Franco Pellegrini se prepara para la presentación que dará el domingo 4 de agosto en Punta Carrasco. No deja nada a la improvisación: le gusta armar cada tema y repasar lo que tocará para que su público disfrute y baile sin parar. Nunca imaginó, admite, que algún día se convertiría en Franco BA, un DJ y productor musical de la escena underground en prometedor ascenso.
Hoy, disfruta de su presente y de la felicidad que le representa dedicarse de lleno a lo que le apasiona. “De chico, si alguien me preguntaba qué quería ser de grande ni se me hubiera ocurrido decir esto… Quizás respondía que veterinario o esas cosas, pero nunca DJ”, dice y con eso, humildad por medio, da cuenta de que nunca se sintió un bendecido con la varita mágica sino alguien que asumió que estaba en un trabajo que no lo hacía feliz y apostó por su pasión.
Por tres años, trabajó en el área de sistemas de Banco Nación, sucursal Microcentro porteño, donde, además, debía estar a tiempo completo a disposición por si algún problema surgía. “Todos los días tenía dos horas de viaje para ir y dos para volver, porque vivo en José C. Paz; y no me quedaba tiempo para producir mi música”, cuenta el también estudiante de abogacía, que está a tres materias de terminar la carrera.
“Si las puedo rendir este año, lo haré; sino alguna quedará para el año que viene. No tengo apuro”, admite el joven de 27 años que desde los 16 comenzó a experimentar y explorar en el hasta entonces desconocido mundo de la música electrónica. A ella llegó gracias a su hermano, un año y medio menor, y fanático del estilo.
Reconociendo su desconocimiento de ese momento, recuerda: “Para mi hacer música era tener una banda. No entendía cómo podía hacerse música de otra manera, y lo empecé a investigar”. Sus primeras presentaciones eran a cambio de “un pancho y una Coca”. Este domingo, el joven que hoy tiene una fuerte proyección internacional, se presentará en el Closing b2b Silvestre en Río Electronic Music, en Punta Carrasco.
Suban el volumen
Casi sin darse cuenta, en poco tiempo cumplirá una década detrás de las bandejas. Su infancia y vida en la adolescencia no fue muy diferente a la de sus compañeros de escuela y amigos: estudió, pasó tiempo con la familia y no tenía idea de qué seguiría cuando terminara la secundaria.
Pero pensando en la proyección laboral, eligió la carrera de Sistemas, que no logró estudiar más de un año y dejó porque no le gustó aunque los conocimientos que adquirió fueron suficientes para ingresar a trabajar en el Banco Nación. Pero, antes de eso, cuando debatía con sus amistades qué salidas hacer, él optaba por quedarse en alguna casa compartiendo tranquilos porque no le gustaba mucho salir de noche.
“Ir a bailar no me llamaba mucho, pero iba con mis amigos”, cuenta y recuerda que en ese tiempo tampoco le prestaba atención al DJ de turno ni as la música electrónica. Fue su hermano menor quien, fan de Avicii, se lo hizo escuchar con atención y fue tal su deseo de saber cómo producían esos sonidos que la idea de hallar la respuesta se apoderó de su mente. “No conocía mucho de Avicii, lo había escuchado porque por ahí en un jueguito que yo jugaba y ponía algún tema de fondo, pero no entendía nada”, admite.
Tenía 16 años cuando descargó el primer programa que exploró, el FL Studio, luego fue el Ableton Live y más tarde llegó al Virtual DJ. Sin darse cuentas, las puertas de un nuevo mundo se abrían ante él.
“Me llamaba mucho la atención saber cómo se hace la música con una computadora, así que desde la compu que teníamos en casa en la habitación que entonces compartía con mi hermano que empecé a investigar. Era 2013 y lo primero que hice fue buscar tutoriales en YouTube, que no eran muchos —nada que ver con lo que podés encontrar ahora—, y así empecé a aprender e indagar hasta lograr hacer algo”, revive.
Más conocía y más le gustaba. “Me levantaba a las 5 de la mañana, me ponía los auriculares y empezaba a boludear una hora y media con el programa, después me bañaba e iba a la escuela. No sé por qué tenía esa costumbre de levantarme tan temprano…”, recuerda, reflexiona y cuenta que de esa computadora hogareña pasó, en dos años, a los decks de sonido. Con un aire de nostalgia ante ese Franco que recién comenzaba a indagar, confía: “En ese momento, no imaginé que este iba a terminar siendo mi trabajo y mucho menos imaginé tomarme un avión para ir a poner música a otra provincia, a otro país… ¡Es una locura!”.
Para 2015, ya estaba pinchando en fiestas y a partir de 2018 ingresó al circuito de venues clave de la escena electrónica porteña tocando en lugares como Crobar, Rio Electronic Music, Bahrein y Moscú (ex Pachá). También, quiso ir más allá de lo que sabía y comenzó a estudiar Teoría Musical, un saber necesario para producir y pudo hacerlo porque siempre contó con el apoyo de la familia: al cumplir los 18 años, sus padres le regalaron un controlador DDJ Pioneer. “Con eso, arranqué a practicar”, agrega.
En 2019, con todo el conocimiento teórico que aplicó aún más, inició su carrera de manera más profesional y reconocida. ““Puedo decir que profesionalmente, mi carrera comenzó ese año. Hoy es todo mucho más profesional en este género, y quiero llevarlo un poco más arriba”.
Desde entonces, la carrera de Franco no dejó de crecer. “La música electrónica a la que yo me dedico es bastante de nicho, porque no es algo mundial, como si fuese un tema de Duki, por ejemplo. Yo en las plataformas de venta siempre tuve buenos lugares y cada género por el que fui pasando tuvo el aval de los exponentes del género en particular y eso en la jerga es muy importante”, reconoce que lo hayan tocado leyendas como Solomun, Carl Cox, Tiesto, Green Velvet, James Hype y Wade. “Siempre tuve el aval de los DJ consagrados del planeta“, remarca orgulloso el autodidacta.
El estilo de Franco BA fue variando y como un tsunami, su capacidad estilo para componer y producir lo acercaron al podio de los mejores y llegó a hacer colaboración con el DJ estadounidense Max Styler, llamada “Rock The House”, que lanzó el sello Experts Only, de John Summit, y que está hace más de un año en el Top 10 del género Tech House.
Mientras crecía en la música, comenzó la carrera de Derecho y avanzaba muy bien. “Empecé esta carrera en la UNPaz (Universidad Nacional de José C. Paz), pero no porque me gustara sino después del año y medio de Sistemas, como tenía amigos en Derecho y tengo la Facultad a 10 cuadras de casa, me anoté. Pero al toque me gustó y me pareció que no era tan complicada porque me gusta mucho leer”.
Antes de meterse de lleno en su próxima presentación, resume: “Mi música de 2024 no es la misma música que hacía en 2019; no me gusta encasillarme en un género de la música electrónica porque me gusta adaptarme y, además, porque suelo poner más de un género en mis sets”.
Y admite: “Disfruto muchísimo mezclar en vivo, casi a la par que producir. Cuando picho discos, me gusta poner algo de tech house, quizá más conguero, a veces, más progresivo, otras. Me copa mucho poner indie dance, porque es un género que me encanta aunque también disfruto poniendo los clásicos”, dice el joven que en el perfil @francobamusic tiene16 mil seguidores genuinos.