(Enviada especial a Corrientes) La fotocopia en blanco y negro está en la puerta de pre embarque del aeropuerto de la ciudad de Corrientes. Por encima, hay otra. Al costado, en la pared, una tercera. Es el Alerta Sofía por Loan Danilo Peña (5), el niño que desapareció hace 15 días en el paraje El Algarrobal. En la terminal aérea no hay más que esas tres imágenes. En los taxis que esperan por pasajeros, ninguna. Y en la terminal de micros, una sola: en la garita que está en la explanada desde donde salen los colectivos. A poco más de 225 kilómetros de allí, en la localidad de Goya, todo es muy distinto.
El patrullero de la Prefectura que llevó este jueves hasta la fiscalía federal a los papás de Loan, José y María, tenía pegada la imagen del chico a color. Lo mismo se replicó en las fotos que llevaban en sus manos los cientos de vecinos que clamaron en la puerta del edificio judicial donde la familia declaraba ante el fiscal Mariano de Guzmán: “María, querida, el pueblo está contigo”.
Desde la ventana del medio del primer piso del edificio, entonces, se corrió el abrigo que servía como cortina para que nada se filtre y, mientras se repetían las estrofas de apoyo para la madre de Loan, María se acercó tímida al vidrio y saludó con la mano en alza, en gesto de agradecimiento. El vitoreo fue total. Esa es apenas una imagen que resumen cómo vive la ciudad de Goya el caso que trasciende los límites de la provincia.
Mientras tanto, la búsqueda del niño no cesa y la causa, que ahora está en manos de la Justicia federal, tampoco: “No se descarta ninguna hipótesis”. Sí, tampoco la que devolvería el caso a la justicia ordinaria, ya que se investiga como averiguación de delito. Empezaron de cero.
Así, luego de que los seis detenidos fueran trasladados a penales de las provincias de Salta y Chaco, de los allanamientos a la tía Laudelina Peña y a la abuela Catalina, que culminaron con el secuestro de siete celulares, y de la espera del resultado de la pericia a los 13 teléfonos incautados y el entrecruzamiento de llamadas; la novedad de la citación compulsiva de la familia fue el punto de ebullición de una ciudad que iba a volver a marchar frente a la Plaza Mitre y terminó mostrándole su calor a los padres de Loan, en uno de los momentos más difíciles: volver a testificar sobre el día en que ya no vieron a su hijo.
“Llegaron nerviosos, se fueron tranquilos”. Fue el resumen que le hicieron fuentes del caso a Infobae sobre las más de cuatro horas en las que los papás de Loan estuvieron junto a cuatro de sus hijos frente al fiscal De Guzmán para volver a relatar sus pasos aquel 13 de junio pasado.
No se descartaría que este viernes testifique José, otro de los hermanos del nene desaparecido y que debió quedarse a cuidar a los dos más pequeños de la familia mientras el resto era trasladado a Goya para enfrentar al fiscal y la gente de la PROTEX, que estaba en la ciudad. Es que el citatorio que recibieron esa misma tarde de jueves fue intempestivo y compulsivo: previendo que no iban a poder movilizarse todos desde la localidad de 9 de Julio, las autoridades también llevaron los móviles necesarios para que no mediara un ‘no’.
A la fiscalía llegaron de a dos por vehículo. José con María; y Cristian, César, Mariano y Alfredo, en otros dos vehículos. Dos horas después, el frente de la fiscalía federal de la calle San Martín 416 estaba colmado de gente. El grito sonó con fuerza. Eran cientos de mujeres, hombres y niños, que entonaron pedidos de aparición de Loan, de Justicia y que alentaban a los padres con carteles coloridos.
Luego, siguieron con la procesión de nuevo rumbo a la Catedral que está frente a la plaza. Pero no se fueron todos. Un pequeño grupo se quedó a esperar la salida de los padres de Loan. Lo hicieron cuatro horas después de haber ingresado. Custodiados por prefectos, entraron como pudieron al patrullero. Hubo empujones, corridas e insultos que se calmaron cuando ya José y María estaban de regreso a 9 de Julio.
La escena se repitió cuando salieron dos de los hermanos del nene desaparecido y se subieron a un auto alquilado de la fiscalía. Aunque tras esquivar la cuadra y doblar, frenaron para consentir a Camila, una niña con un cartel verde furioso que rezaba: “Falta Loan”. Los dos sonrieron para esa nena mientras Cyntia, su mamá, capturaba el momento. Una foto que aparece en esta nota y que se la cedió a este medio.
Para ese entonces, el frío ganaba y faltaba aún la salida de otros dos hijos de la pareja. Pero el que dejó el lugar fue el fiscal De Guzmán, custodiado por los prefectos que lo acompañaron hasta el coche en medio de una causa que está bajo secreto de sumario, poniéndole fin a la jornada. Faltaban cinco minutos para las 23 y solo quedaba un puñado de manifestantes. La atención la acaparaba la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, por sus dichos en una nota periodística con LN+.
“Puede ser desde un accidente, un chico perdido, una situación de la naturaleza hasta una trata de personas. Las hipótesis de trabajo son muchas porque es una escena en la que hay mucha gente y, de golpe, hay un chico muy chiquito que desaparece total y absolutamente sin ningún ruido, sin ningún tipo de grito, auto o motor. Vamos a hacer un rastrillaje de acuerdo a las pericias, a la cámara Gesell, viendo hacia dónde fue, cuánto camino pudo haber recorrido, si la zapatilla fue plantada o no”, manifestó la funcionaria.
Y fue entonces que Bullrich recordó que en esa zona donde desapareció Loan “hay yaguaretés, yacarés, pumas, víboras y pozos”, por lo que ahora, que la causa pasó al fuero federal, irá “con todo: con buzos, personal de monte y equipos radiológicos para ver las panzas de los animales”.