En el primer semestre de 2024, los diputados usaron casi el triple de pasajes que en 2023

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En los primeros seis meses del año, los diputados dispusieron en total de 27.771 tramos de pasajes, según los datos publicados en el sitio web de la Cámara y procesados por Infobae. La cifra es casi el triple de los 7.813 tramos usados en el mismo período de 2023. El número de la primera mitad de 2024 duplica, a su vez, el promedio de los primeros semestres anteriores desde 2018, exceptuando el período de la pandemia de COVID-19, de acuerdo al análisis comparativo hecho por este medio. Cada tramo es un pasaje de ida o de vuelta.

En dinero, los 15.042 tramos aéreos y 12.729 terrestres que se usaron en la primera mitad del año implicaron un gasto de aproximadamente unos $3.600 millones, según pudo saber Infobae de fuentes de la Presidencia de la Cámara. En el primer semestre de 2023 se habían emitido 7.617 aéreos y 196 terrestres.

Desde la Presidencia de la Cámara baja explicaron a Infobae que la mayor emisión de pasajes obedece a que hubo más actividad de las comisiones en lo que va del año. Señalaron que mientras en el primer semestre hubo 162 reuniones de comisiones permanentes y bicamerales, en el mismo período del año pasado se realizaron 63.

La cantidad de tramos que tiene asignada cada legislador -hasta un máximo de 36 por mes en total-, abrió un debate sobre su necesidad y el uso social y político que le dan a los pasajes que no están a su nombre y exceden los necesarios para ir cada semana al Congreso desde sus provincias. Si bien están previstos en la normativa de la Cámara, hay quienes cuestionan la discrecionalidad con la que los legisladores pueden asignarlos a otras personas -más allá de sus asesores- y la falta de transparencia sobre los destinatarios.

De los 257 diputados que integran la Cámara, casi el 90% -230 legisladores- usaron los pasajes que tienen disponibles en concepto de movilidad, según la normativa vigente.

Para esta nota, Infobae consultó a una decena de diputados de los que requirieron mayor cantidad de tramos en el primer semestre. Todos coincidieron en su legalidad y destacaron que su uso está enmarcado en lo que dispone la reglamentación de la Cámara. A su vez, señalaron que “no hay manera de que los diputados y senadores del interior puedan trabajar” si no disponen de esos vuelos pagados por el cuerpo y que, además, necesitan que viajen algunos de sus asesores. Varios señalaron que la difusión de la información -que está publicada en la sección de Transparencia de la Cámara de Diputados– tiene “una intencionalidad antipolítica”.

De cuántos tramos dispone cada diputado

Actualmente, los diputados pueden elegir una de cinco opciones de disponibilidad de pasajes y cobro de movilidad, contempladas en la Resolución 333/2024 dictada por Menem. Deben optar a principios de año (o al asumir) y es la que les rige anualmente. La primera de esas alternativas es recibir una cantidad máxima de 36 tramos aéreos y terrestres por mes. El número se redujo a partir del 3 de marzo por una resolución de Martín Menem en 4 tramos aéreos y 4 terrestres, ya que anteriormente eran en total 44.

Otra alternativa que tienen es elegir una cantidad menor de los pasajes innominados y recibir una suma de dinero por esos tramos resignados; o renunciar a todos los pasajes que no están a su nombre y cobrar, en cambio, una compensación de $607.000 por movilidad que se suma a la dieta. En la actualidad, con el último ajuste dispuesto por Menem en medio del debate de la Ley Bases, un diputado nacional percibe unos $4,3 millones de bolsillo. Los que viven a más de 300 kilómetros de Capital Federal, cobran además desarraigo y su dieta asciende a unos $6 millones brutos.

A los que eligen esta opción de solo pasajes, les corresponden 10 tramos aéreos o terrestres a su nombre que son intransferibles, y otros 10 aéreos y 16 terrestres innominados, que pueden ser usados por otras personas que ellos designen. Si no los usan en el mes calendario solicitados, se vencen, y no pueden acumularse para el siguiente.

