Luego de dos semanas de luchar contra los incendios en Córdoba, los brigadistas lograron sofocar todos los focos activos dentro del territorio provincial. En este contexto, se espera que las tormentas previstas para gran parte de las áreas afectadas traigan alivio y contribuyan con las tareas de enfriamiento.
En línea con el último parte del Gobierno cordobés, los últimos puntos ígneos en ser controlados fueron los que se registraban en Quebrada de la Mermela, Berrotarán y San José de la Dormida. “Fueron contenidos y hay guardia de cenizas”, informaron. Se trata de los tres focos más importantes que se reportaban desde hace días en el territorio provincial.
En el caso del primero, cerca de 250 brigadistas trabajaron por más de una semana para combatir el fuego. Sin embargo, los otros dos focos se activaron durante las intensas jornadas de calor que se registraron el viernes y el sábado, respectivamente.
De acuerdo con la información a la que pudo acceder el medio local La Voz del Interior, para combatir las llamas en Berrotarán colabraron varios cuarteles de bomberos y alrededor de 130 personas. A su vez, contaron con el apoyo de equipos del ETAC, aviones del Sistema Nacional y Provincial del Manejo del Fuego.
En ese sentido, el vocero de la Secretaría de Gestión de Riesgos, Roberto Schneider, precisó a ElDoce.TV que, en los incendios ubicados en Punilla Norte y Villa Berna, se mantiene activa también la guardia de cenizas. Pese a que no existen focos activos, las autoridades alertaron que rige una alerta extrema por riesgo de incendios para los meses de octubre y noviembre.
En esta oportunidad, las llamas azotaron por más de dos semanas al territorio provincial. En consecuencia, a finales de septiembre se registró una superficie total acumulada de 69 mil hectáreas quemadas en lo que va del año. Esta cifra podría ser aún mayor cuando se haga un relevamiento de las áreas afectadas por el fuego hasta la fecha.
Por el momento, se sabe que, con los últimos siniestros reportados, 47 mil hectáreas del total corresponden a la zona de Punilla, otras 5 mil a Chancaní y más de 2 mil a Villa Berna, tal como indicó el medio local Puntual.
Las condiciones climáticas fueron poco favorables este último tiempo y propiciaron que el fuego se expanda rápidamente, puesto que se combinaron fuertes vientos, con temperaturas que superaron los 30 grados y la casi nula presencia de precipitaciones de consideración en la zona.
Pero la situación podría cambiar en las próximas horas, puesto que el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) emitió una alerta amarilla por tormentas para gran parte del territorio cordobés, incluyendo a las principales áreas afectadas por el fuego. Así, se espera que las lluvias contribuyan a las tareas de enfriamiento del suelo.
Según las previsiones del SMN, es probable que se registre también una “intensa actividad eléctrica, con ocasional caída de granizo y fuertes ráfagas de viento”. Las últimas precipitaciones de consideración datan de mayo y, desde entonces, la provincia sufre una fuerte sequía. Frente a esto, la Cámara de Diputados de la Nación sancionó la ley que declara la emergencia ambiental, económica y habitacional durante 180 días en la provincia de Córdoba.
El proyecto cuenta con varias medidas financieras concretas para “restaurar y restablecer las zonas afectadas y prevenir nuevos focos”, en “el marco del Sistema Federal de Manejo del Fuego y la Gestión Integral de Riesgos”.
La iniciativa expresa que “el Poder Ejecutivo Nacional, a través de la Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes, destinará una partida extraordinaria para intervenir y asistir inmediatamente a los fines de la reconstrucción de infraestructura y recuperación de las actividades económicas afectadas”.
Asimismo, propone que los afectados puedan acceder a “líneas de créditos con tasas bonificadas destinados tanto a la reparación de viviendas como a la continuidad de las actividades económicas claves para las economías regionales, asegurando la recuperación de empleos y el funcionamiento de los sectores productivos”. También a “facilitar la sostenibilidad financiera de los emprendimientos locales, permitiendo su reactivación económica mediante la suspensión y renovación de las obligaciones bancarias y deudas pendientes al inicio de la emergencia, brindando un alivio inmediato a los productores y trabajadores afectados por las pérdidas económicas”.