Ante las máximas autoridades de las Fuerzas Armadas y de la Policía Federal, veteranos de la guerra de Malvinas y los embajadores de Noruega y los Estados Unidos, el ministro de Defensa, Luis Petri, presentó este jueves el primer avión Lockheed Martin P-3 Orion que llegó a la Argentina, de los cuatro que compró el Gobierno y con los que espera reforzar el combate de la pesca ilegal en el espacio marítimo nacional, pero también mejorar la capacidad del país para desarrollar misiones de rastrillaje y de rescate.
La aeronave fue expuesta en la Base Aérea Militar Aeroparque (BAMA), tan solo unas semanas después de su arribo oficial a la ciudad de Trelew, en Chubut, a donde volverá en los próximos días, ya que será allí donde cumplirá funciones de manera permanente.
“Vamos a avanzar en el equipamiento. Vamos a avanzar en la profesionalización y en el adiestramiento y, sobre todo, vamos a valorarlas por su servicio y por su amor a la patria. Y sabemos que esta tarea de equipar a las fuerzas tiene que continuar”, destacó Petri en su discurso.
En este sentido, el funcionario reconoció que se está trabajando para “recuperar la capacidad de submarino”, como precisó recientemente Infobae, pero aclaró que, para lograrlo, se está “buscando el apoyo y el financiamiento necesario”.
En una exposición con fuerte contenido político, el ministro también sostuvo que, al asumir la gestión libertaria, se encontró “con unas Fuerzas Armadas que, al igual que la República Argentina, se encontraban aisladas del mundo por puro prejuicio ideológico”.
“Si hay algo que caracteriza a nuestro presidente Javier Milei y a todo este Gobierno, es el valor que le damos a nuestros compromisos y a nuestras propuestas y promesas, a la palabra empeñada. Y después de décadas donde aquellos que tuvieron la responsabilidad de conducir los destinos de la patria se nos rieron en la cara y en los últimos cuatro años nos descubrimos que estuvieron prácticamente de fiesta, donde incluso se devaluó hasta la mínima expresión posible de la investidura presidencial, hoy tenemos un Presidente que no solamente cree en lo que dice, sino que, fundamentalmente, hace lo que dice y que cumple con lo que promete”, agregó.
A un costado suyo se encontraban los jefes del Estado Mayor Conjunto, Xavier Isaac; del Ejército, Carlos Alberto Presti; de la Fuerza Aérea, Fernando Luis Mengo; de la Armada, Carlos María Allievi, y de la Policía Federal, Luis Alejandro Rolle, además de los embajadores noruego, Halvor Sætre, y estadounidense, Marc Stanley, los dos países involucrados en la compra.
Este primer avión que arribó a la Argentina, con su nueva matrícula 6-P-57, es un Lockheed Martin P-3 Orion versión C, la cual está optimizada para misiones de vigilancia y equipado con sistemas antisubmarino y antisuperficie, lo que otorga gran capacidad de exploración.
Además, al ser una aeronave de ala fija, le permite volar a baja altura y velocidad, además de tener un radio de acción de unas 1500 millas náuticas (unos 2780 kilómetros) y una autonomía de 12 horas, por lo que puede cubrir todo el litoral marítimo argentino, la plataforma continental y la Antártida, e incluso permanecer en una zona o área determinada por períodos prolongados.
También tiene sensores infrarrojos y detectores de anomalías magnéticas y de aproximación de misiles, aunque también puede desplegar una balsa salvavidas completamente equipada, que se puede utilizar para rescatar a personas en peligro en el mar.
Gracias a sus cuatro motores turbohélice Allison T56, puede alcanzar una velocidad de hasta 400 nudos (750 kilómetros) por hora y una altitud de hasta 8500 metros. Posee 18 estaciones de armas distribuidas en las alas y en la bahía de bombas, puede ser configurada con distinta clase de armamento para cumplir una amplia gama de tareas.
El Gobierno espera recibir el próximo año las otras tres aeronaves restantes compradas al Reino de Noruega, una de las cuales es un P3 Orion versión N, el cual está optimizado más para misiones de transporte de militares y de búsqueda y rescate.
Los cuatro Lockheed Martin fueron adquiridos por un costo de 67 millones de dólares, que se abonarán en tres cuotas, del 30, 40 y 30 por ciento, y que incluyó también la aplicación del programa de extensión de vida de servicio denominado Hassler, consistente en el reemplazo completo de las alas, lo que les permite disponer, en promedio, de un remanente individual de 17.000 horas de vuelo, lo cual equivale a unos 15 años de actividad, al menos.
Este avión será operado mayoritariamente por la Escuadrilla Aeronaval de Exploración N°3, con asiento en Trelew, aunque también servirá para el Comando Conjunto Marítimo y, principalmente, en la lucha contra la pesca ilegal en la Zona Económica Exclusiva (ZEE).
*Fotos: Gustavo Gavotti