En un operativo llevado a cabo en las proximidades de la Ciudad de Córdoba, efectivos de la Policía Federal Argentina (PFA) arrestaron a Agustín Felipe O’Ryan Soler, quien era buscado por la justicia chilena por haber sido hallado responsable de ser el autor de abusos sexuales contra dos menores de edad.
La detención ocurrió en un camino rural, a 40 kilómetros de la capital de Córdoba, poniendo fin a una fuga que duró más de un año y cuatro meses. O’Ryan Soler, de 21 años, había sido condenado a 7 años de prisión por la violación de dos menores.
El foco de la búsqueda se concentró inicialmente en el country Sierra Nueva, en Mendiolaza, donde se sospechaba que el prófugo se estaba ocultando.
Sin embargo, tras verificar que O’Ryan Soler había abandonado ese lugar dos días antes, la PFA intensificó su operativo de búsqueda, culminando exitosamente en su captura. El prófugo ha sido trasladado a la División Unidad Operativa Federal Córdoba y se espera su posterior extradición a Chile para enfrentar la justicia.
La captura de O’Ryan Soler representa el fin de una búsqueda de Justicia para las víctimas que se había intensificado en diciembre de 2022, cuando un centenar de mujeres marchó por las calles de Curicó exigiendo su detención.
Es que luego de que el acusado fuera condenado, se fugó mientras cumplía arresto domiciliario. Fue el 9 de diciembre de 2022. Luego, Interpol de Santiago emitió una notificación roja.
O’Ryan Soler, oriundo de Curicó y sin vinculación con las conocidas “cecinas Soler”, había sido detenido en julio de 2021 tras dos denuncias presentadas en su contra por violación y abuso sexual agravado, perpetrados en similares situaciones: contexto de fiesta y alcohol.
A la primera víctima, una adolescente que por ese entonces tenía 16 años, la violó durante una fiesta, aprovechándose de su estado de ebriedad. La otra menor fue abusada durante el cumpleaños de una prima de O’Ryan Soler: el condenado ingresó a la habitación y la atacó.
La justicia había intentado, sin éxito, modificar la medida de arresto domiciliario el día de su condena. Siempre se sospechó que el acusado no estaba presente en su domicilio durante la sentencia, cuando se conectó de modo remoto. En realidad, su plan de fuga ya estaba en marcha.
Pero la vida en la clandestinidad, que duró más de un año, llegó a su fin en las últimas horas en Córdoba.
Noticia en desarrollo