Después del Pacto de Mayo y el desfile, Milei enfrenta un desafío político diferente y no sólo el test del mercado

Gobernadores PActo de Mayo
Postal del Pacto de Mayo: Javier Milei logró reunir a dieciocho jefes de distrito (Facundo/)

La foto, extravagante, de Javier Milei a bordo de un tanque en compañía de Victoria Villarruel coronó una sucesión de imágenes registradas en el círculo más reducido del oficialismo como parte central de su narrativa política. Pasado el primer éxito legislativo, cuyo efecto quedó dañado por turbulencias financieras y errores propios, la idea de sostener la iniciativa sumó dos entregas en pocas horas: la firma del Pacto de Mayo, con acotada asistencia en Tucumán, y el desfile del 9 de Julio, impactante después de cinco años por despliegue y convocatoria de público. Todo fue muy cuidado, algo que por eso mismo expone al Gobierno en su necesidad de recrear expectativas y no sólo de dar respuesta anticipada a otro test del mercado.

De hecho, el referido cuidado en la encadenación de hechos tuvo como primera expresión la promulgación de la Ley Bases, difundida el mismo lunes. Por la noche fue la “vigilia” y la firma del acuerdo en Tucumán, con aporte de 18 de los 24 jefes de distrito como dato saliente. Y después llegó la vuelta a la tradición del desfile del 9 de Julio. Discurso y fotos fueron de la mano. Síntomas también de las inquietudes del oficialismo.

Fuera del pizarrón de la Casa Rosada, el Tedeum de rigor fue menos áspero que lo imaginado. El mensaje de monseñor Jorge García Cuerva se produjo en momentos de inocultable malestar en la relación del Gobierno y la Iglesia. Con todo, el arzobispo de Buenos Aires describió la situación de deterioro social sin limitarse a la actual gestión. Destacó el esfuerzo de buena parte de la sociedad –enorme, esperanzador y conmovedor, fue su definición- y repartió responsabilidades entre pasado y presente. Naturalmente, el señalamiento mayor apunta a la cabeza del Estado.

El desfile militar que recorrió la avenida Del Libertador marcó el Día de la Independencia
El desfile militar que recorrió la avenida Del Libertador marcó el Día de la Independencia (Martin Cossarini/)

En la sucesión de horas intensas, con feriado local y un día de alivio en materia de bonos y acciones en el exterior, hubo un elemento fuera de la agenda de ceremonias, pero significativo. Milei dedicó un rato a tuitear a modo de entrevista. Y dejó un par de definiciones con lectura segura en el mercado.

Ratificó que la salida del cepo no será inmediata y que, más que a fechas, está atada en su visión a objetivos previos: básicamente, colocar la inflación en niveles ínfimos y sanear el Banco Central. Además, ante una pregunta relativa a vencimientos de uno de los bonos de mayor circulación, buscó ser tajante: “Siempre se paga”.

La inquietud sobre los mercados, creciente en las últimas dos semanas, mereció también una imagen destinada a negar conflicto o tensión por la designación del ministro de Desregulación y Transformación del Estado, es decir, por la relación con el jefe de Economía. Luis Caputo y Federico Sturzenegger compartieron foto y difusión tuitera de la postal. Un modo bastante utilizado y en general poco efectivo para enfrentar especulaciones y recelos.

El desafío político, en todo caso, tiene que ver con las medidas para revertir el frío económico y recrear expectativas que, según diversos sondeos, no se agotan en la necesaria baja de la inflación. El viernes, será difundido el IPC de junio. Se espera que esté algo por encima de la anotación anterior, aunque podría estar otra vez por debajo de las expectativas del mercado.

En línea con la intención de mantener la iniciativa política, a la vez con sentido económico, un renglón destacado lo ocuparía la difusión del contenido de la Ley Hojarasca. Nada indica que vaya a tener tratamiento inmediato en el Congreso, en primer lugar porque queda una semana con alguna actividad en comisiones y luego un receso que postergaría todo para principios de agosto.

Desfile militar por el 9 de Julio
Desfile del 9 de Julio. Fue impactante por el despliegue y la convocatoria de público

Pero Sturzenegger -el Gobierno, de hecho- podría correr el riesgo de un error similar a la difusión precipitada de la idea de una segunda etapa o fase sin contenidos concretos. El paquete que remita el nuevo ministro será de interés para los sectores económicos en general y para el frente legislativo, empezando por el formato: varios proyectos o un texto enorme que abarque decenas de desregulaciones.

Los espacios “dialoguistas” ya hicieron trascender su cuestionamiento a una alternativa similar a la Ley Bases. De hecho, parece amplio el rechazo al criterio de los megaproyectos. Ese punto de vista es compartido por buena parte de la UCR y de Hacemos Coalición Federal. Y en el PRO, en condición de aliado y tensionado por sus internas, también esperan que de entrada sea elegido un camino que facilite las negociaciones, algo que demoró meses con la primera iniciativa del Gobierno y su complemento, el paquete fiscal.

El acto de firma del Pacto de Mayo mostró que el oficialismo debería atender los movimientos de los “dialoguistas” y de su principal aliado, el PRO, que buscan márgenes de diferenciación. La cita tucumana no contó con representación legislativa destacada. El peso estuvo en la asistencia de gobernadores. Resulta un dato político relevante, aunque con ciertos límites: no representa un aval automático y, se ha visto, no tiene impacto automático en el Congreso.

De todos modos, el número de asistentes fue un logro, en especial si se considera el nivel de fragmentación política. Y quedó a la vista el corte que busca explotar el Gobierno. Estuvieron los diez jefes locales que conservan la marca JxC , cuatro provinciales y otros cuatro de diferente perfil peronista. El rechazo frontal quedó atado básicamente a los gobernadores que se alinean con el peronismo/kirchnerismo, empezando por Axel Kicillof.

Pacto de mayo - Tucumán - Milei
El saludo con los gobernadores. El Presidente celebró la firma del Pacto de Mayo con 18 mandatarios provinciales (Nicolás Nuñez) (Nicolás Nuñez/)

Milei, en su discurso, lo expuso en blanco y negro: destacó de un lado a quienes interpretan el “cambio de época” y condenó a quienes se mueven con “anteojeras ideológicas” y juegan al boicot permanente de la gestión.

Fuera del contrapunto visible, nadie en la oposición más dispuesta al diálogo -y al difícil ejercicio de diferenciación, frente al Gobierno y al kirchnerismo- interpreta la postal tucumana como un pacto de adhesión. Es, en realidad, un terreno a trabajar por los negociadores del oficialismo en forma permanente.

En tren de sumar fotos, también concentraron la atención los gestos de Milei y Villarruel, que participó de las actividades por el 9 de Julio pero no había viajado a Tucumán, para terminar de recuperarse de un cuadro gripal, según se dijo. El final del desfile los mostró cordiales y, como cierre, en un tanque del Ejército.

Por supuesto, nada se agota en las imágenes. El desafío político que se abre para Milei supera la entrega de estos primeros siete meses en el gobierno. Dicho de otra forma: gestión, con internas acotadas, y armado político, como mecanismo de negociaciones y acuerdos.