Emanuel López fue uno de los once protagonistas de la Fiesta de Olivos. Ese episodio significó el final de su amistad con Fabiola Yañez. Al poco tiempo, decidió regresar a México, donde trabaja como modelo y locutor. Hasta ahora, nunca había hablado de aquella noche, y mucho menos de su estrecha relación con la ex primera dama. ¿Qué cambió? La confirmación del documental que habría grabado Yañez en Madrid. “Que cuente toda la verdad… porque decir verdades a medias, es mentir”, lanza en una entrevista exclusiva con Infobae.
Pasaron casi cuatro años de la “Fiesta en Olivos” en plena pandemia. Y tres desde que se filtró la foto que generó una crisis profunda en el gobierno de Alberto Fernández. Al igual que el resto de los protagonistas, López tuvo que presentarse en el expediente judicial, pagar una reparación integral, en su caso fueron $250 mil para un hospital de Vicente López, pero todavía no fue sobreseído por el juez Lino Mirabelli. Algo similar ocurrió con su esposo, Fernando Consagra, que también participó del famoso cumpleaños.
“Desde ese momento cada uno priorizó y cuidó sus intereses”, cuenta ahora sobre el final de su relación con Yañez. La “fiesta en Olivos” y el escándalo posterior impulsó su renuncia. “Era insostenible todo lo que se vivía ahí adentro en Olivos. El clima ya era muy tenso y con los meses todo fue empeorando. Trabajar en Presidencia para mí fue una pesadilla. Solo Dios sabe lo que yo viví”, cuenta desde el DF.
– ¿Cómo llegaste a trabajar con Fabiola Yañez?
– A mi me contrata la Secretaría General de Presidencia de la Nación. Fueron solamente diez meses. Tuve que dejar una gran oportunidad que estaba teniendo de conducción en televisión en México, donde vivo hace diez años.
– ¿Quién te contactó?
– Meses previos a la asunción tuvimos una charla con Fabiola (a quien conozco hace más de 20 años), para poder coordinarlo ya que yo no vivía en el país y tenía que dejar toda mi vida y trabajos en el DF (en México). Mi condición era no abandonar mi carrera y poder ejercerla en Buenos Aires en mis tiempos extras. El 9 de diciembre de 2019, un día antes de la asunción, me sentaron con una persona del Gobierno y me prohibieron prácticamente tener contacto con todos los medios de comunicación. No era lo acordado. Fue una traición y fue imperdonable. Pero yo ya había hecho el traslado de país a país.
– ¿Cuál fue tu función mientras trabajaste con Fabiola?
– Me ocupaba de toda la comunicación. Y además llevaba las relaciones con otras áreas como Protocolo y Ceremonial de la Casa Rosada y también con la seguridad de la ex Primera Dama. Nunca fui asesor de nada ni de nadie. Y a diferencia de lo que se cree… fueron meses muy intensos. De trabajar día y noche. Sin horarios. Casi sin descanso. Cualquier persona de todas áreas de Presidencia, que trabajó conmigo, saben muy bien lo buen compañero y respetuoso que fui con todos.
– ¿Quién te invitó y por qué fuiste al festejo de Fabiola esa noche?
– Yo trabajaba físicamente en la Quinta de Olivos. Era el lugar que me indicaron desde el principio. Prácticamente todos los días tenía que asistir de manera presencial. La invitación la hizo la señora (Yañez). En ese momento yo tenía que preservar mi puesto ya que era mi principal fuente de ingreso. No podía perder mi trabajo. Enterré a mi padre unas semanas antes de ese hecho, el 9 de mayo de 2020. Murió luego de estar doce días en terapia intensiva. Imagínate que en lo personal yo no tenía nada que celebrar ni festejar. Fue muy doloroso, para mí y para toda mi familia.
– ¿Conocías a todos los que estaban invitados?
– Si, por supuesto.
– ¿Cómo transcurrió la reunión?
– Fue un encuentro de un par de horas en el comedor principal donde se hacían todas las reuniones de trabajo. No había música. Si mal no recuerdo, cenamos paella. Se brindó. Cortamos la torta y no mucho más. Estaban los mismos empleados que yo veía a diario en la cocina del chalet presidencial. No hubo un catering especial. La foto la tomó una de las personas que ayudaban con el servicio. No había más invitados. La recuerdo como una noche aburrida. El clima no era de fiesta.
– ¿Cuándo llegó Alberto Fernández? ¿Es cierto que pasó un rato y se fue?
– Sí. Alberto llegó, se sorprendió completamente. Yo creo que ni sabía de la reunión. Abrió la puerta, se sentó, cenó rápido y se fue a descansar. Habrán sido algunos minutos.
– ¿Tenés alguna hipótesis de cómo se filtraron las fotos?
– La verdad que no lo sé.
– ¿Cuándo se hizo público el tema, en 2021, hablaste con Fabiola?
