“A mí ubicame bajo la conducción de Mauricio Macri”, es lo que responden buena parte de los dirigentes del PRO, incluso aquellos que en los últimos meses coquetearon con La Libertad Avanza. Tras asumir la titularidad del partido, el ex presidente comenzó a tejer sus hilos en todas las provincias y entre los legisladores nacionales para iniciar el proceso estratégico para las próximas elecciones. Por estas horas, su mirada coincide con la de los gobernadores amarillos: un rechazo profundo a la fusión. De otro lado, Patricia Bullrich busca acercar el espacio a la gestión de Javier Milei – que ya integra- al considerar que hoy los votos de lo que supo ser Juntos por el Cambio están en el oficialismo. “El año que viene para cerrar las listas lo van a dejar solo a Mauricio”, deslizan en el entorno de la ministra de Seguridad.
“Yo no estoy para nada de acuerdo con lo que plantea Patricia de fusionar el PRO con el Gobierno porque cuando un espacio pierde la vocación de poder se desgrana, no tenés más forma de construir. Yo no sería parte de este Gobierno, yo no me fusiono”, expresó el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, en una entrevista televisiva. Pero no es el único gobernador que coincide con su mirada.
Rogelio Frigerio, quien se encamina a presidir el partido en Entre Ríos, también descarta de plano la posibilidad de fusionarse con los libertarios. En las últimas reuniones en las que estuvo presente con Macri y los bloques del Congreso, postuló la necesidad de cuidar la identidad del PRO. De todos modos, el ex ministro del Interior no descarta la creación de una alianza para el próximo año, cuando se renueven una importante cantidad de bancas y, para ese momento, cree que es primordial poner en valor los territorios que hoy gobiernan para que sean una herramienta de negociación en el armado de listas.
Jorge Macri también se planta en la necesidad de reflotar los valores del partido y su identificación, ante las similitudes de sus ideas y proyectos con La Libertad Avanza. En Parque Patricios hay preocupación por la “falta de gestión” de Milei, según deslizan, ya que aseguran en que la política económica del Gobierno es de licuación y no de motosierra y déficit cero, como pregona el Presidente.
“Tenemos que dejar de ser rehenes de Milei”, plantearon algunos dirigentes con responsabilidad de gestión en diálogo con Infobae. Es que entre los gobernadores de la oposición crece el fastidio ante la eliminación de transferencias, la reducción de la coparticipación y el poco margen que tienen para plantarse con críticas a Milei ante el miedo de sufrir el escarnio público como le pasó, por ejemplo, a Torres cuando amenazó con dejar de enviar petróleo y gas al resto del país.
Según pudo saber Infobae, el sector macrista analiza iniciar un proceso de diferenciación una vez que se termine el tratamiento de la Ley Bases. “Nosotros somos oposición”, aclaran. Entienden que si no hacen valer su rol como partido que no integra el Gobierno, el año próximo no tendrán fuerza para pelear en el armado electoral. Puertas adentro ya hay reproches por el rol que cumplieron en Diputados y en el Senado al advertir que, por ejemplo, la UCR – el partido más atacado por Milei – logró imponer más cambios en el proyecto de ley. “Ellos hicieron valer sus votos, nosotros nos regalamos”, dicen.
Pese a las coincidencias de este sector, algunas alarmas se encendieron cuando Diego Santilli, Cristian Ritondo y Alejandro Finocchiaro aparecieron en el Luna Park para participar del show y presentación del libro del Presidente. En sus entornos aclararon que fueron invitados especialmente por Martín Menem “por haber sido desde el principio de la gestión diputados de los que más colaboraron para que el Gobierno sancione el paquete de leyes”. Horas más tarde se comenzó a rumorear el pase de uno de ellos al Gabinete, información que fue desmentida a este medio.
De ellos tres, el único que se desmarca de la estrategia de Macri es Santilli. No abandonó su pelea por llegar a la Gobernación bonaerense y cree que si se mantiene la división volverá a ganar el peronismo. El Colo tiene una muy buena relación tanto con Martín Menem como con Milei y a su entorno le expresa su preocupación por el futuro del PRO, por lo que cree que el mejor camino es una convergencia electoral que se traslade a los bloques legislativos.
En esa línea se planta Bullrich, la principal rival de Mauricio Macri. “No hay que mirar desde la platea, sino comprometerse a fondo con el cambio”, expresó la ministra en un acto bonaerense con su aliado Diego Valenzuela. Esa misma tarde decretó: “Juntos por el Cambio efectivamente fue”. En su entorno reconocen que dentro del PRO tienen menos peso para imponer sus ideas porque, según alertan, “Mauricio llenó el partido de amigos”. “Macri tiene la estructura pero no tiene los votos. ¿De qué sirve un partido si no tenes votos”, insisten.
Según las encuestas que manejan en el equipo de la ministra, el 82% del electorado de Juntos por el Cambio apoya a Milei y hasta resaltan que la propia Bullrich tiene buenos números en la Ciudad de Buenos Aires. “Les va a pasar lo mismo que a Horacio Rodríguez Larreta que tenía los fierros y Patricia con nada le ganó la PASO. El año que viene van a venir a pedir lugares en las listas”, advierten.
Mientras tanto, Macri hace sentir su poder y avanza sobre la renovación de las autoridades del PRO en varias provincias, como es el caso de Córdoba. Pero en el territorio bonaerense fue más a fondo: 24 de los 33 integrantes del Consejo de partido amarillo presentaron su renuncia en busca de debilitar a la actual titular, Daniela Reich. La senadora provincial y esposa de Diego Valenzuela responde Bullrich. En el entorno de la ministra no se quedan callados ante la embestida macrista y adelantaron: “Algo va a ocurrir. Nosotros vamos a dar señales”.