Luis Har es un argentino de 71 años que fue secuestrado el pasado 7 de octubre por Hamas. El grupo terrorista irrumpió en su casa ubicada en Kibutz Nir Itzjak -Israel- donde vivía junto a su pareja Clara, los hermanos de ella Fernando y Gabriela, y su sobrina Mía. Durante una entrevista, el hombre revivió los 129 días en cautiverio y el rescate organizado por las Fuerzas de Defensa de Israel (Tzahal). “Era como estar en una película de acción”, describió.
Según el testimonio que Har brindó al programa ¿Dónde Están?, que se encarga de visibilizar las historias de los rehenes secuestrados en Gaza y se emite por YouTube, el 7 de octubre fueron sorprendidos por un grupo de terroristas de Hamas en su casa: “Lograron abrir la puerta y empezamos a gritar ‘No tiren, no tiren’. Empezaron a empujarnos y a llevarnos a la fuerza”. En ese momento se entregaron sin mostrar resistencia y nombraron en varias oportunidades a Lionel Messi para aclararles que eran argentinos, pero no hubo caso.
Los terroristas destruyeron la vivienda y se llevaron a toda la familia secuestrada a Gaza: “Nos sentaron sobre armas, bombas y se subieron cinco terroristas encima nuestro, como si fuéramos el piso. Tenían un arma colgada del cuello y otra que iban tirando y gritando ‘Allahu Ackbar’. Al pasar el portón de la frontera había dos ambulancias de ellos y estaban cargando cuerpos, por lo que vimos por la ropa y eso eran cuerpos de civiles israelíes”.
“En el camino vimos jóvenes que tenían tijeras para cortar árboles y nos hacían señas de que nos iban a cortar. En el momento que paró la camioneta, había como un portón bajo, que era la entrada a un túnel. Los que nos llevaban adentro del túnel eran dos adelante, dos en el medio y dos atrás, pero ni ellos sabían cuál era el camino dentro de los túneles por donde tenían que ir, sacaban un papel donde tenían como un mapa y donde tenían que ir y se equivocaron varias veces. Íbamos corriendo casi y el piso era completamente con piedras y tierra lleno de cables. Algunas partes tenía cemento, la parte de arriba y de los costados había partes que había que saltar, como un escalón alto. O sea, teníamos que ayudar uno al otro para poder subir. Y había lugares que era tan bajito que teníamos que ir arrodillados así, arrastrándonos. Oscuridad completa. Entonces nos teníamos que ir agarrando, ir subiendo. Nos parecía que nos íbamos a caer. El que no pudo subir lo ataron y lo subieron con cuerdas. También las armas de ellos las subieron así, todo atado como un paquete. Y llegamos arriba y de golpe vimos la luz del día. Era un gallinero de gansos había adentro”, recordó el hombre rescatado.
Tras el secuestro, el grupo de terroristas los tuvieron dos días cautivo en diferentes lugares civiles de Gaza hasta terminar en un edificio, que terminó siendo el último lugar de cautiverio. “Siempre nos decían ‘los raptamos juntos y van a salir juntos como una familia’”, resaltó pero, finalmente, las mujeres fueron las primeras en ser liberadas durante el mes de noviembre, tras permanecer 53 días secuestradas.
“Si llegó mi hora y no llego a salir, por lo menos algo hice”, era uno de los reiterados pensamientos que sobrevolaban por la mente de Luis Har, a la par de los recuerdos de su vida en Argentina, sus 4 hijos y 10 nietos. En el día 129 de su cautiverio, pasadas las 2 am, aparecieron miembros de las Fuerzas de Defensa de Israel (Tzahal) a rescatarlo: “‘Vinimos a llevarte a casa’, me dijeron. Entonces, en ese momento, yo me sentí en las mejores manos del mundo. Nos sentimos tan protegidos. Ahí nos tuvieron así, abrazados, cuidándonos. Yo le pregunté a uno de los soldados ‘¿Explotaron todas las casas al mismo tiempo? ¿Cómo hicieron para salvar a todos?’”.
“‘Vinimos a agarrarlos a ustedes dos y nada más’, me respondió. Íbamos adentro y yo le digo al soldado que está al lado mío. Le digo ‘Escuchame. ¿Están seguros de que esto no es una película?’ Porque para mí era estar en una película de acción. Me dice ‘No, Luis, vinimos a llevarlos a casa. Y dentro de poco van a estar junto a sus familias’”, recordó durante su relato.
Finalmente Luis Har y su cuñado pudieron reencontrarse con su familia, quienes les prohibieron consumir noticias sobre lo sucedido: “De a poco me fui enterando de lo que pasó. Fui enterándome de mis amigos. Murieron asesinados ocho amigos míos. Es importante que el mundo sepa lo que ha pasado el 7 de octubre. En ningún momento dejé de pensar que este es mi país y este es el lugar donde tengo que vivir. Porque si no existe este país no voy a poder vivir en ningún lado. Yo puedo viajar por todo el mundo, pasear y todo, pero volver a vivir acá en Israel”.