“Nada me la va a devolver, pero al menos queremos que se haga justicia y saber lo que pasó”, dice Pablo Koen a Infobae días después del hecho que cambió su vida para siempre. Se trata del accidente vial en el que murió su hija Julieta Koen, una argentina de 23 años que fue embestida por un auto en las afueras de Barcelona, España, donde residía desde niña con su familia. Ella falleció al instante. Sin embargo, el conductor que la atropelló no sufrió ninguna pena por el hecho: no le retuvieron ni la licencia, ni el auto, ni quedó imputado en ninguna causa. Tampoco detenido.
El lugar que se convirtió en la escena del crimen de la joven fue un cruce de calles que une a las localidades de San Pedro de Ribas con la ciudad balnearia de Sitges, el cual es conocido en la zona por la cantidad de accidentes viales que ocurren a diario. Una batalla que también se puso sobre sus hombros la familia de la víctima, que pide por medidas que eviten tantos siniestros.
Julieta, recién recibida de psicóloga, estaba a días de irse de vacaciones junto a su novio y sus amigas cuando ocurrió el episodio que terminó con su vida, el pasado 23 de julio. Este se desarrolló cuando volvía caminando del gimnasio al que asistía rutinariamente. “Ella era una chica muy activa”, recuerda su papá, que ahora está enfocado en que se conozcan las circunstancias en las que ocurrió el accidente.
De acuerdo al relato de testigos -dado que no hay cámaras de seguridad que hayan grabado lo que ocurrió- la chica se encontraba cruzando la calle cuando fue atropellada por un auto marca Audi, manejado por un adulto mayor, quien circulaba a alta velocidad. El impacto fue contra el parabrisas, pero el golpe fue tal que el cuerpo salió volando y cayó a varios metros del lugar. La caída le provocó la muerte cerebral instantánea.
Al lugar se desplazaron dos ambulancias y varios equipos policiales que se encargaron del operativo: le hicieron un control de alcoholemia al automovilista, que dio negativo; levantaron a Julieta y la trasladaron a un hospital de la zona; y rápidamente volvieron a reacomodar el tránsito en una de las calles más transitadas del pueblo, sobre todo en plena temporada de verano.
Tanto Pablo como la madre de Julieta se enteraron del siniestro unas horas después, cuando fueron avisados por las autoridades del incidente. Se dirigieron directamente hacia el centro de salud a donde fue derivada, uno de los mejores en materia neurológica de todo Europa. Sin embargo, al llegar, el panorama de los médicos fue desalentador.
“Me dieron la triste noticia de que mi hija ya no tenía vida. Lo dijeron en otras palabras, porque me trataron muy bien, pero dieron a entender que ya no se podía hacer nada. Estuvo entubada en el hospital casi cuatro días porque le pusieron asistencia mecánica para poder conservar los órganos y después donarlos”, indicó Pablo, quien se quedó junto a ella y su familia en el lugar hasta el final de esa semana.
Durante todo ese tiempo, ninguna autoridad policial, ni el conductor, ni ninguna otra persona que haya intervenido en el caso, tomó contacto con los Koen. “Nosotros salimos del hospital y nos tuvimos que encargar del tema del sepelio y esos trámites que hay que hacer cuando una persona fallece. Recién después de eso pudimos abocarnos en lo que pasó y empezar a pedir respuestas”, señaló el padre de la joven sobre los días posteriores.
La policía les dijo que Julieta se “arrojó sobre el auto”. Sin embargo, personas que estuvieron en el lugar -a quienes no se les tomó declaración en el momento del hecho- aportan otra versión en la que aseguran que el hombre no intentó frenar la marcha y manejaba superando los 30km/h permitidos para esa zona.
Con respecto al conductor que la chocó, este no tuvo ninguna consecuencia por lo sucedido: no le retiraron su licencia de conducir, tampoco le secuestraron el auto, ni quedó detenido en el marco de alguna causa. Ante este escenario es que Pablo decidió que él mismo iba a poner “manos a la obra” y empezar a buscar por dónde sea alguien que le esclarezca lo sucedido.
“Lo hice bien a lo argentino: empecé buscando testigos a través de las redes sociales y después hice una manifestación en Barcelona, que eso es algo que acá no es muy común para estos casos. Uno cuando está en Argentina cuestiona muchas cosas que no funcionan, pero hay que decir que en muchas cosas están mucho más adelantados allá que acá. Eso es algo que hay que destacar siempre, acá no todo está bien”, reflexionó el padre de Julieta.
La marcha generó bastante repercusión en la zona y una suerte de activación en la investigación del caso que avanza lentamente. Hasta el momento, la familia logró conseguir al menos cinco testigos que aportarán sus versiones y relatarán lo que vieron.
“Nosotros queremos que se haga Justicia por Julieta y saber efectivamente cómo pasó el accidente. No quedarme con la historia de que ella ‘se tiró encima del auto’. Además, estamos reclamando también para que se implementen medidas de seguridad en ese cruce. Siempre hay accidentes viales que se podrían evitar si pusieran una loma de burro o un semáforo”, concluyó Pablo.