Pero los legisladores no usan todos esos tramos porque no les alcanzarían los días del mes para agotarlos. Suelen usar los 10 tramos aéreos (5 pasajes) para viajar una vez por semana al Congreso, si bien en algunos casos necesitan más de un tramo porque no todas las ciudades tienen vuelo directo a Buenos Aires y requieren de alguna conexión.

Los 26 tramos innominados (13 pasajes ida y vuelta) están destinados en su mayoría al trabajo político y la “tarea social” en sus distritos. Si bien los legisladores suelen asignar a algunos a los asesores que son oriundos de sus distritos (pueden tener hasta cuatro de planta transitoria cuando llegan a la Cámara), el resto suelen estar destinados a personas de sus provincias que necesitan viajar por distintos motivos.

El presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, redujo la cantidad de tramos de pasajes disponibles para los diputados de 44 a 36 en marzo pasado (EFE/Cámara de Diputados de Argentina)
El presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, redujo la cantidad de tramos de pasajes disponibles para los diputados de 44 a 36 en marzo pasado (EFE/Cámara de Diputados de Argentina)

Pablo Secchi, director ejecutivo de Poder Ciudadano, cuestionó la ausencia de transparencia sobre el destino de los pasajes innominados que reciben los legisladores. “No sabemos para qué se usan o quién viaja en cada caso, y el motivo. La Cámara de Diputados debería tener en su web la información que diga a qué se destinó cada pasaje, o si quedó una cantidad sin usarse, en una base de datos abiertos que sea transparente a la ciudadanía”, sostuvo ante Infobae.

Así, esos 26 pasajes aéreos y terrestres que reciben innominados (que pueden ser transferidos a quien el diputado elija) terminan siendo parte de una lógica política en la que se mezcla la asistencia social a ciudadanos de sus provincias -que tienen necesidades concretas y reales-, con la captación de apoyo político.

“Hay una lógica política de usar ciertos recursos que los diputados tienen asignados para cumplir su tarea que, en parte, es hacer política, pero también para asistir a un grupo pequeño de sus representados, o darle un pasaje a alguien que necesite viajar. Hay mucho de ese intercambio político que implica un uso discrecional de esos recursos para cultivar lealtades”, analizó Diego Reynoso, politólogo e investigador de la Universidad de San Andrés (UDESA) y del CONICET.

Canje por dinero

En 2018, durante la presidencia de Emilio Monzó (Cambiemos), los diputados dejaron de poder canjear sus pasajes no utilizados por dinero en efectivo. Debieron pasar a optar por alguna de las cuatro combinaciones disponibles en ese momento, que incluían 10 pasajes aéreos o terrestres a su nombre e intransferibles por mes, más una combinación de aéreos o terrestres innominados (con un máximo de 32 tramos), y una suma de dinero fija adicional por “movilidad”.

Actualmente, los diputados pueden optar por los 36 tramos mensuales máximos disponibles, o usar los 10 tramos a su nombre y cambiar los 26 innominados del mes por $606.943, según la última actualización, como una suerte de compensación por “movilidad” que se suma a la dieta. En la actualidad, con el último ajuste dispuesto por Menem en medio del debate de la Ley Bases, un diputado nacional percibe unos $4,3 millones de bolsillo. Los que viven a más de 300 kilómetros de Capital Federal, cobran además desarraigo y su dieta asciende a unos $6 millones brutos.

También tienen la alternativa de usar los 10 tramos aéreos o terrestres intransferibles y los 10 aéreos innominados, y cambiar los 16 terrestres sin nombre por $173.412. Otra opción que les brinda la normativa consiste en usar los 10 aéreos o terrestres a su nombre, los 16 tramos terrestres innominados, y recibir $433.531 por los 10 aéreos sin nombre que resignan.

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Las opciones de pasajes y dinero por movilidad que tienen los diputados para elegir

Desde el despacho del titular de Diputados señalaron que “la solicitud de pasajes se hace toda on line, sin intervención de la presidencia de la Cámara”. Hasta la desregulación dispuesta el 21 de agosto por Federico Sturzzenger, la compra de pasajes en el sector público se hacía únicamente a través de la agencia estatal OPTAR SA que actuaba como una agencia cautiva, y los tickets aéreos solo podían ser de Aerolíneas Argentinas. Ahora, si bien continúa funcionando Optar, la Cámara puede comprar los pasajes a otras aerolíneas, ya que la línea de bandera perdió el monopolio de esa venta.

