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Los Pumas 7s terminaron séptimos en los Juegos Olímpicos de París y se retiraron de la capital francesa con un sabor agridulce, debido a que las expectativa de podio habían ilusionado a los argentinos. Un puesto que reflejó la actualidad de cómo llegó el equipo a la Ciudad de la Luz. La cita internacional ya es historia para el combinado nacional, pero nada les quitará a los protagonistas todo lo bueno que hicieron en el camino previo. A veces, los momentos del equipo no coinciden con el calendario donde se define una medalla y en la ciudad europea quedó claro.
Lo llamativo fue que el entrenador del seleccionado albiceleste, Santiago Gómez Cora, manifestó su descontento con la organización durante una entrevista realizada DeporTV. El estratega denunció las pésimas condiciones vividas en la Villa Olímpica, además de criticar la hostilidad del público local y el trato recibido por los deportistas de élite. “Dejé todo lo que decía París, en ropa, en recuerdos, en cosas que nos habían regalado. No extraño nada de Francia. Hostilidad, estadios, la gente que recibía insultos en la calle, familiares y amigos, la verdad que no me quedo con nada de París”, sorprendió.
El entrenador detalló las dificultades encontradas en las instalaciones, señalando la escasa calidad gastronómica y las largas filas para poder alimentarse. “No había buena comida y había muchas colas para comer. La verdad que no fue buena la organización. No fueron buenos los traslados, tampoco. Se hicieron filas largas para comer. No había proteínas”, explicó. Y en su análisis argumentó su crítica: “Está de moda esto de que no hay proteínas y que la comida sea vegana o vegetal. Hacíamos colas de 40 minutos para que te den una hamburguesa o lo que servían de carne. Esperar 40 minutos es mucho para un deportista de alto rendimiento”.
La incomodidad no se limitó a la alimentación. Santiago Gómez Cora también se refirió a las deficientes instalaciones. “Hacía 35 grados y no había aire acondicionado, por el tema de que sea de bajo costo, que no contaminen y la verdad es que no podés dormir con 35 grados. Los chicos no durmieron las dos primeras noches. Había unos ventiladores ecológicos que no servían mucho”, denunció.
El entrenador argentino expuso además un incidente grave durante la estadía de la delegación del rugby en Francia: “El edificio argentino no tuvo agua todo un día. Te doy más detalles: las chicas de hockey se tuvieron que mudar a otro edificio porque desbordaba el inodoro de caca. Estuvimos todo un día yendo a baños del comedor. La verdad que sorprende que las organizaciones del deporte de alto rendimiento tengan esos estándares”.
Gómez Cora también mencionó factores externos que pudieron influir en el rendimiento del equipo. A pesar de reconocer que Los Pumas 7s perdieron por sus propios errores, sugirió que hubo una ventaja para los locales. “Tengo que decir que Argentina pierde por Argentina misma, pero también digo que Francia (medalla de oro en el torneo) entró a la Villa dos días antes de la competencia. No estaban ahí, estaban en un hotel, en otro lugar. Eso no se debería permitir”, concluyó.
La llama olímpica se apagó y lamentablemente no como esperaba el rugby argentino. Fue como un cross de derecha de Mike Tyson al mentón. La caída fue tremenda y conmovió hasta lo más profundo del corazón. Pero como el seven es así y no da respiro, este grupo que llegó a París como candidato, tenía que afrontar la última función; había que levantarse un día después de quedar afuera de la pelea por las medallas. Enfrente, de movida, estaban nada menos que los All Blacks, para después realizar el último esfuerzo frente a los Estados Unidos.
Los seleccionados números 1, 2 y 3 del ranking mundial se quedaron afuera de la lucha por el podio. Cosas de este deporte, tan competitivo y parejo, en el que no hay candidatos seguros hasta que el árbitro da la orden para comenzar a jugar. Se terminó un ciclo exitoso para el rugby argentino (2016-2024), que no merecía ese final. Habrá que barajar y dar de nuevo. Este mismo plantel había dejado la vara tan alta que se merecerá volver, con las energías intactas y esa mística que los hizo ser los números uno del mundo a lo largo de dos temporadas.