“El gesto que tuvo solo habla de su generosidad”, dijo Mariana A al ser consultada por Infobae. Y, sorprendida por el hecho de que esta anécdota saliera a la luz después de más de dos décadas en las que a ella trató de guardarla bajo siete llaves, no quiso dar más detalles al respecto. Sin embargo, con estas pocas palabras, la vedette confirmó la galante actitud que tuvo Diego Maradona para poder conocerla.
La serie El Representante de Star+, que intenta reflejar los detalles de lo que fue la vida de Guillermo Coppola junto al Diez, impuso un revisionismo de lo que fueron los excéntricos años ‘90 y los principios de los 2000, en los que los caprichos del astro terminaron por quebrar la relación entre ambos. Y puso sobre el tapete varias situaciones en las que el jugador no quedaba muy bien parado. Sin embargo, ya alejado de quien fuera su amigo y mánager, Maradona tuvo una actitud que sorprendió hasta a su entorno más cercano de entonces.
Corría el año 2003. Diego estaba cenando en el famoso restaurante Edelweiss junto a un numeroso grupo de amigos. Y en otra mesa estaban, como de costumbre, Enrique Pinti, Juanito Belmonte y todos los habitués de ese local ubicado sobre la calle Libertad al 431, en el que varios artistas se juntaban al término de las funciones de teatro. Entonces se abrió la puerta de entrada e hizo su ingreso ella.
Mariana venía de encarnar a La Flaca en Tumberos, papel que le valió un Premio Martín Fierro como revelación. Y estaba en la cresta de la ola. Sin embargo, por esas fechas Maradona iba y venía de Cuba, por lo que no estaba al tanto de su trayectoria. Ni siquiera la conocía. Pero, al verla derramando glamour y purpurina a su paso, quedó subyugado ante su presencia.
“¿Quién es esa bomba?”, les preguntó Diego a quienes lo acompañaban. Sorprendidos, sus amigos le hablaron de la carrera de la vedette, que por entonces estaba haciendo una participación en la serie Disputas. Así que, luego de que ella se sentara junto al creador de Salsa Criolla y su icónico productor, el astro ideó una estrategia para poder ir a su encuentro y presentarse. Y mandó a saldar la cuenta de esa mesa completa, en la que había no menos de seis comensales.
Hecho esto y antes de retirarse del negocio, Maradona se acercó a Mariana con una sonrisa de satisfacción dibujada en el rostro. “Quédense tranquilos que ya está todo pago, es una invitación”, les dijo a Pinti y sus amigos. Y, sin dudarlo, aprovechó el momento para saludar a la vedette, que obviamente sabía muy bien a quien tenía enfrente suyo.
Cuenta la historia que, después de esa noche, Diego consiguió el teléfono de la actual figura de Cocodrilo y volvió a verla en varias oportunidades. Sin embargo, ella nunca hizo referencia a esto, mucho menos, frente a los medios. Y, aparentemente, su silencio habría tenido que ver con un consejo de Belmonte, quien no quería que el brillo del astro eclipsara la ascendente carrera de Mariana.
Los años pasaron. Y el 25 de noviembre del 2020, cuando Maradona falleció, la vedette hizo un sentido posteo en su cuenta de Instagram. “Sembró alegrías en el pueblo y sueños de triunfo, nos hizo visibles en el mundo. Lleno de glorias nuestro suelo. Eterno Diego. Que en paz descanses”, escribió junto a una foto en blanco y negro en la que se la veía abrazada a él.
Pero lo cierto es que, aunque Mariana nunca habló del tema, los testigos de aquella noche en la que ella y el Diez se conocieron fueron narrándole el encuentro a unos y a otros. Hasta convertirlo en una suerte de leyenda que, en algún punto, lo reivindicaba a Maradona por su galantería, y a ella por su dignidad al no querer colgarse de la fama del ídolo, con quien luego entabló una amistad.