En el caso de los diputados que viven a menos de 100 km de la Capital, pueden recibir directamente $754.472 por mes para gastos de movilidad, en lugar de los tramos aéreos o terrestres. Los montos de dinero en las opciones disponibles se ajustan en base al Índice de Movilidad Jubilatoria de la Administración Nacional que la Seguridad Social (ANSES) elabore a partir de mayo

Los 10 diputados que más tramos usaron

Con un tope de 36 tramos por mes de marzo y junio, y 44 mensuales en los dos primeros meses del año, el máximo de tramos a utilizar para cada diputado/a en el semestre fue de 232. Ninguno superó esa cifra ya que el sistema no lo permite.

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De izq. a der: Pedrini, Brouwer de Koning, Romero, Snopek, Fernández Patri. Abajo: Capozzi, Yedlin, Bianchetti, Estévez, Rizzotti

Al tope de los que mayor cantidad de tramos solicitaron, según la información publicada por la Cámara de Diputados en su web y analizada por Infobae, aparecen el chaqueño Juan Manuel Pedrini (220 tramos entre aéreos y terrestres) y la cordobesa Gabriela Brouwer de Koning (219 en total).

Ante la consulta de este medio, Pedrini (Unión por la Patria) señaló que “no usa el 100% de los pasajes nominados”, aunque tuvo “alguna vez que que viajar dos veces a la Cámara en la misma semana”, y que “devuelve mensualmente parte de ellos”. El diputado chaqueño requirió 116 aéreos y 104 terrestres de los que tenía disponibles en el primer semestre.

Respecto de los innominados, dijo que los “cede” para que sean utilizados por “personas que deben viajar por razones políticas (asesores para ir a una actividad o para actos de militancia), o por razones sociales, problemas de salud (que requieren un traslado), o para visitar a algún familiar enfermo”. Citó por ejemplo, el caso de “una indígena artesana que necesitaba trasladarse a una feria”, o “personas que debían viajar a la Patagonia, a testificar en causa de tortura a soldados de Malvinas durante el conflicto con Inglaterra”. Y se quejó: “Soy criticado por dar un destino social a los pasajes. Si hiciera uso de la opción 5 (el cambio de pasajes por efectivo) podría tener un sobresueldo de casi $800.000”.

La cordobesa Brouwer de Koning (UCR) pidió la emisión de 81 tramos aéreos y 138 terrestres en los primeros seis meses del año. Presidenta de la Comisión de Previsión Social de la Cámara, y una de las impulsoras de la ley de movilidad jubilatoria que Javier Milei vetó, no contestó las consultas de Infobae a su celular. Tampoco respondieron su secretario ni su encargada de prensa.

La chubutense Ana Clara Romero (PRO) aparece en tercer lugar del ranking con 216 tramos (109 aéreos y 107 terrestres). Ante la consulta de este medio explicó que eligió la opción que contemplaba la posibilidad de usar todos los pasajes por la distancia desde su provincia, y que usa entre 8 y 10 pasajes (tramos) por mes en promedio, o excepcionalmente 12, según la agenda de la Cámara. “Yo no viajo con asesores. El grueso es aplicado a resolver necesidades. Para acompañar situaciones de salud como prioridad (derivaciones, consultas). También se aplican, por ejemplo, a traer profesionales para jornadas, congresos y capacitaciones en localidades de la provincia; por razones educativas (olimpíadas, viajes de estudio, universitarios que estudian en Buenos Aires y que tienen dificultades para poder volver); y por razones deportivas (representantes locales que van a participar a torneos nacionales, provinciales, los tramos nacionales de quienes participan en competencias internacionales, entre otros). En algunas ocasiones, también por razones culturales, para grupos locales que recién inician, con posibilidades de participar en concursos o castings nacionales”, detalló.

