Con los últimos recuentos de votos que finalizaron esta madrugada, la Universidad de Buenos Aires (UBA) renovó las presidencias de la totalidad de los centros de estudiantes. Los resultados ratificaron el predominio de las listas de la UCR y el reformismo -integrado por la Franja Morada, los socialistas, peronistas e independientes-. Sin embargo, este sector perdió terreno en manos de fuerzas políticas “nac & pop” aliadas a La Cámpora.
El Frente Reformista se caracteriza por una militancia focalizada en brindar bienes y servicios destinados a los estudiantes. Es un espacio que cogobierna con las autoridades de la UBA, el rector Ricardo Gelpi y el vicerrector y ex diputado de la UCR, Emiliano Yacobitti, quienes mantienen un enfrentamiento de tipo institucional con el Gobierno de Javier Milei por los recortes en las partidas presupuestarias.
Estas agrupaciones ratificaron la conducción de los centros de estudiantes más grandes de la UBA, tras las elecciones que se realizaron esta semana. En la Facultad de Derecho, la lista de Nuevo Derecho obtuvo el 60,4% de los votos, el mayor caudal desde el el retorno de la democracia. En segundo lugar quedaron fuerzas kirchneristas, con el 32,35 por ciento.
Hubo otros triunfos previsibles, como en Ciencias Económicas, ubicada en avenida Córdoba y bastión de la militancia Yacobitti, principal referente de la UCR porteña. Allí la lista de Nuevo Espacio consiguió el 71,3% de los votos, pero también ganó en Medicina, con una victoria del 61,48% de los sufragios y obteniendo una participación electoral récord de 48.000 estudiantes. Son dos facultades imbatibles para el oficialismo estudiantil, y donde la oposición no logra hacer pie con presentaciones testimoniales.
Sin embargo, el reformismo recibió un duro golpe en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU), uno de los centro de estudiantes más grandes del país. Perdió la presidencia en manos de la agrupación camporista “El Módulo”, que se alzó con el 54% de los votos, frente al 34,5% de la lista reformista “Somos FADU”, que tuvo una polémica campaña electoral por su propuesta de eliminar “Matemática” en el Ciclo Básico Común (CBC) de la facultad. Probablemente, pagó el costo del escarnio en redes sociales y en los medios. Votaron 28.521 personas.
Para el kirchnerismo, el saldo de las elecciones estudiantiles es sumamente positivo, ya que desplazó al radicalismo-reformismo de dos facultades. Además de FADU, La Cámpora participó de cuatro victorias en sedes tradicionalmente de perfil progresista y de izquierda, y logró una docena de consejeros directivos estudiantiles, varios de ellos por la minoría. Por eso, altos dirigentes del partido, como el ex ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro o la ministra de Ambiente bonaerense, Daniela Vilar, celebraron los resultados.
Una de esos triunfos fue en la Facultad de Ciencias Sociales. En el centro de estudiantes de la sede del barrio de Constitución gestionaba “La UES”, una lista peronista aliada al reformismo y al rectorado de la UBA desde hace 6 años. Este grupo perdió por una pequeña diferencia: 41,6% contra el 43,19% obtenido por “La 15+ Acción por Sociales″, una alianza electoral integrada por La Cámpora, agrupaciones estudiantiles identificadas con el Frente Patria Grande de Juan Grabois y otras organizaciones de izquierda peronista. Lejos quedó, nuevamente, la izquierda trotskista del FIT-U, con el 9,53%.
Dentro de los resultados previsibles, La Cámpora ganó por tercera vez consecutiva en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, de la mano del sello “Identidad”. Sacó 46% de los votos frente al sector de La Mella, que obtuvo 21% y responde a Grabois (en esta facultad fueron divididos). Los reformistas de Nuevo Espacio se asomaron con el tercer lugar con el 20 por ciento.
