Goya, Corrientes -enviada especial-. La llegada de la medianoche era inminente y desde la vereda de enfrente se veían encendidas las luces del primer piso de la Fiscalía Federal de la ciudad correntina de Goya. Ya María había saludado desde esa misma ventana a los vecinos que marcharon al grito de Justicia por su hijo Loan Danilo Peña. Incluso, ella y su esposo, José, así como dos de sus hijos, estaban rumbo a su casa de la localidad de 9 de Julio donde la cama del nene de 5 años permanece vacía desde hace 16 días.
Sin embargo, César Peña, otro de los integrantes de la familia del chiquito desaparecido el 13 de junio pasado en el paraje Algarrobal, aún seguía en la dependencia judicial. La imagen que se apreciaba ese jueves del otro lado del vidrio de esa ventana -algo indiscreta-, a la distancia, pero aumentada por la visión de las cámaras; era de mucha angustia.
Y, precisamente, angustia es la palabra que, desde el entorno de esta familia quebrada por la ausencia de uno de los integrantes más pequeños, más utilizan para describir cómo se sintieron al afrontar ese primer encuentro oficial para dar testimonio ante el fiscal federal de Goya, Mariano de Guzmán, y los enviados de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex). Para contar todo lo que necesitaban decir.
Para los fiscales como para la jueza federal de Goya, Cristina Pozzer Penzo, tras recibir los expedientes que envió la justicia provincial, era imperioso contar con el relato de la familia de Loan, por más duro que fuera, para reconstruir lo sucedido en las primeras 48 horas alrededor de la desaparición del nene. “Necesitaban conocer de primera mano a todos, que están angustiados, necesitaban testimoniar. José, por ejemplo, nunca declaró, lo necesitaba”, remarcó en diálogo con Infobae una fuente del caso.
Y José Peña, uno de los últimos hermanos en estar frente a los fiscales porque cuando fue el resto de su familia él se quedó al cuidado de los más pequeños, este viernes se subió al auto de traslado tras cumplir con la cita judicial por más de cinco horas y, ante el saludo de vecinos y los gritos de “fuerza”, sonrió con timidez, cerró el puño y abrió el pulgar en señal de gracias.
Minutos antes, José había aparecido desde la ventana del primer piso para agradecer con un gesto a los mismos vecinos que cargan carteles de Justicia por Loan por las calles de Goya.
“Esto ha superado cualquier tipo de contención y atención que se le pueda dar a los familiares directos del niño desaparecido”, describió otra fuente la dimensión de lo que se sufre en el seno de la familia y dio un dato que estremece: “Ellos miran las 24 horas la televisión y cado dos minutos aparece un ‘urgente’ y se angustian”. No por nada, los abogados que asesoran a la familia están solicitando, sobre todo, atención psicológica extra para la mamá de Loan.
En ese contexto, la llegada del abogado Fernando Burlando, patrocinante de la familia, este sábado a la ciudad de Goya y a la localidad de 9 de Julio, se da justo cuando la jueza Pozzer Penzo ha corrido a la policía provincial, a la que ya había desplazado bastante; y todo lo concentra en las fuerzas federales. Cada una con un rol específico en esta causa que se investiga como averiguación de delito: Prefectura se encargará de las cuestiones logísticas, Gendarmería hará las operaciones necesarias en el campo y la Policía Federal tendrá a cargo la investigación.
Y como el tiempo que pasa corre en contra de la investigación, este domingo y lunes pueden llegar a intensificarse los trabajos en el terreno. Hay que recordar que desde el Ministerio de Seguridad Bonaerense sumarán gente y recursos técnicos para trabajar en una zona que todavía no fue rastrillada con drones, sí revisada a pie.
Mientras, se espera el resultado de la pericia a los 20 celulares secuestrados, que además de ser analizados, serán sometidos a un cruce de datos; algo clave.
Hay que recordar que la causa por la desaparición de Loan, que ahora se investiga como averiguación de delito, tiene recluidos en los penales de Salta y Chaco al capitán de navío (RE) Carlos Pérez y a su esposa, la ex funcionaria municipal María Victoria Caillava; al tío Antonio Benítez, y a la pareja integrada por Mónica del Carmen Millapi y Daniel “Fierrito” Ramírez por el delito de captación con fines de explotación.
El sexto de los detenidos es el comisario Walter Maciel, que está acusado de encubrimiento por favorecimiento real, calificado por la gravedad del delito precedente y la calidad de funcionario público del autor.