Hay un punto de encuentro entre todos los gobernadores. La caída en la recaudación ha sido estrepitosa. El panorama económico es aún más demoledor cuando se le suma el impacto de la devaluación, la inflación, la recesión, el aumento de tarifas, el freno a la obra pública y la crisis de las pymes. El ajuste ya tiene consecuencias visibles que los mandatarios no ignoran y por las cuales están preocupados.
Frente a esa película, buscan y exigen una compensación del agujero fiscal que se les generó por la eliminación de la cuarta categoría del impuesto a las ganancias. El Gobierno, en contrapartida, les pide que apoyen los principales artículos de la nueva Ley Ómnibus, mucho más chica que la que fracasó en febrero. De eso hablarán los gobernadores del norte grande este martes, a las 10, cuando se encuentren en el centro de Convenciones de Salta, con el ministro del Interior, Guillermo Francos.
En el temario para tratar aparecen el FONID, los subsidios al transporte y la energía, la situación de las obras públicas, los proyectos de insfrastructura de los corredores biceánicos, la reversión del gasoducto norte, el paquete fiscal y el acceso a medicamentos oncológicos.
Respecto a cómo compensar la recaudación hay tres posturas entre los 24 mandatarios. Algunos quieren que se restituya el impuesto a las ganancias tal cual estaba hasta el año pasado; otros que se aplique un impuesto a los altos ingresos, con otras categorías de sueldos y formas de pago; y un tercer grupo no quieren impuestos a los ingresos de los trabajadores y pide una compensación a través del impuesto País o el impuesto al cheque.
El gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, propuso que los fondos perdidos por la quita de Ganancias, se obtengan de un mix entre la coparticipación del impuesto al cheque y el impuesto País. Entienden que podría ser apoyado porque ese acuerdo fue el que firmaron en la Casa Rosada, el año pasado, todos los gobernadores, incluidos los que ya habían sido electos. Pero el gobierno era otro.
Sobre este último punto el gobierno nacional ya tiene una postura tomada. Ninguno de esos dos impuestos van a ingresar en la negociación con los gobernadores. Es una decisión inamovible. Al menos, así lo transmiten en Balcarce 50. Respecto al impuesto País, aseguran que no tiene sentido porque en un plazo breve quitarán el cepo. Respecto al impuesto al cheque, la decisión es enteramente política. Lo cierto es que para el oficialismo ninguno de los dos es moneda de cambio.
Uno de los que exigía la coparticipación del impuesto País era el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, que intentó que el tema se tratara en el recinto durante la votación de la Ley Ómnibus. No lo logró y la negociación con sus diputados se cayó. En esta oportunidad el cordobés propuso que haya un impuesto a los altos ingresos. Un camino alternativo para explorar un acuerdo.
¿Cuál es la diferencia de ese impuesto respecto a Ganancias? “Proponemos que el piso en el que se arranque a pagar sea más alto. Cercano a los $2.000.000. Y graduar el ingreso al pago. Que el que deba pagar no lo haga en forma total desde el principio, sino que vaya aumentando el porcentaje en forma escalonada”, explicaron en la gobernación de Córdoba.
Uno de los que está de acuerdo con esa propuesta es el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof. Que no quiere que vuelva Ganancias, pero que necesita cubrir el hueco fiscal que le quedó por la ausencia de ingresos de ese impuesto coparticipable. “Ganancias, como estaba en octubre del año pasado, es perjudicar a los mismos que ya están viendo deteriorados sus salarios. La propuesta de Llaryora podría tener otro consenso”, indicaron en La Plata.
El santafesino Maximiliano Pullaro también avala esa idea. A fines de enero le presentó a Francos una propuesta para que el Gobierno evalúe. El mandatario plateó que al 2% de la población económicamente activa, que su patrimonio es más de 6 veces el PBI per cápita, se le modifique, de manera progresiva, las alícuotas en la escala de pago del impuesto a los Bienes Personales. Y que al 5% de los trabajadores con mayores ingresos, se les imponga un pago único y definitivo del 3% adicional de Ganancias. Además de incluir como variación para coparticipar fondos un impuesto al juego y a los autos importados.