Agregó que, a veces, un viaje puede insumir 4 tramos por persona cuando no hay vuelo directo a alguna provincia. “El año pasado, por ejemplo, contribuimos al traslado de 8 estudiantes avanzados de ingeniería civil a Córdoba (fueron 16 tramos)”. Y agregó: “En muchos casos articulamos con la Casa del Chubut, para facilitar los traslados. Ellos se ocupan del alojamiento, y ponemos nuestros pasajes a disposición. La realidad es que son permanentes los requerimientos, en el interior todos saben que los legisladores nacionales tenemos pasajes y los solicitan”. La diputada por Chubut advirtió que “no hay un requisito a cumplir para distribuir los no nominados” y que “los facilita de acuerdo a un criterio de necesidad”.

Romero destacó que la cesión de los pasajes no nominados “está dentro del sistema dispuesto por la Cámara, que se ratifica cada año, y que esta administración también puso a disposición”. Y concluyó: “Muchos no conocen las innumerables situaciones en las que se necesita dar respuestas rápidas, y la enorme distancia que tenemos con la Ciudad de Buenos Aires y otras ciudades del país”.

Para Reynoso, “la discusión normativa es si este uso discrecional de recursos por parte de los diputados debería existir o no, y tratar de regularlo, con algún mecanismo de monitoreo y cumplimiento que se ajuste a ciertas reglas”. Según este politólogo, “hay cierto consenso en la necesidad de reducir los recursos con los que cuentan los legisladores para apuntalar sus carreras políticas. Pero estamos en una zona gris en este momento. Si bien se dice eso públicamente, e incluso hay diputados que lo dicen, hay una cultura política arraigada que pide esa práctica”. Y citó el caso de la Libertad Avanza: “Son los que hicieron campaña con un discurso que iba claramente contra eso, pero después usan esos recursos para llevar adelante esa práctica política. El caso más reciente lo vimos esta semana con el senador (Bartolomé) Abdala”, en referencia al presidente provisional del Senado que admitió en televisión que necesita tener asesores en San Luis, pagados por el Senado, para su carrera política como gobernador.

“Habría que tratar de alinear las dos posturas, pero eso requiere una discusión pública, no punitivista, respecto de qué es la política y para qué funciona, y cómo se hace. Porque incluso los propios representados hoy reclaman ese tipo de ayudas a sus representantes en las legislaturas, lo que revela que es una modalidad inserta en la dinámica política. Requiere un trabajo muy fuerte a largo plazo cambiarla”, aseveró este experto

Con la misma cantidad – 216 trazos en total – aparece el jujeño Guillermo Snopek (Unión por la Patria), de los cuales 112 fueron aéreos y 104 terrestres. En diálogo con Infobae, explicó que los nominados los usa “para venir a la Cámara todos los martes y volverse los jueves, como regla, para el trabajo parlamentario en las comisiones”. En cuanto a los pasajes innominados – aseguró – que su criterio “es, como prioridad, dárselos a los que tienen un problema de salud, con certificado médico acreditado. Por ejemplo, chicos que tienen que viajar a atenderse al Garrahan, acompañados con sus padres”. En segundo lugar, los destina a “viajes de estudios, como olimpíadas de matemáticas, o competencias deportivas en otras provincias”, y por último, para sus asesores. El legislador – que lleva una década en el Congreso – precisó que tiene un equipo en la Ciudad de Buenos Aires y otro en Jujuy, que “trabajan en espejo”.

Con 215 tramos usados en el primer semestre del año, aparece en quinto lugar el formoseño Gustavo Fernández Patri, de Unión por la Patria. Requirió 120 aéreos y 95 terrestres entre enero y junio. El legislador no respondió la consulta de este medio por mail y, en su despacho, no había nadie que atendiera el teléfono cuando Infobae llamó el jueves y el viernes por la tarde.

Con 213 tramos, le sigue en el ranking de los que usaron más pasajes el rionegrino Sergio Capozzi, del PRO. Usó 107 tramos aéreos y 106 terrestres de los que tenía disponibles en el primer semestre del año. “Realicé 26 vuelos. Vivo en Bariloche y no tengo otra opción que ir y venir a la Cámara en avión. Viajo los lunes y regreso los viernes, todas las semanas. Si tuviera que pagar esos pasajes serían unos $2 millones por mes, más los gastos de hotel y comida en Buenos Aires”, precisó.