– Sí. Llevábamos una amistad de más de 20 años. La foto de la Fiesta de Olivos fue la gota que rebalsó el vaso. Desde ese momento cada uno priorizó y cuidó sus intereses. Hace ya varios años que no tengo contacto. El vínculo se rompió. Fueron dos décadas de amistad tiradas a la basura. Yo soy una persona libre. No le debo nada a nadie. Cada uno vive su experiencia y transita su recorrido como puede. Yo soy profesional, honesto, y trabajo desde que era adolescente. No gozo de beneficios. Todo mi camino lo hice solo, sin ayuda de nadie. Hay muchas personas del medio en Argentina que me conocen.
– ¿Te revisaron el teléfono cuando ocurrió el escándalo?
– Eso fue un rumor. Hubo un momento que se creía que teníamos los teléfonos intervenidos. Pero no. Nunca nadie nos pidió los teléfonos. Eso no es real. Tampoco es real que la causa esté cerrada. Eso es algo que se instaló. Pero hace ya tres años que estamos esperando el sobreseimiento.
Efectivamente, el juez Mirabelli todavía no cerró el expediente y sigue esperando que se resuelvan algunos planteos ante la Corte Suprema. Uno de esas presentaciones lo hizo el abogado Alejandro Sarubbi Benítez, en representación de los padres de Solange Musse, que quieren ser aceptados como querellantes.
Al igual que el resto de los imputados, Alberto Fernández pagó una donación para esquivar su indagatoria y la de su esposa. En mayo de 2022 hizo dos transferencias de $1,6 millón y $1,4 millón. El sobreseimiento parecía una formalidad, pero nunca se concretó.
La única que logró cerrar la causa fue Carolina Marafioti, la estilista de Fabiola Yañez, que se presentó al comienzo de la investigación como una suerte de “globo de ensayo”.
– ¿Por qué dejaste de trabajar con Fabiola?, le preguntó Infobae a López en una extensa charla telefónica.
– Soy muy agradecido de cada una de las oportunidades que se me presentan en el camino y durante ese tiempo cuide muchísimo mi trabajo. Si bien mi sueldo promedio era de $100.000, que hoy no es nada, en ese momento me alcanzaba para llegar a fin de mes, lo necesitaba, como cualquier persona en medio de una pandemia. Renuncié porque fue insostenible toda la situación que se vivía ahí adentro en Olivos. El clima ya era muy tenso y con los meses todo fue empeorando. El trato ya no era el correcto. Trabajar en Presidencia para mí fue una pesadilla. Solo Dios sabe lo que yo viví.
– ¿Cómo era tu relación con Alberto Fernández?
– La verdad que él siempre fue una persona sumamente respetuosa conmigo. En todo momento.
– ¿Qué opinas de lo que dijo ex el presidente cuando se conocieron las fotos, por aquello de “mi querida Fabiola”?
– Alberto no estaba al tanto del festejo…
– ¿Cuándo estabas trabajando en la quinta, en plena pandemia, recibiste un permiso de circulación de parte del Intendente de Olivos?
– Sí. Fue el permiso que me brindó mi empleador para asistir a mi puesto de trabajo, sellado y firmado. Era un documento como el de cualquier persona, para circular y concurrir a mi laburo.
– ¿Vos sabías que ese permiso era trucho?
– Para nada. Cómo voy a saberlo. Fue el permiso oficial que me otorgaron para circular desde mi casa al trabajo y del trabajo a mi casa desde el primer día que comenzó la pandemia y uno lo necesitaba para trasladarse.
Infobae reveló que esos permisos los firmaba el intendente de la quinta de Olivos, Daniel Rodríguez, un hombre de estrecha confianza de Alberto Fernández. Todos los permisos tenían un sello de Presidencia de la Nación y apenas un párrafo que “habilitaba” a circular.
– ¿Es verdad que por asistir el día de la fiesta de Olivos cobraste horas extras?
– Eso es completamente falso. Es un invento. En julio de 2020 yo cobré $95.559, de los cuales $17.385 fueron horas extras, correspondían a un sábado y un domingo de trece horas de trabajo. Esa información está en mi recibo de sueldo. Está todo detallado. Es mentira que fueron horas extras del 14 de julio.
– ¿Cómo te afectó todo lo que pasó en tu carrera profesional?
– Yo tuve que regresar a México. No fue nada fácil. Tuve que reinsertarme nuevamente. Reconectarme con mi profesión. Y afrontar grandes gastos económicos para instalarse nuevamente en otro país.
– Cuando te enteraste de que Fabiola grabó un documental donde habla de la Fiesta de Olivos, ¿qué pensaste?
– Que cuente toda la verdad… Porque decir verdades a medias, es mentir.
– ¿Por qué decidiste hablar ahora?
– Porque a raíz de esta nueva noticia sobre el documental veo mi imagen nuevamente expuesta y me pareció oportuno el momento para aclarar lo que yo viví.
– ¿Seguís en contacto con los demás protagonistas de aquel evento?
– Sí. Hay algunas personas de la foto que considero familia.
– ¿Haber participado de esa cena fue un error? ¿Hiciste autocrítica?
– Por supuesto que fue un error. Como dije antes, mi papá había fallecido hacía unas semanas de ese hecho. No pudimos velarlo. Yo no tenía nada para festejar. Pero si tenía que preservar mi trabajo.