El entrerriano Rogelio Frigerio es otro de los que respalda la incorporación de un impuesto de ese estilo. “Tiene que haber un impuesto a los altos ingresos y una discusión de pisos y escalas”, señalaron en Entre Ríos. Por su parte, el mendocino Alfredo Cornejo acercó a la Casa Rosada una propuesta en la que planteó la posibilidad de que haya otras escalas en Ganancias y que se actualice con la inflación, para que cada mes no se vayan incorporando nuevos trabajadores.
Los mandatarios de la zona centro del país tiene una mirada muy similar. Un nuevo impuesto para subsanar la herida fiscal que dejó la quita de la cuarta categoría de Ganancias y que es alícuota se concentre en un porcentaje menor de gente. Después hay variaciones respecto al porcentaje y las categorías, pero el objetivo de fondo es el mismo.
Los gobernadores patagónicos no quieren la restitución del impuesto de Ganancias. La clave está en que muchos trabajadores del ámbito privado y estatal tienen sueldos muy altos, debido al régimen salarial de la zona y las actividades que realizan. En esa lista se anotan Gustavo Melella (Tierra del Fuego), Claudio Vidal (Santa Cruz), Alberto Weretilneck (Río Negro), Rolando Figueroa (Neuquén), Ignacio Torres (Chubut) y Sergio Ziliotto (La Pampa).
“Esto no tiene que ver con la Patagonia, solamente, es una cuestión de los trabajadores. Nadie debería pagar el impuesto a las Ganancias”, sostuvo el santacruceño Vidal, la semana pasada, luego de la reunión que mantuvo con Francos. Fue contundente pocos minutos después de haber estado intercambiando posturas con uno de los principales encargados de llevar adelante la negociación para que se apruebe la nueva ley.
“No hay nada para negociar con el tema de Ganancias. Mucha gente cobra sueltos altos por estar en zonas desfavorables y el costo de vida es muy alto. Mucho más que otros lugares del país. Además, el Gobierno impone ideas y no escucha propuestas. No estamos muy diferentes que a principio de año”, explicaron en una de las gobernaciones patagónicas. La queja de algunos mandatarios es que el Gobierno no toma decisiones concretas, por lo que los acuerdos se dilatan y se empantanan.
Desde hace largas semanas el Gobierno intenta encontrar en los mandatarios una postura uniforme para acordar la restitución del impuesto, pero no lo logra. “Los que no quieren el regreso del impuesto no son más de 10, sobre 24 mandatarios”, advirtieron en la Casa Rosada, dejando en claro que la mayoría para lograr un consenso está.
Además, destacan que, a diferencia de enero, cuando se negoció la primera ley Ómnibus, el Gobierno escuchó a los mandatarios y actuó en consecuencia. “Mandamos el borrador del proyecto, nos reunimos con ellos y sus legisladores, sacamos una medida para el aumento de jubilaciones como nos habían pedido, redujimos las empresas para privatizar y achicamos el proyecto en más de 300 artículos. Ahora les toca a ellos”, sentenciaron en Balcarce 50.
“Los gobernadores le hicieron entender al Gobierno que había que dialogar y negociar o no íbamos a sacar las leyes. Todos tenemos que ceder. No existe este momento de la Argentina sin que haya costo político en ambas partes”, se sinceró un importante funcionario de la Casa Rosada, donde ahora esperan mayor predisposición de los mandatarios para alcanzar un acuerdo sobre el paquete fiscal y la nueva ley.
Entre los gobernadores la mirada es diferente. No ven que ese acuerdo mayoritario esté, más bien creen que hay que trabajar para lograr el mayor consenso posible sobre una postura común. Pero no visualizan un retorno del impuesto a las Ganancias respaldado por la mayoría, tal como lo plantean en el oficialismo. Miradas distintas de una nueva y tediosa negociación con muchos intereses de por medio.
El jueves de la semana que viene los mandatarios se reunirán con Francos en la Casa Rosada. La reunión ya está agendada, luego de la postergación que sufrió ayer debido a, según explicaron en el Gobierno, problemas de agenda de los invitados. Javier Milei quiere cerrar un acuerdo con los gobernadores para poder sacar la ley. Y lo quiere hacer cuanto antes. Del otro lado del mostrador piden definiciones y precisiones. Menos reuniones y más respuestas concretas a sus pedidos.