Detalló ante Infobae que, además, usó otros aéreos por su trabajo en las seis comisiones que integra. “Uno para ir a Formosa, y desde ahí en auto a Asunción al Parlamento Americano por un encuentro de ciberseguridad; otro para viajar a Jujuy por un tema de la Comisión de Energía; y otro a Mendoza por un tema de Defensa del Consumidor”.

Precisó que “otros 25 pasajes innominados fueron destinados a asesores que viven en Gral Roca, Viedma y Bariloche, y a personas que debieron realizar tratamientos médicos en Buenos Aires o Rosario, científicos, y urgencias varias”. Y agregó que destino los tramos terrestres “a bomberos que tienen que hacer cursos de capacitación, estudiantes, profesores, instituciones deportivas amateur, escuelas rurales, o vecinos sin recursos”. Y se preguntó: “¿Está esto bien? No debería ocurrir, pero ni la Secretaría de Deportes ni las obras sociales dan pronta respuesta a estas necesidades y menos con los estudiantes y educadores que en nuestra provincia, Río Negro, deben trasladarse cientos de kilómetros”.

Con la misma cantidad de tramos utilizados, 213, aparece en la base de datos de la Diputados el tucumano Pablo Yedlin (Unión por la Patria), de los cuales 113 fueron aéreos y 100 terrestres. “Desde el primer día del año he viajado a Buenos Aires todas las semanas por la actividad en el Congreso y en las comisiones que integro. Voy los martes y regreso los jueves. Asesores míos viajan también en los aéreos no nominados, y están autorizados en una lista que presenté en la Cámara”. En cuanto a los terrestres, explicó que los usó para “gente que necesitaba viajar por temas de salud o laborales, y con dos grupos preferentes: chicos o jóvenes deportistas, y artistas”.

Al final del top ten de los diputados que solicitaron más tramos de pasajes figuran tres legisladores de distinto signo político, con 212 tramos cada uno: el misionero Ramón Bianchetti (PRO), la cordobesa Gabriela Estévez (UxP) y el jujeño Jorge Rizzotti (UCR).

Bianchetti usó en los primeros seis meses 107 tramos aéreos y 105 terrestres. Según precisó a Infobae, desde diciembre, él realizó “solo 26 viajes”. Como sus compañeros en la Cámara, los que no están a su nombre los destinó “a asesores que viven en el interior y a personas de la provincia que necesitan trasladarse por diversas razones, como bomberos voluntarios, pacientes en tratamientos médicos, estudiantes que deben rendir exámenes, aspirantes a las fuerzas de seguridad, deportistas, entre otros, todos con recursos limitados y que no encuentran respuestas en otras instituciones”.

Estévez requirió en este primer semestre 104 tramos aéreos y 108 terrestres. En su respuesta a Infobae, la legisladora opositora señaló a través de su encargada de prensa que “los tramos fueron utilizados para viajar a sesiones, comisiones y actividades en el marco de su labor como diputada nacional”. En cuanto a los destinos de los tramos utilizados, explicó que son tres: “Viajes de ella o su equipo, pedidos concretos de la sociedad civil (organizaciones que trabajan con problemáticas concretas), o cuando se convoca a un especialista para una reunión en diputados por ejemplo en un proceso de armado de un proyecto, para que dé su opinión profesional o como experto”.

Rizzotti pidió la emisión de 106 tramos aéreos y la misma cantidad de terrestres, entre enero y junio de este año. Ante este medio precisó que eligió la opción de los 10 tramos aéreos o terrestres intransferibles, y los 10 aéreos y los 16 terrestres innominados. Explicó que estos últimos “son para colaborar con ciudadanía jujeña que requiere cuestiones a las que sólo hay acceso allá, de salud en la mayoría de los casos y, en otros, para grupos de la cultura o el deporte”. Algunos de esos tramos también son usados a veces por sus asesores, según le dijo a Infobae.

Procesamiento de datos y visualizaciones: Daniela Czibener