Horas después de los fuertes dichos del presidente Javier Milei en Madrid, en los que calificó de “corrupta” a la mujer de Pedro Sánchez, su par español, el gobierno argentino se encuentra lejos de retroceder en su posición. Pese a la advertencia del canciller español, José Manuel Albares, sobre la posibilidad de que las ofensas afecten la relación entre los países, desde la Casa Rosada defienden sus argumentos.
“Las agresiones fueron del gobierno del presidente Sánchez, no corresponde ninguna disculpa”, afirmó, por caso, el ministro del Interior, Guillermo Francos. El funcionario recordó que el jefe de Estado de España se inmiscuyó en la campaña electoral que llevó a Milei a la presidencia, expresándose justamente a favor de quien entonces era su rival, el ex ministro de Economía Sergio Massa.
En concreto, Francos hizo alusión al viejo rencor que el gobierno actual arrastra con Sánchez. “Era un presidente de España haciendo campaña por Massa, no sé de qué se queja ahora”, reiteró el funcionario en declaraciones a la señal de noticias TN. Más adelante, el ministro enumeró una serie de declaraciones de funcionarios españoles que el gobierno nacional consideró igualmente ofensivas.
Francos negó la posibilidad de que exista un pedida de disculpas por el contenido del discurso del presidente Milei en la convención de Vox, el partido de ultraderecha español, cuyo líder, Santiago Abascal, es un ferviente opositor a la gestión de Sánchez. No obstante, para el ministro argentino “no existe una crisis” y en todo caso, ubicó el entredicho en la categoría de diferencias entre dirigentes políticos.
Asimismo, el ministro minimizó la reacción formal de la cancillería española, que determinó llamar a consulta a la embajadora de España en Argentina, María Jesús Alonso Jiménez. Tal medida implica que la diplomática abandone el país y se reporte ante sus autoridades para dar cuenta de un hecho que ese gobierno considera grave. “Ellos sabrán. La llamaron, supongo que en estos días volverá. Es ridículo que quieran romper relaciones con Argentina”, insistió el ministro.
Aunque las diferencias no son nuevas, el conflicto escaló este domingo 19 de mayo, a raíz de un fragmento de la exposición del presidente Milei en Madrid. Allí sostuvo: “Qué calaña de gente atornillada al poder. Aun cuando tenga a la mujer corrupta, se ensucia y se toma cinco días para pensarlo”. El libertario hacía referencia a la licencia que solicitó Sánchez en medio de las denuncias por tráfico de influencia contra su esposa, Begoña Gómez. En ese trance deslizó la posibilidad de renunciar a la primera magistratura española por lo que consideró se trató de un ataque personal.
Meses antes, desde la cuenta de la red social X, Oficina del Presidente de la República, que expresa posiciones oficiales, el gobierno había hecho mención al caso. “El gobierno de Pedro Sánchez tiene problemas más importantes de los que ocuparse, como las acusaciones de corrupción que caen sobre su esposa, asunto que lo llevó incluso a evaluar su renuncia”. Fue en respuesta a los dichos de un ministro español, en los que acusó al presidente Milei de haberse mostrado en público bajo de los efectos de la “ingesta de sustancias”.