Los vaporizadores de cannabis son una constante en el meganegocio de la marihuana legal en Estados Unidos, en sus vertientes tanto medicinales como recreativas. En las ciudades, los dispositivos alimentados a base de aceite de THC desplazan a las pipas y los porros armados. Fáciles de manipular, usualmente producidos con genéticas específicas, permiten consumir en público sin el espectáculo del humo o el olor. Sus recargas pueden costar de 20 dólares en adelante en dispensarios de ciudades como Chicago, donde el cannabis recreativo es legal y disponible a cualquier persona mayor de edad bajo las leyes del estado de Illinois.
Hoy, en Argentina, donde cualquier molécula de THC es ilegal, estos vaporizadores son una novedad de alto costo entre dealers.
Aparecieron con cierta fuerza en allanamientos e incautaciones en las últimas semanas, tanto en Rosario como en CABA, en los menúes de jugadores dedicados al menudeo que operan por Telegram, con material más gourmet, entre cogollos de marihuana y pastillas de éxtasis de alto poder, gomitas de LSD y hongos alucinógenos de diferentes variantes.
Aquí, pueden costar entre 70 y 100 mil pesos, dependiendo del nivel de la carga, una diferencia notable entre los 20, 25 o 30 dólares que cuestan en un comercio estadounidense. No son algo inocuo: los vaporizadores están vinculados por diversos estudios al daño pulmonar y las enfermedades respiratorias vinculadas a su uso crónico, con una condición relativamente reciente, el EVALI, producida por el uso de dispositivos e identificada por el US Centers for Disease Control and Prevention en agosto de 2019.
En Rosario, por ejemplo, la División Antidrogas Rosario de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal allanó esta semana a un grupo de dealers que operaban vía Telegram en esa ciudad y los incluían en su oferta, con aceites de cannabis sativa e índica, con una investigación a cargo del Juzgado Federal N°3 de Carlos Vera Barros y el fiscal Claudio Kishimoto.
Así, se implantó un agente revelador en el grupo. La causa terminó con tres detenidos tras redadas en tres domicilios. con la incautación de un cuarto kilo de hongos psilocibe, una plantación indoor de porro y 46 cartuchos de las marcas Fire y Pack Man, más sus respectivos vaporizadores, más dos millones de pesos en efectivo. El grupo de Telegram revelaba cosas más interesantes: los dealers ofrecían, también, DMT puro, la molécula altamente alucinógena hallada en la ayahuasca, también usual en Estados Unidos, pero una rareza total en Argentina.
No es el único operativo de este tipo: dos semanas atrás, la Policía de la Ciudad arrestó a un presunto dealer de 24 años que vendía vaporizadores de este tipo en una plaza de la zona de Chacarita, con diez dispositivos en su mochila.
Los productos cannábicos de alto poder, básicamente la norma en el mercado estadounidense, se ven hace varios meses en Argentina, con ciertas consecuencias. Las gomitas comestibles son otra variante.
A fines de septiembre pasado, dos jóvenes en un departamento de la calle Pasco en Palermo contactaron al 911 en medio de una fuerte crisis. En su llamado, aseguraban tener dificultades para respirar. Se despachó al SAME al lugar, cuyos médicos diagnosticaron un cuadro de intoxicación. Poco después, fueron enviados al Sanatorio de la Trinidad en Palermo.
Habían, efectivamente, comido gomitas de 100 miligramos cada una, un dosaje altísimo. Las gomitas fueron incautadas y peritadas: se identificó la presencia Delta 8 y 9 – THC, sustancias sintéticas autorizadas en Estados Unidos, pero ilegales aquí.