La Libertad Avanza tendrá una agenda delicada durante las próximas tres semanas en el Senado: en menos de 20 días deberá dictaminar la ley de bases y el paquete fiscal, frenar la presión opositora de diferentes bloques para realizar sesiones especiales, y obtener la sanción definitiva de los dos proyectos en cuestión para la foto del Pacto de Mayo que empuja el Gobierno, ante temores cada vez más voluminosos por un eventual regreso en segunda revisión a Diputados.
El primer problema que existe en la Cámara alta con ambas leyes es que, si bien no son desconocidas en ningún despacho, es notoria la falta de legisladores del oficialismo y la oposición “dialoguista” para revisar la viabilidad de cada artículo de los textos. En Diputados, por caso, muchos coincidieron en que la macrista Silvia Lospennato -entre otras- fue clave antes de la sesión del lunes y martes último.
Bajo ese precepto, la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, dependerá de sí misma y de su equipo más cercano para realizar el difícil peinado. El Gobierno aportará lo suyo con funcionarios que concretaron dicha tarea tras la impericia libertaria en la Cámara baja del período estival, con el regreso a comisiones de la ley ómnibus original.
Otro punto interesante es ver cuánta ventana política la abrirá el Ejecutivo a Villarruel, después de los generosos apoyos de todo tipo que necesitó el titular de Diputados, Martín Menem, para salvar la discusión allí. A diferencia del riojano, la libertaria logró por su cuenta el respeto de la Cámara alta y puede juntarse con cualquier legislador, algo que genera resquemores en el Gobierno.
Todo esto toma relevancia luego del almuerzo del martes pasado de Villarruel con la secretaria general de Presidencia, Karina Milei, en el comedor del Senado. No es menor que, en dicho convite, también se haya dialogado sobre el futuro del partido libertario. A fin de cuentas, la vicepresidenta es una de las fundadoras -reales, sin los amigos actuales del campeón- junto al jefe de Estado y el porteño Ramiro Marra. Épocas anteriores a 2021, cuando unos pocos juntaron los avales, fondos y la logística para la campaña a la diputación.
De cara a la semana próxima se espera el aterrizaje de los funcionarios nacionales para defender la ley bases recortada y el paquete fiscal. Los tiempos obligan al oficialismo a apurar temas ante un Senado que tiene su propio cronómetro. La jugada dista de ser la ideal, pero es la definida por el Ejecutivo. Las 72 horas para debatir y dictaminar no suenan razonables en varios despachos opositores y la discusión podría extenderse hacia mitad de mes. La pincelada final se conocerá con el correr de los días.
Con la sesión de Diputados y el feriado del miércoles, el oficialismo senatorial logró amortiguar las solicitudes de sesiones especiales que hicieron diferentes bancadas. En primer lugar, está el del Frente de Todos, que comanda el formoseño José Mayans, que incluye retrotraer tarifas eléctricas -de la peronista riojana y ex vicegobernadora Florencia López-, presupuestos universitarios y el proyecto para que el Presidente sea quien más gane en el Estado, tras la polémica suba de dietas en la Cámara alta.
El Pro también reclama que se discuta el aumento en las dietas, y el radicalismo y el peronismo disidente reclamaron sesión especial para la emergencia universitaria. Entre lunes y martes habrá reuniones entre autoridades y jefes de bloque sobre las posibilidades de ir al recinto, aunque la propuesta del oficialismo será terminar primero con la ley de bases y el paquete fiscal. Otro round de difícil digestión.
En cuanto a estos dos textos, la reinstauración de Ganancias pende de un hilo, como contó este medio desde hace más de un mes en diferentes publicaciones. Además, para la votación en particular -primero, debe atravesar la general-, la lupa opositora estará también direccionada a las facultades delegadas, algunos ítems del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), el área previsional, blanqueo y Bienes Personales, entre otros. Ni hablar del tema tabaco, que recortará a través de un furibundo lobby a la mayoría de los bloques, como ocurrió en la Cámara baja.