El rol clave de su madre y las dificultades económicas para triunfar en la UFC: la historia de Esteban Ribovics

El camino de Ribovics en UFC
Esteban habló de las dificultadas económicas tras llegar a UFC

El amor de una madre puede alcanzar límites inimaginables ¿A quién le gustaría ver a su hijo metido dentro de una jaula recibiendo golpes o siendo castigado de una manera brutal por otra persona que lo único que tiene en su cabeza es obtener un triunfo para ampliar su historial?

Pero si él es feliz…

El salteño Esteban Ribovics sabía desde el inicio que su mamá no estaba de acuerdo, desde aquella pelea amateur de kickboxing a sus 16 años, cuando su oponente le hizo saltar una gota de sangre de la nariz. “Mi mamá me dijo: ‘No quiero que te vuelvas a subir nunca más a una jaula. Te compro lo que quieras, pero no vuelvas ahí’”, recuerda el tartagalense en diálogo con Infobae.

Sin embargo, pese a la devoción y el respeto que tiene por su madre Daniela, esa advertencia no prosperó, al punto que al año siguiente decidió emprender un viaje a Córdoba para mejorar sus habilidades de lucha. “En el 2020 tuve que hablar con ella y decirle que no iba a seguir estudiando, que me quería dedicar a pelear”, comenta.

“Bueno, demostrámelo y hacelo con ganas”, le respondió ella, pese a que la idea de imaginar que su hijo iba a ser golpeado por otros no le hacía mucha gracia. Aquella respuesta fue el puntapié para todo lo que vino después.

“Se lo demostré. Empecé a pelear, a ganar. Gané un cinturón en Perú y ahí me llamo Emiliano Sordi (ex campeón argentino de PFL) y me dijo que su manager estaba interesado en mí pero que tenía que viajar a Estados Unidos para pelar en una liga más grande. Ahí nomás dije: Voy”.

Fue entonces que apareció nuevamente Daniela para apoyarlo tanto emocionalmente como económicamente: “Todo ese trayecto desde Salta a Estados Unidos fue a pulmón y gracias a ella. Siempre me ayudó, nunca me dejó a pata y me ayudaba en lo que podía. Siempre se lo repito, le voy a devolver cada gota de sudor que derramó por mí”.

“Por más que en un momento no quería que me subiera a la jaula, siempre estuvo ahí. En lo que me faltara ella estuvo. Viajes, comidas, entrenamientos, siempre al pie del cañón”, asegura.

El camino de Ribovics en UFC
Esteban Ribovics siempre destaca el apoyo de su madre

Finalmente, Esteban llegó a Miami y firmó contrato con Dana White Contender Series, el torneo de jóvenes promesas que buscan sorprender al presidente de UFC para ocupar un lugar en la mayor empresa de artes marciales mixtas del mundo, y lo consiguió.

Sin embargo, a pesar de la gran noticia, el salteño no contaba con uno de los problemas que más lo marcó durante su carrera: el económico. “Aunque firmé contrato, no había nada solucionado. No tenía para quedarme en Estados Unidos y fue mi manager el que se puso la de Messi y me ayudó con el dinero pagándome un departamento para que me quedara aunque sea cinco meses: ‘Ahora que ganaste no te podes ir porque te puede salir algo bueno en cualquier momento’, me dijo”.

A partir de ese entonces, el tartagalense tuvo que hacer malabares para cubrir sus gastos, ya que el hecho de firmar un contrato con UFC no le garantizaba un sueldo fijo: “Vos ganás plata solamente por pelear y por ganar, y bueno, por los bonos, pero no hay un salario. Tenés que tratar de pelear lo más seguido posible para ver rendimientos económicos”.

Finalmente en marzo del 2023 llegó su debut, con derrota ante Loik Radzhabov, pero su peor momento fue a finales de ese año, cuando cuatro días antes de una nueva pelea se sacó el hombro de lugar mientras daba un paseo en bicicleta. “Ahí si estuve complicado porque obviamente no pelee, no tenía plata y tenía que seguir entrenando. Me la rebusqué como pude, trabajando de personal trainer y haciendo otras changas para poder comer y vivir acá. Eso fue desde noviembre a marzo de este año, antes de pelear, la pasé feo feo”.

El camino de Ribovics en UFC
Ribovics se lesionó en noviembre y pasó por un momento complejo económicamente

El esfuerzo y la constancia rindieron sus frutos. El argentino volvió a subirse al octágono en mayo y en solo 37 segundos se llevó una increíble victoria por nocaut tras conectar una violenta patada al rostro de Terrance McKinney. “Pensé que me iban a dar el bono por ese combate”, considera.

Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que lo lograra. El pasado 15 de septiembre, El Gringo pudo festejar, no solo por una nueva victoria (ante Daniel Zellhuber por decisión), sino también por haber conseguido el bono de la pelea de la noche, un monto de 50 mil dólares que le dan un poco de esa tranquilidad económica que tanto buscaba.

“Es la primera vez que gano un bono, pero no va a ser la única ni la última. Se siente bien, ahora tengo un poco más de tranquilidad ya que no tengo que estar pensando en hacer un próximo campamento con la plata justa, tener una alimentación mucho mejor y, capaz, poder pagarme algún entrenamiento más para complementar. En ese sentido estoy feliz de que para la próxima pelea voy a tener más sustentabilidad económica”, reconoce.

“Acá en Estados Unidos el bono no representa mucho pero te ayuda bastante, para los meses que estoy acá vienen muy bien. Si viviera en Argentina, y haría todos mis campamentos allá, sí sería bastante plata, pero yo estoy hace dos años en Miami. Me pone contento porque realmente peleé muchísimo: desde no tener plata para comer hasta que recién ahora puedo tener esta tranquilidad”, agrega.

“Nunca tuve 50 mil dólares, ahora no sé qué hacer”, bromea Esteban, mientras afirma que es un dinero que invertirá en su preparación para seguir creciendo profesionalmente ya que “ser luchador profesional es caro”.

“Para un argentino, sobre todo, es caro. Tenes que viajar, porque en Argentina es muy difícil mantener un buen nivel, pagar coaches de distintas técnicas y estilos (jiu jitsu, lucha, boxeo), mantener un plan nutricional estricto, pagar el alquiler, la nafta para moverte. Es mucha plata”, enumera.

Pese a ello, Esteban nunca perdió sus raíces y entiende que lo más complicado de ser un luchador profesional, más allá de las cuestiones económicas, son los sacrificios sociales que tiene que hacer: “Estar alejado de tu familia y amigos. Gracias a Dios tengo a mi esposa que me acompaña y está conmigo y se me hace un poco más fácil. Pero es difícil perderse juntadas, estar lejos, perderse asados o momentos en familia, por dedicarle tiempo al entrenamiento”.

Pero el salteño de 28 años está obligado a cumplirle la promesa a su madre y para eso deberá seguir enfocado. Mientras descansa de lo que fue su última presentación y pasa tiempo con su esposa y su hermano, ya piensa a futuro. “La semana que viene quiero ver si puedo volver a entrenar y pelear lo más rápido posible. Si puede ser en diciembre, sino en enero del 2025, pero esperemos que sea con alguien del Top 15″.

Hasta el momento, Ribovics cuenta con tres victorias consecutivas en UFC y la posibilidad de meterse en el ranking de los pesos ligeros lo emociona. “Sería un sueño pelear con uno de ellos y sino cualquier pelea que me acerque al Top 15. Quiero que se empiece a ver mi nombre ahí”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *