Mike Tyson, el legendario boxeador retirado de 58 años, tiene pautado su regreso al cuadrilátero el próximo 15 de noviembre. Su oponente será Jake Paul, un pugilista 31 años más joven que él. Este enfrentamiento viene generando una fuerte controversia, principalmente debido a la significativa diferencia de edad y la prolongada ausencia de Tyson del boxeo profesional (se retiró en 2005 y en 2020 realizó una exhibición ante Roy Jones Junior, más allá de que nunca dejó de entrenarse).
La pelea se llevará a cabo usando guantes de 397 gramos (14 onzas) y constará de ocho asaltos de dos minutos cada uno. Estas reglas fueron avaladas por la Comisión de Boxeo de Texas, que aceptó darle el rótulo de “profesional” al combate, que no para de reunir opiniones de diferente índole. Desde el actor Russell Crowe, quien aseveró que Iron Mike “es aterrador” y cree que “todavía puede volarte la cabeza a otra dimensión si te atrapa”; hasta el mítico Hulk Hogan, histórico luchador, que transmitió su temor por el ex rey de los pesados: “Amo a Mike, no quiero que lo maten”.
Freddie Roach, entrenador de renombre que trabajó con Tyson en los últimos años de su carrera, compartió su perspectiva sobre este inesperado enfrentamiento. En una reciente entrevista, habló abiertamente sobre el próximo reto en el ring de su ex pupilo. “De repente, esta pelea se presenta contra un hombre más joven, quizá más fuerte”, sorprendió.
Roach tiene una historia de colaboración con Tyson, habiéndolo entrenado durante dos combates, uno de los cuales resultó en una victoria por nocaut contra Clifford Etienne, y otro en una derrota por nocaut ante Danny Williams. “Es un gran pegador y se etrena muy duro”, lo elogió. Sin embargo, también expresó cierta preocupación debido a las dificultades que enfrentó en el epílogo de su carrera, que ocurrió hace casi dos décadas. “Las dos últimas peleas para las que entrené a Tyson no le fueron muy bien. Espero que le vaya bien porque es un buen amigo mío”, deseó.
En cuanto a Jake Paul, Roach no tiene una impresión tan detallada. Su única experiencia con él se limitó a verlo entrenar brevemente en el gimnasio Wild Card. “El chico está bien. Ya sabes, un boxeador de club, no sé”, se limitó a aseverar.
La última pelea profesional de Tyson tuvo lugar en 2005, cuando perdió contra Kevin McBride. Los últimos años de su carrera estuvieron marcados por dificultades, incluidas lesiones y derrotas. “Si no te noqueaba en un par de asaltos se rompía el menisco de la rodilla o se lesionaba en alguna parte”, evocó el afamado coach.
Por otro lado, Jake Paul ha estado activo en el boxeo y tiene la juventud de su lado, un factor que podría influir significativamente en el resultado del combate. Posee un récord profesional de 10 victorias y una derrota, y ha demostrado sus habilidades al derrotar a antiguos campeones mundiales de UFC como Tyron Woodley y boxeadores legítimos como Tommy Fury.
Esta pelea, que originalmente estaba programada para julio, se aplazó por “motivos médicos”, luego de los problemas de salud que sufrió Iron Mike en un vuelo a Los Ángeles. Aún así, ha vuelto al gimnasio y ha demostrado a través de videos de entrenamiento que todavía posee una fuerza impresionante en ráfagas cortas.
El combate Tyson-Paul promete ser uno de los eventos más seguidos y debatidos de la temporada boxística, a pesar de las diversas opiniones sobre la conveniencia del mismo. Con el añadido interés de la polarización en la comunidad deportiva, y el imán aún vigente de Kid Dynamite, la pelea del 15 de noviembre está marcada con marcador indeleble en el calendario de los fanáticos.