El Gobierno ya redactó una nueva versión del Pacto de Mayo que le hará llegar a los gobernadores una vez que se haya aprobado la Ley Bases (lo cual ocurrirá mañana, se espera, en la Cámara de Diputados). Cambió el título, que pasó a “Acta de Mayo”; eliminó el noveno punto, vinculado a temas electorales; desplazó del cuarto al quinto puesto el ítem sobre la reducción del gasto público; e incluyó un tópico que le habían pedido como condición para acompañar desde el interior, la educación, aunque omitió mencionar la etapa universitaria.
Además, Javier Milei incorporó un guiño a los mandatarios, con una breve aclaración en el renglón referido a la coparticipación. En el original, los firmantes se comprometían a una “rediscusión de la coparticipación federal de impuestos para terminar para siempre con el modelo extorsivo actual”. En la nueva, se le agregó: “…que padecen las provincias”.
En el final, sumaron un párrafo alusivo a la creación del Consejo de Mayo que anunció Milei en Córdoba hace un mes, esa entidad que, dicen, serviría para plasmar en proyectos de ley esos puntos. “Quienes suscriben al presente documento se comprometen, a su vez, a la constitución de un Consejo de Mayo para discutir el grande, augusto y sagrado objeto de la refundación de la Patria. Este organismo estará compuesto por un Presidente del Consejo de Mayo, por un representante del Poder Ejecutivo Nacional, un representante de la Cámara de Diputados, un representante del Senado, un representante de las provincias, un representante de las entidades gremiales y un representante del sector empresarial”.
Desde que se lanzó el pacto, el 1ro de marzo, la mayor parte de los 10 puntos habían tenido consenso. Pero se había generado ruido por dos reparos: la ausencia de la educación como temática de acuerdo nacional, y la alusión a “una “reforma política estructural”. Ante esas objeciones, en un principio, el Gobierno había barajado la posibilidad de eliminar el tema político y restringir el pacto únicamente a los económicos. Pero luego tuvo lugar, en mayo, la enorme marcha universitaria contra el ajuste, uno de los hitos de rechazo a la gestión nacional. Por lo que, finalmente, accedió a incluirla. Sin embargo, se cuidó de no incorporar en el texto la educación superior. En varias ocasiones los libertarios habían dejado en claro que la postura oficial es que la fase universitaria no debe ser considerada esencial, y así quedó plasmado en el nuevo Pacto de Mayo.
Según consta en la versión corregida, a la que tuvo acceso Infobae, el Presidente accedió incluir “una educación inicial, primaria y secundaria útil y moderna, con alfabetización plena y sin abandono escolar”. Y eliminó el noveno artículo, considerado una amenaza por los caciques provinciales, porque previeron que podría representar la puerta de entrada a una reforma electoral que los perjudique en elecciones venideras.
La alusión específica a la “alfabetización” coincide, no casualmente, con el plan de relanzamiento del Ministerio de Capital Humano que conduce Sandra Pettovello. Donde en pleno caos interno por irregularidades en contrataciones y compra de alimentos, tenían planeado lanzar un plan para garantizar la enseñanza de la habilidad de leer y escribir. Se comentaba que el programa iba a ser anunciado por la propia ministra. Sin embargo, el encargado de darlo a conocer finalmente sería el vocero presidencial, Manuel Adorni. Esta misma semana, el viernes, o a más tardar la próxima. “Sandra no quiere hablar”, fue la explicación de la Casa Rosada.
El acto: una vigilia
El texto modificado ya está redactado en cursiva antigua, en un PDF que circula en los altos despachos oficiales y sólo resta despacharlo a las provincias. Sin embargo, el acto donde se llevará a cabo la firma en conjunto con toda la pompa política está aún madurándose.
Por lo pronto, esta mañana estuvo en la Casa Rosada el gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo, uno de los peronistas del norte más afines al Gobierno, que actuará como anfitrión y viajó en avión de línea a Buenos Aires. Sin comitiva, visitó por la mañana el despacho del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en la planta baja; y después del mediodía la oficina en el primer piso de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, encargada del detalle de los preparativos.
Como adelantó Infobae, la fecha había quedado en estado incierto desde que los asesores del Presidente se percataron, el fin de semana, de que la jornada patria podría coincidir, el martes 9 de julio, con un partido de la Selección en la Copa América. Lo cual los pondría en riesgo de que el evento perdiera centralidad. Sopesaron la posibilidad de pasarlo al siguiente fin de semana, pero tenían el escollo de la final del torneo. Y hoy, a las apuradas, habrían encontrado una solución. Todo indica que Milei encabezará una vigilia el lunes 8 por la noche, para recibir el Día de la Independencia sin sacrificar la nocturnidad del evento (para darle épica), ni la fecha que habían dispuesto semanas atrás. Después de la postergación del 25 de Mayo por motivos políticos, no había margen para volver a dilatar la celebración del evento, aunque fuera por razones culturales.
Si estos planes se mantienen, el Tedeum y el desfile militar en la Ciudad, que iban a ocurrir antes, tendrán lugar después del acto central del Presidente. Los planes para el evento matutino se mantienen: la conmemoración religiosa en la Catedral Metropolitana está prevista para las 9, y el desfile empezará a las 11 en la intersección entre Austria y Federico Alcorta (frente a la Floris), para seguir por Av. del Libertador.
Las invitaciones al festejo en Tucumán aún no fueron giradas, pero se espera que el área de Ceremonial de la Presidencia las gire la semana que viene a más tardar. Deslizaron que “todos están invitados”, pero por lo bajo admitieron que no se “gastarán” en enviarles convites a Cristina Kirchner y Alberto Fernández. En cambio, no hay dudas con Mauricio Macri, que ya avisó que será de la partida a pesar de la pulseada subterránea por el rechazo a la “ayuda” de PRO para gestionar. Los gobernadores, incluso los opositores, recibirán sin excepción sus cartas, incluido Axel Kicillof. Lo más probable es que no asista, dijeron en su entorno.
El texto del Acta de Mayo:
1. La inviolabilidad de la propiedad privada. 2. El equilibrio fiscal innegociable. 3. La reducción del gasto público a niveles históricos, en torno al 25% del Producto Bruto Interno. 4. Una educación inicial, primaria y secundaria útil y moderna, con alfabetización plena y sin abandono escolar.
5. Una reforma tributaria que reduzca la presión impositiva, simplifique la vida de los argentinos y promueva el comercio. 6. La rediscusión de la coparticipación federal de impuestos para terminar para siempre con el modelo extorsivo actual que padecen las provincias. 7. El compromiso de las provincias de avanzar en la explotación de los recursos naturales del país. 8. Una reforma laboral moderna que promueva el trabajo formal. 9. Una reforma previsional que le dé sustentabilidad al sistema, respete a quienes aportaron y permita, a quienes prefieran, suscribirse a un sistema privado de jubilación. 10. La apertura al comercio internacional, de manera que la Argentina vuelva a ser una protagonista del mercado global.