Aunque los sectores enfrentados dentro de la UCR son visibles -sobre todo después del ataque público de Gustavo Valdés a Martín Lousteau– los dirigentes de peso trabajan por estas horas para que el partido centenario mantenga la unidad, al menos en las formas. “Si nuestros legisladores votan enfrentados en la Comisión Bicameral es un problema”, alertó un histórico dirigente en diálogo con Infobae. Se debe a que este jueves se inicia el debate por la validez del DNU que emitió Javier Milei a pocos días de llegar a la Casa Rosada. Allí, el oficialismo corre el riesgo de no conseguir los votos necesarios para su aprobación y, en ese escenario, hay dos correligionarios que cobran protagonismo.
Se trata del senador Víctor Zimmermann y el diputado Francisco Monti, quienes integran la Comisión Bicameral, conformada con un total de 16 legisladores. Como adelantó este medio, el poroteo de votos muestra un empate entre el oficialismo y el kirchnerismo. La Libertada Avanza junta 6 votos – entre propios y aliados (PRO y Cambio Federal) -, mientras que por el lado del bloque opositor juntan otros 6 votos, todos de Unión por la Patria. Ese esquema pone mayor atención en el rol que tendrá la UCR, sobre todo después de lo sucedido con la Ley Ómnibus, donde los radicales fueron acusados de “traidores” por parte del propio Presidente.
Pero los dos votos que aporta la UCR en la Comisión Bicameral están atravesados por la interna radical. Zimmermann es un dirigente chaqueño muy cercano al ex gobernador Ángel Rozas que, a su vez, es un fiel amigo de Gerardo Morales, ex presidente del Comité Nacional. De todos modos, el senador tuvo una participación activa durante la campaña de Leandro Zdero -hombre de Valdés- que desterró al peronismo después de 16 años, pero no le alcanzó para ser bendecido como jefe de bloque en la Cámara alta, puesto que logró Eduardo Vischi, quien responde a Alfredo Cornejo.
Según pudo saber este medio, Zimmermann coincide en gran medida con lo que denuncia Lousteau respecto a la inconstitucionalidad del decreto. “La Argentina está en emergencia pero hay que ver la constitucionalidad del DNU. Desde que se anunció estamos tratando de leer y descifrar qué significa. Queremos saber exactamente cómo va a impactar en nuestras provincias porque la problemática es muy dispar, no es lo mismo las provincias del centro que en las provincias del sur”, declaró a los pocos días de que el Gobierno emitiera el DNU.
“Si el chaqueño lo obligan a votar hoy, lo haría en contra. Monti, en cambio, votaría a favor”, analizan entre los asesores que conocen el paño radical. Es que Monti, diputado por Catamarca, es uno de los correligionarios enfrentado a las autoridades partidarias. De hecho, integra un nuevo espacio que se autodefine como la “Liga del Norte Grande”, juntos con Mariano Campero (Tucumán), Luis Picat (norte de Córdoba), Martín Arjol (Misiones) y Alfredo Vallejos (Corrientes). Se trata de cinco radicales cercanos a los gobernadores, pero con aspiraciones de gobernar sus propios territorios.
Estos cinco correligionarios del interior tienen buena sintonía con el gobernador correntino, rival declarado de Lousteau. Durante la campaña electoral se acoplaron desde un principio a la lista que Patricia Bullrich con Luis Petri como candidato a vice. De hecho, respaldan el rol del mendocino al frente del Ministerio de Defensa, pese a las críticas que se generaron dentro del partido centenario. “Algunos radicales ven un cargo en el Ejecutivo y salen corriendo”, suelen bromear.
La propuesta alternativa
“Sería una tragedia que la UCR vote dividida en la Comisión Bicameral. Eso nos parte, nos rompe”, alertan dentro del espacio, aquellos que observan con preocupación las situaciones y decisiones que los acercan a los libertarios y, en otros casos, al kirchnerismo. En busca de encontrar estrategia que los unifique ante la votación del DNU, por esta horas crece la posibilidad debatir, tratar y/o aprobar o desaprobar por tramos.
Según pudo reconstruir Infobae, esa propuesta es bienvenida entre los entornos de Zimmermann y Monti. Ambos tienen un objetivo: votar de la misma manera para evitar ser la cara visible de la ruptura de la UCR. Cerca del diputado catamarqueño señalan que hay medidas que impulsa el DNU con las que está a favor, como por ejemplo, lo referido a la aeronavegación, reforma laboral y Ley de Alquileres. De todos modos, aclaran que no se trata de una decisión personal sino, en su caso, a la necesidad de representar al bloque radical en Diputados que lidera Rodrigo De Loredo. “La decisión va a estar influida por el bloque, no por el Comité ni los gobernadores”, resaltaron a este medio.
¿Qué probabilidades tiene la UCR de imponer su propuesta de tratar el DNU por partes? Ninguna. La ley 26.122 de 2006 estipula que la bicameral debe expedirse sobre la validez o invalidez formal de los decretos, es decir que cumpla con los plazos, que no incluya las cuatro materias vedadas por la Constitución (penal, tributaria, electoral o el régimen de los partidos políticos), y que existan “circunstancias excepcionales” de “necesidad” y “urgencia” que hagan imposible llevar adelante el trámite legislativo ordinario.
En el radicalismo justifican su postura: aseguran que nunca antes se analizó un DNU que abarque una gama tan amplia de temas. Eso habilitaría su tratamiento por capítulos, siempre y cuando exista consenso con otras fuerzas políticas que, hasta ahora, sólo tendría a Nicolás Massot, de Hacemos Coalición Federal, como aliado.
El rechazo que tendrá la propuesta alternativa que presentará la UCR ya es un hecho. Lo saben los propios radicales que trabajan para imponerlo pero, sin embargo, será una salida elegante para apoyar discursivamente las reformas que creen necesarias, pero sin quedar pegados a un Gobierno que se encarga de denostarlos y los escracharlos en redes sociales. Al final del proceso no se descarta que tanto Zimmermann como Monti logren votar de la misma manera: con abstención. “Todo puede cambiar en el camino”, advierten los parlamentarios más experimentados.