La mala relación entre el gobierno de Javier Milei y los gobernadores se profundiza día a día. El último eslabón de la cadena de desencuentros fue la decisión de la Secretaría de Transporte de eliminar el Fondo Compensador del Interior, por el que el Gobierno le quitó el subsidio a las empresas de colectivo del interior del país. Una medida que generó el enojo de los mandatarios y abrió un nuevo frente de batalla.
“Las provincias gastan plata en un montón de cosas menos importantes que el transporte. Tendrán que readecuar sus cuentas y ajustar”, sostuvo un integrante del Gabinete este viernes, después de una semana de reproches y acusaciones que tensaron al máximo el vínculo entre la Casa Rosada y las provincias. “Nosotros no tenemos amigos ni enemigos”, definió el vocero Manuel Adorni sobre la relación con los mandatarios.
Además, sostienen que las provincias “tienen de donde recortar” y ponen como ejemplo gastos en ministerios o eventos culturales. El objetivo claro es obligar a los gobernadores a ajustar sus cuentas y asfixiarlos con la falta de fondos provenientes de Nación. Según informaron en la Casa Rosada, durante enero se redujeron un 98% las transferencias discrecionales a las provincias.
En Balcarce 50 definen la relación con los gobernadores como “rota” aunque los más pragmáticos advierten que “siempre hay tiempo para barajar y dar de nuevo”. En el fondo saben que, más temprano que tarde, necesitarán estabilidad en los vínculos con la oposición. Lo cierto es que se planifica un esquema de trabajo sin los mandatarios provinciales. Un ejemplo de esa voluntad es la decisión de frenar la realización de un pacto fiscal. El futuro es sin ellos en el plan de acción gubernamental.
En las entrañas del Gobierno dan como un hecho la salida de los funcionarios que responden a los gobernadores. En esa lista aparecen Osvaldo Giordano (ANSES), Franco Mogetta (Transporte), Daniel Tillard (Banco Nación), Luis Giovine (Obras Públicas) y Flavia Royón (Minería). En su entorno esperan que Milei regrese al país y ejecute una modificación en el esquema del Gabinete. Una incisión que extirpe a los que no se alinearon 100%.
La posible salida de esos funcionarios terminaría de romper el vínculo con los gobernadores acusados de traidores como Martín Llaryora (Córdoba) y Gustavo Sáenz (Salta). Ambos, junto a Maximiliano Pullaro (Santa Fe), son los más apuntados por el gobierno nacional y el Presidente. Terminar de quebrar el pacto político hecho hace dos meses atrás le dará lugar a un nuevo tiempo de gobierno, pero también expondrá las dificultades para gobernar con diferencias internas.
“Giordano está en la cuerda floja”, sostienen en Balcarce 50. Nadie quiere dar por hecho lo que suponen que va a pasar. Quienes lo rodean conocen que el Presidente es de convicciones firmes e intempestivo para tomar decisiones. Sobre todo si entiende que lo traicionaron y debe condenar a los que considera como culpables. El titular del ANSES tiene el boleto picado porque su esposa, la diputada Alejandra Torres, votó en contra de algunos incisos de la ley. Final anunciado.
Esta mañana la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, anticipó que “se viene un nuevo rediseño político” en el gobierno de Milei luego del fracaso de la Ley Ómnibus. En esa línea, consideró que el Gobierno “tiene que alinearse políticamente, todos tienen que defender una causa y jugarse por la causa”. Una exclamación de fidelidad en el medio de la tormenta.
La idea de la ex titular del PRO coincide con la del ala más dura del Gobierno. Apostar a un nuevo diseño del Gabinete que contenga al partido de Mauricio Macri como principal aliado. Trasladar la buena sintonía en el Congreso, donde el bloque que conduce Cristian Ritondo acompañó casi en su totalidad la ley, al Poder Ejecutivo. Fusión y fortaleza.
Más allá de la sociedad política de Macri con Milei, y la inclusión de la fórmula presidencial de Juntos por el Cambio – Bullrich-Petri – en el Gabinete, en los primeros días de gestión quedó en claro que existe una fuerte sintonía entre el partido fundado por el ex presidente y La Libertad Avanza. Ritondo ha defendido la ley y la gestión de Milei mucho más que la mayoría de los legisladores libertarios. Un pequeño ejemplo del alineamiento.
El ex presidente Macri, que en las últimas horas mantuvo una comunicación telefónica con el influyente asesor Santiago Caputo, no quiere que el PRO empuje el cambio de Gabinete, si no que sea Milei quien tome las decisiones. Entiende que hay que empoderar la palabra y la decisión del Jefe de Estado. Que defina él, con el poder concentrado en su mano. Esa idea va en paralelo a la decisión que tomó Bullrich de salir a hablar de un rediseño del Gabinete.
En el corazón del Gobierno estiman que la caída de la Ley Ómnibus es un buen momento para correr a los funcionarios de las provincias y fortalecer la alianza con el PRO. Más que todo con el ala dura, que responde directamente a Macri. Serviría para fortalecer al Poder Ejecutivo, que está sumido en un conflicto permanente con los mandatarios y los legisladores que componen la coalición dialoguista.
Una alianza que se construya con cierta rapidez en la antesala de los meses más duros para la economía argentina, teniendo en cuenta la escalada inflacionaria, la perdida del poder adquisitivo de los trabajadores y la creciente recesión como consecuencia del fuerte ajuste fiscal que lleva adelante el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo.
La Libertad Avanza y el PRO se encaminan a una fusión que deberá bendecir Javier Milei. Pureza ideológica. Dentro del Gobierno entienden que “hay que eliminar a los traidores”, depurar las entrañas de una estructura que aún está en formación y darle espacio al relanzamiento del esquema de Gobierno, a dos meses de haber comenzado la gestión. Cohesión interna y fidelidad plena. Una nueva identidad se está construyendo lentamente.