El ritmo y nivel de reuniones en el Congreso de la Nación se mantiene. A media mañana de hoy, la Casa Rosada decidió retomar el control de las negociaciones en el Parlamento y mandó al vice jefe de Gabinete de la Nación, José Rolandi, quien ocupó las oficinas del presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y empezó una ronda de reuniones con los bloques que firmaron el dictamen del oficialismo, pero lo hicieron con disidencias.
El primero en pasar por las oficinas fueron un grupo de radicales. Encabezados por el ex diputado y actual secretario parlamentario Alejandro Cacace, ingresaron a la presidencia de la Cámara las diputadas Danya Tavela, Roxana Reyes, Soledad Carrizo, Lisandro Nieri y Pamela Varesay.
Cada uno de ellos llevaba en sus brazos una carpeta llena de documentos, son los artículos que figuran en el proyecto de ley y que buscan modificar. No menos de 200 de los más de 500 que están en el texto que obtuvo dictamen de mayoría días atrás.
Un poco más de una hora más tarde se encaminaron por el pasillo que tiene como destino el despacho de la presidencia de la Cámara, Miguel Angel Pichetto y buena parte del bloque de 23 diputados que comanda. El destino era el mismo: reunirse con Rolandi y seguir negociando los cambios que pretenden para finalmente apoyar el proyecto en el recinto. En este caso, en una primera instancia fueron recibidos por el diputado y presidente de la comisión de Presupuesto, José Luis Espert.
Los legisladores de la oposición que ingresan al despacho de Menem tienen algo en común. Sin importar el bloque al que pertenezca cada uno, todos muestran un alto nivel de cansancio rozando con el hartazgo. “No tiene que ver con la cantidad de trabajo, tiene que ver con que uno se cansa de repetir que no va a votar ciertas cosas, y siguen insistiendo”, explicó una legisladora.
El problema con el que se encuentran los diputados de la oposición y que repiten frente a la pregunta del por qué de tantas reuniones es que, aseguran, que cada vez que obtienen un cambio aparece una nueva modificación de parte del oficialismo que no tenían previsto. “Nos dicen que sí, que aceptan retirar un artículo o modificarlo, nos envían el documento y, o no cambió o no lo sacaron”.
En ese contexto es que los bloques que le aportarían a La Libertad Avanza 103 votos, que pueden servir tanto para aprobar o para hacer caer artículos en el recinto; perdieron la confianza respecto de lo acordado. “Estamos haciendo un nuevo semáforo con lo que proponían, los cambios que nosotros empujamos y que nos habían dicho que iban a aceptar. Si está escrito, queda el artículo en verde. Si no lo cambiaron, el artículo aparece en rojo”, explicó a Infobae una legisladora que participa de las negociaciones.
El problema que parece tener hoy el debate es que para los ejes centrales del proyecto, que son los económicos y por los que el ministro de Economía Luis Caputo aseguró que si no se aprueban el ajuste a las provincias va a ser mayor, el Gobierno no cuenta con los votos necesarios. “Ni jubilaciones así como está ni retenciones”, repiten los diputados opositores pero dialoguistas. “Ya se lo explicamos de diferentes manera, así como está no lo vamos a votar. Ahora la pelota está de su lado y son ellos, que son los que ganaron las elecciones, quienes tienen que proponer una solución alternativa si es que quieren que eso avance”.
La intención ahora es lograr que La Libertad Avanza entregue entre mañana viernes y el sábado, un punteo con los cambios que se introducirán en la sesión que, por ahora, está prevista que se desarrolle el próximo martes.
En esa sesión, el diputado Gabriel Bornoroni será el encargado por el bloque de La Libertad Avanza de leer las modificaciones de cada uno de los artículos una vez que se pase a la discusión en particular del proyecto. Por ahora, los ejes centrales de la Ley Ómnibus no están resueltos y ya hay quienes ponen en duda que el martes se vaya al recinto.