Javier Milei define una visita relámpago a Kyiv para ratificar su apoyo a Volodimir Zelensky cuando las tropas rusas avanzan sobre territorio ucraniano y la opinión pública en Europa y Estados Unidos exhibe cierto hartazgo respecto a la guerra ilegal que desató Vladimir Putin.
Milei será el primer mandatario de América Latina que viaje a Ucrania en pleno conflicto, mientras Zelensky intenta contener una profunda ofensiva militar ordenada por Moscú.
Estados Unidos y Europa se encuentran en un proceso electoral y la guerra en Ucrania es un factor político que ya se toma en cuenta al momento de facilitar la ayuda económica y aprobar la entrega de insumos bélicos a Zelensky.
Antes de aterrizar en Ucrania, el presidente llegará a Madrid para recibir el Premio Juan de Mariana 2024. La ceremonia está prevista para el 21 de junio y exhibirá la ausencia de relación política con Pedro Sánchez: Milei no se reunirá con el jefe de Estado de España y agenda encuentros con la oposición al gobierno socialista.
Milei y Sánchez tienen profundas diferencias ideológicas que aparecen sin maquillaje cuando opinan de la situación en la Franja de Gaza, el proceso electoral en Venezuela, el derecho al aborto y las consecuencias globales del Cambio Climático.
El Premio Juan Mariana fue recibido por Mario Vargas Llosa, Antonio Escohotado -que tuvo una mirada particular sobre el consumo de drogas-, y Jesús Huerta del Soto, un referente económico del mandatario argentino.
El presidente partirá de Madrid a Hamburgo para protagonizar la ceremonia anual de la Sociedad Hayek de Alemania. En esa ceremonia, Milei recibirá la Medalla Hayek, en referencia al Premio Nobel de Economía de 1974, quien junto a Gunnar Myrdal hizo un profundo estudio sobre el dinero y las fluctuaciones económicas.
En plena Guerra Fría, cuando dos distintos sistemas ideológicos pujaban por una sola agenda global, Hayek lideraba una corriente de pensamiento que describía los beneficios del capitalismo versus la planificación estatal propuesta por el comunismo. Milei toma a Hayek como uno de sus referentes del actual programa económico.
Tras su triunfo en el balotaje, Milei recibió un llamado de Olaf Scholz para iniciar el diálogo oficial y quedaron en fijar una bilateral. Después hubo una posibilidad de reunirse en el Foro de Davos, que no sucedió por la agenda de ambos mandatarios. Y ahora es muy probable que el presidente viaje desde Hamburgo a Berlín para mantener un cónclave con el canciller alemán.
Milei quiere hablar con Scholz sobre su programa económico, alentar las inversiones de Alemania en Argentina, explicar su agenda mundial y agradecer el apoyo en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Milei tiene una relación política ambivalente con Emmanuel Macron: coinciden en la defensa de Israel y Ucrania, y difieren respecto a Donald Trump, el Cambio Climático, el acuerdo Mercosur-Unión Europea y el derecho al aborto.
Sin embargo, ambos mandatarios tienen cercanía personal y chatean sobre fútbol y economía. Antes de correrse al centro del tablero, Macron siempre creyó en los mercados y en la necesidad de achicar el peso específico del Estado.
Macron llegará a Brasil en las próximas semanas, antes de visitar Guyana. Tendrá una cumbre con Lula da Silva en Brasilia y después regresará a París. En junio, antes o después de visitar a Zelensky en Kyiv, Milei será recibido por Macron en el Palacio Eliseo.
La reunión será para poner en marcha un posible acuerdo estratégico que beneficiaría a los dos partes. Milei y Macron intentan sellar una entente que los ubique como los referentes obligados de América Latina y Europa, al momento de establecer una agenda común entre ambos bloques geopolíticos.
Esa voluntad personal, que apuesta a la construcción de un tándem de poder, estaría por encima de las diferencias que tienen sobre el Cambio Climático, la eventual llegada de Trump a la Casa Blanca y el impacto económico del acuerdo Mercosur-UE.
Macron ya lo intentó con Mauricio Macri y Alberto Fernández, y no funcionó. Para Milei sería la primera vez y se trata de una posibilidad que sólo podría alcanzar con Georgia Meloni, primer ministra de Italia. Sánchez es reluctante de la ideología de Milei y Scholz tiene su propia agenda que está condicionada por su política doméstica y el peso del Partido Verde de Alemania.
La gira presidencial empezaría el 19 de junio.