Faltando minutos para las 3 de la mañana, una llamada entró a la central de emergencias del 911 en Bariloche. Era el esquiador cordobés Augusto Gruttadauria (29), que después de once horas enterrado bajo la nieve logró alcanzar la superficie y pedir auxilio. Ahí comenzó el milagro: con el aviso, los rescatistas reiniciaron la búsqueda y subieron a la montaña una vez más, pese al riesgo extremo que suponía el operativo. Lo localizaron recién cinco horas más tarde y fue trasladado al Hospital Zonal Dr. Ramón Carrillo en un helicóptero privado.
“Hola buenas noches, estoy en el cerro López. Me cayó una avalancha. De pedo puedo respirar, tengo las piernas atadas, por favor”, le suplicó desesperado Gruttadauria al primer operador que lo atendió. Se refería a que no tenía cómo mover la parte inferior de su cuerpo porque seguía con los esquíes puestos, y era imposible terminar de escaparse de las toneladas de nieve que lo cubrían.
“Me está agarrando hipotermia. Puedo respirar porque hice un hueco. Estoy en la cara derecha del refugio. Gracias por atenderme. Ojalá vengan, ojalá lleguen”, alcanzó a decir Augusto en los primeros segundos de la comunicación. El personal de emergencias activó el protocolo de forma instantánea y mantuvieron en línea al turista durante más de una hora, hasta que el celular se quedó sin batería.
Los primeros que acudieron al rescate fueron los guías de montaña que se habían quedado en el refugio del cerro desde el miércoles. Lo ubicaron minutos después de las 5 de la mañana a unos 500 metros de donde se había buscado en las primeras horas de operativo. Lo terminaron de desenterrar y lo “aislaron” con ropa seca para que recupere temperatura corporal. Las tareas se llevaron adelante en medio de la madrugada y con riesgo latente de nuevos desprendimientos.
Martín Raffo, jefe de la Comisión de Auxilio (CAX) del Club Andino de Bariloche, arribó junto con su equipo de voluntarios minutos más tarde: “Llegamos con más ropa, bebida caliente y la camilla para evacuarlo. Subimos a contramano de la avalancha, en algunos lugares se subió apoyando las manos en la nieve porque son más de 45 grados de inclinación. Te caes ahí y vas a parar al fondo”, le explicó a Infobae.
En el momento consiguieron un helicóptero privado que llegó desde San Martín de los Andes para trasladar al esquiador. “No había viento todavía y logramos encontrar una repisa un poco más abajo de donde estaba él. La acomodamos y ahí entró el helicóptero”, relató Raffo, que acompañó a la víctima en la aeronave. Para las 8:45 comenzó la evacuación y el traslado hacia el hospital.
“Le dije ya está, de ahora en más es todo para arriba”, contó el integrante de la CAX, quien le detalló a Infobae que Gruttadauria estuvo lúcido en todo momento, y hasta bromeó de camino al hospital por la suerte que había tenido de salvar su vida gracias al tiempo que duró la batería del teléfono.
“Llegamos a Bariloche y a la hora se largó a nevar, lluvia, viento. Si él no lograba llamar al 911 hoy nosotros seguramente no íbamos a salir (por las condiciones climáticas extremas). Le caía la nevada encima y no iba a sobrevivir. Esa es la verdad. Me bajé del helicóptero y me quebré porque no podía creer que ayer me fui a dormir pensando que una madre perdió un hijo, y eso se dio vuelta totalmente”, reconoció Raffo.
Al esquiador Augusto Gruttadauria lo estabilizaron en el Hospital Zonal y luego lo trasladaron al Sanatorio San Carlos, donde permanece estable.
Una vez que se concretó el milagro en la montaña, Martín Raffo hizo un balance sobre el desempeño del equipo: “El voluntariado es un motor muy potente. Más allá de que hoy estábamos con mucho miedo, trabajando muy expuestos en un lugar donde las cosas pueden salir mal, lo vale. La CAX tiene una mezcla de gente con diversas creencias políticas, religiosas, que en cualquier otro ámbito de la sociedad no funcionaría nunca. Sin embargo nos alineamos de una forma muy horizontal”.
Sobre la avalancha a la que se enfrentaron los turistas, Raffo explicó: “Tuvo casi mil metros de largo y recorrió unos 450 metros de desnivel. Una locura, tiene la fuerza para pasar por arriba un auto y destrozarlo”. Se cree que el desplazamiento se habría causado por la propia actividad de los esquiadores.
Gruttadauria estaba en el cerro junto con un amigo. Es un cuarto andinista que se salvó de la avalancha gracias a que abandonó la expedición minutos antes. Su nombre es Pablo de la Reta, según publicó Perfil Córdoba.
El incidente se llevó la vida de una turista escocesa que estaba junto con el grupo. El primer sobreviviente que habían encontrado los rescatistas el miércoles es el guía de montaña que acompañaba a los esquiadores, quien también permanece estable luego de haber sufrido un cuadro de hipotermia.