Una institución salesiana de Bariloche cerró un oratorio y suspendió las actividades lúdicas que se desarrollaban en una parroquia barrial por la reciente designación de un sacerdote que en 2023 fue condenado a tres años de prisión en suspenso por el abuso sexual de una menor de edad.
Desde febrero de este año Carlos Gabriel Bareuther da misa en la parroquia San Cayetano, en el extremo sur de Bariloche. La condena que le impuso la Justicia tras comprobar que abusó sexualmente de una menor no se lo impide. Sin embargo, su designación generó malestar en la entidad salesiana, a tal punto que decidió suspender algunas actividades mientras el sacerdote siga en la parroquia San Cayetano.
El religioso fue condenado en la localidad de Cañuelas por el abuso de una alumna del colegio Santa María de esa localidad, ocurrido entre abril y julio de 2018. El episodio sucedió en la oficina del sacerdote, dentro de la institución educativa, cuando la víctima tenía 14 años.
El repudio de los salesianos
La Asociación Damas Salesianas Felipe Rinaldi tiene en Bariloche varios establecimientos educativos y centros de formación, uno de los cuales comparte espacio y actividades con la iglesia San Cayetano, donde fue designado el sacerdote condenado.
El Obispo de la Diócesis de Bariloche, Juan Carlos Ares, avaló la designación. Las autoridades de Damas Salesianas expresaron ante Ares su rechazo a la medida e incluso compartieron su disgusto con los padres de la comunidad educativa. Sin embargo, el sacerdote siguió oficiando misas y participando de las actividades religiosas de la parroquia. “Cumple sólo tareas administrativas” se justificó el obispo.
Para resguardar a los alumnos, las Damas Salesianas suspendieron las actividades pastorales y las actividades lúdicas que ofrecían a los alumnos de su entidad educativa con el objetivo de resguardarlos y prevenir un posible contacto de los menores con el sacerdote condenado.
“Nos vemos obligadas a tomar esta decisión con gran dolor y frustración porque el clero no ve el gravísimo riesgo que suscita esta situación en nuestras comunidades educativas”, expresaron el viernes 12 de abril en un comunicado a los familiares de los alumnos.
La Cámara de Casación de La Plata analiza un pedido de absolución que presentó la defensa de Bareuther. En caso de confirmar la sentencia, el Vaticano podría quitarle los hábitos y excomulgar al religioso, aunque la medida aún está pendiente.
El reclamo también fue elevado al Inspector Salesiano Darío Perera, responsable de la designación, quien viajaría esta semana a Bariloche para decidir sobre el futuro de Bareuther.
Las Damas Salesianas explicaron que hubo reuniones con el párroco de la Comunidad de San Cayetano y el Obispo de Bariloche, pero la falta de respuestas motivó que el caso tome estado público. “Hasta ahora no tuvimos respuestas”, advirtieron.
“Lamentablemente nos llevan a tomar la firme decisión de no abrir el oratorio, ni habilitar espacios extra curriculares lúdicos, ni realizar celebraciones religiosas- a cargo de los Sacerdotes de Don Bosco-mientras continúe esta lamentable situación consentida por los Salesianos de Bariloche y el Obispo” dice el texto que compartió la asociación.
El caso
En la lectura del fallo, de 81 fojas, el juez Hernán Decastelli brindó detalles del hecho investigado, que terminó con la condena del religioso. Allí consideró como probados los tocamientos en perjuicio de la alumna aunque lo absolvió de otra denuncia similar, por falta de elementos probatorios.
Para arribar a la sentencia condenatoria el magistrado tomó en cuenta, sobre todo, la declaración de la víctima – que hoy tiene 24 años- durante el juicio oral y público. En esa oportunidad la chica, relató: “Se sentó al lado mío, me di cuenta de que estaba más en mi silla que en la de él. Me acuerdo que decía que quería ser mi amigo y demostrarme su amor. Yo seguí llorando. Él se levantó y me abrazó. Yo traté de sacármelo de encima y él presionó. Bajó la mano a la parte baja de mi espalda. El abrazo fue por arriba de la ropa. Cuando bajó la mano, sentí que me tocó mis partes íntimas por atrás. Sentí un beso en el cuello. Lloraba muchísimo hasta que logré sacármelo de encima. Me dijo que no dijera nada porque iba salir perdiendo yo. Ahí salí corriendo, me lavé la cara y entré al salón. Mis compañeros me preguntaron qué había pasado. No dije nada”.
“Un análisis conglobante de la prueba de cargo desarrollada -expuso Decastelli- me permite aseverar sin dudas que la alumna fue víctima del hecho aquí en juzgamiento por parte de Carlos Gabriel Bareuther, habiéndose concretado de dicha manera el abuso, pues la misma fue abrazada en contra de su voluntad, forzadamente, en la parte baja de la espalda al punto de tocar sus zonas íntimas” dice el fallo.
El magistrado agrega que “nótese que la víctima mantuvo su relato a lo largo del tiempo con igual tenor, contándole la misma situación vivida a su padre, madre y psicóloga (abrazos por debajo de la cintura que le rozaban las partes íntimas y besos en su cuello). En esa dirección los dichos de los testigos me infunden certeza y no hallo en sus relatos razones que me permitan dudar de ellos; ni factores que me demuestren una fabulación”.
“Descarto lo expuesto por el imputado en cuanto a que reconoce los abrazos -realizados en esa oficina donde se reunía privadamente- más sostiene que los mismos eran de carácter afectuoso, no logrando contrarrestar por qué la niña le agregaría el tinte sexual y lo acusaría de que aquellos era forzados u obligados por debajo de la cintura, al punto de no dejarla salir de la habitación y darle un beso en el cuello” agregó el juez.
De esta manera Bareuther fue condenado a tres años de prisión de ejecución condicional más costas por el delito de abuso sexual simple agravado por su condición de ministro de culto (artículo 119 primer y quinto párrafo del Código Penal). Como atenuante el juez valoró la falta de antecedentes. Durante los alegatos el fiscal Mariano Sibuet había solicitado tres años y seis meses de prisión en tanto que el particular damnificado había pedido seis años.