La otra elección que en la previa asomaba disputada fue Filosofía y Letras, donde también ganó el kirchnerismo frente a la izquierda. El frente “El Colectivo”, integrado por La Cámpora, el Movimiento Evita, La Mella de Juan Grabois, Peronismo Militante, entre otros, revalidó la conducción con 39,41% de los votos y dejó atrás a “La Izquierda al Frente”, encabezado por el Partido Obrero (PO) y el FIT-U, que cosechó el segundo lugar con el 31,9%.
Para el FIT-U, la elección consolidó un retroceso de años y que observa con lejanía los años de fortaleza, cuando presidió la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) entre 2000 y el 2019. Además de repetir magros resultados en “Sociales” y una derrota en “Filo”, las dos facultades más politizadas y confrontativas de la UBA, el Partido Obrero (PO) perdió Farmacia, uno de los dos centros de estudiantes que le quedaban. Entre los futuros farmacéuticos, la lista que integró el reformismo (Nuevo Espacio) y el peronismo (Sinapsis) le ganó con una aplastante victoria de 72,7% a “El Antídoto”, la agrupación que reporta al partido de Gabriel Solano.
El trotskismo del PO pudo conservar apenas el centro de estudiantes de Veterinarias, pero por un muy estrecho margen. Su lista, EVET, consiguió el 37,8%, seguidos de cerca por los reformistas de AFV que consiguieron el 36,08%. La Cámpora (”La Tropilla”) quedó en tercer lugar con el 25,2%.
En la Facultad de Agronomía hubo otra elección competitiva. La agrupación LAI, aliada al reformismo, retuvo la conducción del centro de estudiantes con el 45,6%. El FANA ATP, integrado por La Cámpora y el Movimiento Evita, obtuvo un 37,74%. La lista de “Abriendo Caminos”, del PO, consiguió el 14,41% por ciento.
En el resto de las sedes, las victorias fueron las previstas. En Odontología se volvió a votar masivamente por la agrupación reformista AFO con el 94,5% de los votos. En Ingeniería, la agrupación MLI -aliada al reformismo- volvió a ganar con el 35%, seguidos por el PRO (18,3%), Nuevo Espacio (17,1%) y La Cámpora (16,4%). En Psicología, la lista oficial del EDI triunfó con el 51,5% de los votos, muy lejos del kirchnerismo (”El Impulso”) que no logró superar el 31,5 por ciento.
Con un padrón superior a varias provincias, las elecciones en la UBA -y en el resto de las universidades públicas nacionales- tienen su importancia como “semillero” de dirigentes políticos y sociales. Para muchos militantes, implica la primera experiencia para formarse, convencer el voto de sus pares e impulsar propuestas, llevarlas a cabo e interpretar el rol político y social de la educación superior. Pero también tienen su gravitación como movimiento social, como salió a la luz en las masivas protestas universitarias en abril pasado en reclamo de presupuesto contra Javier Milei.
Tras el desenlace electoral, una de las conclusiones fue que los alumnos permanecen esquivos a las agrupaciones que se identifican con el Presidente. Los libertarios presentaron listas en Medicina, Económicas y FADU, pero no lograron superar los siete puntos en ninguna de las casas de estudio. Tuvieron apenas un avance en Ingeniería, con el 18% de los votos, pero no les alcanzó para ingresar en el Consejo Directivo de la Facultad.
En la misma semana, se renovaron los miembros de los Consejos Directivos y Juntas de Carrera de los claustros estudiantiles, graduados y profesores. Son los órganos de cogobierno que definen la votación de los decanos de cada facultad, los miembros del Consejo Superior y la elección del rector.
A primera vista, a grandes rasgos se conservó la correlación de fuerzas interna en la UBA de los últimos años, donde la hegemonía sigue en manos de la UCR y aliados. Pero el kirchnerismo avanzó algunos casilleros. Al menos en el claustro estudiantil, se posicionó como una minoría consolidada de oposición a las actuales autoridades del rectorado.