La firma de dictámenes sobre la Ley Ómnibus volvió a enturbiarse en Diputados. No ocurriría este martes y a pesar de intentos de última hora, tras una frenética jornada de negociaciones entre el oficialismo y una oposición dialoguista que con sus pretensiones de nuevos cambios desguaza en cámara lenta a la iniciativa, en medio de chispazos entre bloques e incluso una lupa sobre el accionar del titular de la Cámara baja, Martín Menem.
El embrollo de esta cuestión pasa por la necesidad que tiene La Libertad Avanza, con menos de 40 legisladores, de blindar votos con las bancadas del PRO, la Unión Cívica Radical y Hacemos Coalición Federal y así conseguir no sólo el mínimo de 129 adhesiones para el quórum, sino también en las definiciones que precisen la mayoría absoluta del cuerpo.
Sin ellos, el oficialismo se arriesga a ir a un plenario de comisiones este martes -poco probable- o durante lo que reste de la vigente semana y no tener un acompañamiento de un potencial dictamen de mayoría con disidencias, la posibilidad más sana. De hecho, la firma de más de dos despachos dejaría un nuevo problema y una proyección de votaciones en particular del proyecto para el infarto.
Uno de los puntos trascendentales que bloquea un entendimiento son los derechos a la exportación, como contó Infobae este lunes. No se trata sólo de economías regionales, sino también de áreas industriales. El primero que puso el grito en el cielo fue el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora. “No vamos a acompañar”, señaló a este medio el jueves pasado. Este lunes, el mandatario provincial estuvo reunido con Hacemos Coalición Federal, que comanda Miguel Ángel Pichetto, en una de las oficinas cercanas al Anexo de Diputados.
La furia de las provincias con el Gobierno se traduce en que éstas le darían a la Casa Rosada una montaña de plata sin tener una devolución de los recursos que perdieron con el impuesto a las Ganancias sancionado, a las apuradas, durante la última gestión kirchnerista. Ahora, nadie quiere hacerse cargo de ese agujero y reclaman consenso al Ejecutivo. En las últimas horas, la Casa Rosada anunció el envío de una ley y la pelota pasó a los gobernadores, que tienen votos clave en el Congreso y representan a trabajadores que no quieren saber nada en cuanto a dicho tributo.
El planteo que hizo Llaryora días atrás sobre derechos a las exportaciones es abrazado ahora, con mucho énfasis, por el radicalismo. Una misma situación ocurre en el PRO, con un jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, que trina contra Milei por los fondos de coparticipación que adeuda Nación. Todos ellos son el ala dialoguista a la que se sumó por una ventana el interbloque Innovación Federal.
“Con las retenciones estaríamos castigando a uno de los sectores que será expansivo. Tenemos un límite importante y estamos trabajando en alternativas para encontrar el equilibrio fiscal”, reconoció el legislador Nicolás Massot (Hacemos Coalición Federal) este lunes. Durante la tarde, la bancada mantuvo un nuevo cónclave para definir una postura final. También el radicalismo y el PRO. Muchas fueron virtuales. En la bandeja de diferencias que aún restan saldar aparecen la fórmula jubilatoria, privatizaciones, y cuestiones electorales y de seguridad, entre otras cosas.
Por su parte, el oficialismo transitó la jornada de negociaciones paralelas con tensión y cuestionó, tras un avance inicial, las críticas que aparecieron en los últimos días. “Muchos bloques tienen sus propias internas. Están a la vista de todos. Ellos no se ponen de acuerdo y después nos piden más modificaciones a nosotros. ¿Hasta dónde?”, manifestó un integrante de La Libertad Avanza a Infobae, que además recordó los más de 140 artículos que se dinamitaron del mastodonte inicial.
Una cuestión no menor en La Libertad Avanza y sobre el manejo político en el Congreso es la rápida quema de fusibles que tuvo desde el 10 de diciembre, cuando se inició la gestión Milei. Los apuntados variaron de ministros a personajes sin cargo y legisladores. Ahora, la mira giró hacia Menem.
Por caso, el jefe de Estado se reunió este lunes con el titular de la comisión de Presupuesto de la Cámara baja, José Luis Espert, que no es parte de la bancada de La Libertad Avanza. Ambos evaluaron “las dos semanas de sesiones informativas” de debate de la ley.
Entre las quejas que aparecen en usinas oficialistas se vislumbra la falta de enlaces válidos para negociar con la Casa Rosada y la ausencia de espadas legislativas a la hora de defender al Ejecutivo en Diputados, más allá del jefe de bloque libertario, Oscar Zago.
Quien nadó gratis con la disputa en la Cámara baja fue el kirchnerismo, que aprovechó la demora para denostar el nuevo borrador enviado por el Gobierno -en línea con los “dialoguistas”- y agitar las aguas de cara al paro general convocado por la CGT para el miércoles.
Con la propuesta oficial formulada, el jefe de Unión por la Patria en Diputados, Germán Martínez, expresó: “A todo lo que supuestamente ‘renuncia’ el oficialismo en la nueva versión de la ley ómnibus, Milei lo puede hacer al otro día de aprobada la ley por el margen de facultades discrecionales que le van a delegar los que la aprueben. El nuevo texto es un engaño. Espero que todos se den cuenta”.
Reclamos
En el cónclave que realizó el radicalismo, que maneja el cordobés Rodrigo de Loredo, sobrevolaron observaciones por la inconformidad de la excepción de retenciones a 35 economías regionales y las subas de los derechos de exportación a varias industrias de distintas zonas del país.
La cuestión es compartida con Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal. Gran parte de estas bancadas dudan en cuanto a firmar un dictamen de minoría o acompañar al oficialismo con uno de mayoría, aunque con disidencias parciales. Hay legisladores no quieren cerrar las puertas a un acuerdo con los libertarios. El inconveniente de un despacho propio no será el quorum o la votación en general, sino la particular de la iniciativa, de futuro más que brumoso.
En medio de todo esto están los gobernadores opositores no kirchneristas, a quienes varios piden mayor protagonismo y que marquen una postura unánime sobre la discusión en el Congreso. A última hora del lunes entró en lupa el anunciado proyecto sobre Ganancias, un tema a evaluar en profundidad esta semana.
Desde el radicalismo además cuestionan el paquete de privatizaciones y las pocas que fueron quitadas del mismo. En ese sentido, no avalan el aval de una bicameral del Congreso para evitar los recintos de ambas Cámaras.
Las molestias relacionadas con delegación de facultades apuntan a salud, sistema provisional y esquemas tarifarios. Mismo camino para la fórmula jubilatoria, que ahora exigen retirar de un eventual dictamen. De esa manera, quedaría la vigente del kirchnerismo, que no creen ideal.
Un área conflictiva que también quedó fue la del financiamiento privado a las campañas, que genera temor por un potencial ingreso de personajes espurios.