía Blanca; el gobernador bonaerense, Axel Kicillof aguarda por el detalle de los informes técnicos que motivaron esa definición. Con esa documentación, creen en La Plata, seguirán poniendo en valor la idea de que el puerto de Ingeniero White en Bahía Blanca era el más funcional para llevar adelante una inversión de tales magnitudes y que la resolución fue meramente política.
Pero la información también servirá para sostener la batalla discursiva contra el presidente Javier Milei. Si bien no está dentro de los planes de Kicillof una acción judicial por la determinación de la petrolera estatal, -más allá de que en su momento hubo un compromiso que incluyó la reserva de ciertos terrenos en Bahía Blanca- lo que sí se hará será analizar la presentación que YPF haga ante los accionistas y luego, en última instancia, ver si la planta en cuestión se hace. Para la administración bonaerense, la definición estuvo cruzada por la pelea política que mantiene con la gestión de Milei. “Al presidente no le interesa la inversión ni la planta”, planteó Kicillof este miércoles, entre otras consideraciones.
Políticamente, el mandatario recibió un respaldo de distintos sectores del peronismo que aparecieron posterior a la definición de YPF. El más elocuente fue el del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires. El PJ bonaerense que preside el líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, se pronunció formalmente por la decisión de la petrolera argentina y definió respaldar a la figura de Kicillof. El apoyo llega luego de varios momentos de tensión en el universo peronista con epicentro en el territorio bonaerense.
Para el partido peronista la decisión de YPF “es un castigo político a la provincia de Buenos Aires” y que “como expresó el gobernador Axel Kicillof estamos ante un hecho de enorme gravedad producto de la irresponsabilidad del presidente de la Nación, quien desde el día que asumió no para de castigar a las provincias cuyos habitantes no acompañaron con su voto el modelo de ajuste y exclusión”.
El comunicado del PJ causó algo de sorpresa en La Plata. Como había contado Infobae, el GNL había sumergido al internismo del kirchnerismo bonaerense en un cono de sugestivo silencio. Entre el receso invernal y una tregua discursiva de lo que fue la primera mitad de 2024, el debate interno estaba suspendido. El comunicado ofreció una nueva faceta, a la que se sumaron algunos intendentes de peso como la camporista Mayra Mendoza o su par de Avellaneda, Jorge Ferraresi; quiénes a su vez mantienen serias diferencias entre sí.
“Está claro que no es una decisión de la empresa, sino que se debe a un capricho del presidente Javier Milei para castigar a los habitantes de Bahía Blanca y la provincia de Buenos Aires. Como dijo el gobernador Axel Kicillof, la única realidad es que Milei decidió castigar a los bonaerenses porque no lo votaron”, planteó la intendenta de Quilmes.
En el gobierno bonaerense creen que la decisión de YPF se apresuró por cuestiones políticas. Es que el Ejecutivo estaba dispuesto a hacer una adhesión al RIGI nacional; pese a que hacía el afuera tanto Kicillof como sus funcionarios explicaban que no era necesaria una adhesión porque el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones ya estaba vigente en todas las provincias una vez aprobada la Ley Bases.
Tras conocerse la resolución, Kicillof y el titular de YPF, Horacio Marín, hablaron por teléfono. Según el mandatario bonaerense, en esa conversación, el CEO de la empresa petrolera admitía que había que tomar una decisión antes de lo previamente acordado -que era a mediados del mes de agosto- y que la planta de GNL se vaya a Río Negro no se definió por una adhesión o no de parte de Buenos Aires al RIGI.
Por su parte, en la oposición bonaerense plantean que si Kicillof adhería al RIGI iba a encontrar respaldo de todos los sectores políticos, más allá de cuál fuera la decisión final de YPF. “Si él adhería al RIGI después de lo que hizo Río Negro -adherir a través a la Legislatura- nosotros lo íbamos a acompañar”, plantea un dirigente del PRO bonaerense. La misma voz agrega a Infobae: “Si la planta se iba a Río Negro y en Buenos Aires había una adhesión al RIGI íbamos a estar todos juntos criticando a Milei; pero eligió otro camino”.
Entre lo pasos a seguir para el gobierno bonaerense también aparece en agenda discutir el régimen de fomento de inversiones provinciales; el famoso proyecto que había anunciado el propio Kicillof tiempo atrás, pero que nunca fue presentado en la Legislatura. Con esa herramienta legislativa –rotulada como RIGI bonaerense- el Ejecutivo provincial buscaba complementar la adhesión al RIGI nacional. El texto no llegó a la Legislatura bonaerense. El peronismo estaba tratando de juntar voluntades y se encontró con la decisión de YPF en el medio.
La oposición espera ese proyecto, es probable que en su mayoría lo acompañe si finalmente se pone en consideración. También espera el momento de reactivación en la Legislatura bonaerense, ámbito en donde las críticas hacia la figura del gobernador retumbarán desde las distintas bancadas opositoras, que tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado aparecen fragmentadas.