Una deuda de 15 mil dólares para comprar un auto es lo único que se olvidó de mencionar Camilo Baliño (46) cuando fue indagado en las últimas horas como partícipe necesario de los homicidios de su cuñado Germán Zuccarelli (46) y de la tía de su esposa, Ana Russo (77), acribillados a tiros el mes pasado cuando regresaban a su casa de Lanús.
Así lo confiaron a Infobae fuentes con acceso al expediente. Y dijeron que el segundo detenido del caso sí reconoció en su indagatoria ante la fiscal María Silvia Bussano, a cargo de la UFI N° 7 del Departamento Judicial Avellaneda-Lanús; que no tenía contacto con su cuñado tras un problema familiar que hubo con su mujer, la hermana de la víctima; que lo consideraba un “buen tipo” y que sabía que acompañaba a su tía a la casa a la noche.
Baliño, a quien la jueza de garantías Mariela Bonafine le convalidó la detención, también admitió conocer al ex comisario mayor de la Policía Bonaerense, Adrian Brulc, primer apresado por el doble crimen del monaguillo y su tía, y considerado autor material de los asesinatos. Se frecuentan desde 2018, cuando generaron un vínculo porque sus hijos juegan juntos al básquet; y compartieron asados, cafés y charlas.
El mismo Brulc, se lo dijo a los policías cuando lo fueron a detener a su casa de Villa Centenario, en Lomas de Zamora, luego de que se identificara el auto desde donde partieron los disparos y se vinculara a ese coche al ex comisario. “Ustedes vienen por el homicidio de Lanús. Yo conozco al cuñado de la víctima, mi hijo juega al básquet en el mismo club que el hijo del cuñado de la víctima, en Lanús. Yo soy comisario mayor retirado Brulc”, fue lo que le comentó a los policías antes de que le pusieran las esposas.
Incluso, según las fuentes consultadas por este medio, Baliño, ex gendarme y que trabaja en compañías de seguro, admitió que la noche de los homicidios tuvo comunicaciones con Brulc.
La teoría fiscal es que el cuñado fue quien dateó al ex comisario sobre los movimientos de Zuccarelli y que así fue cómo el asesino sorprendió al monaguillo y a su tía cuando regresaban a su casa con la noche trágica del 2 febrero pasado en la calle Pico N°1426 de la localidad de Villa Obrera.
Según la acusación, a la que accedió este medio, Brulc actuó “con la cooperación necesaria de Camilo César Baliño, cuñado de la víctima, quien aportó información indispensable para localizar con precisión el día, lugar y horario en que se encontrarían las víctimas”, algo que conocía por su lazo “familiar”. Y sigue: “Para que, de ese modo, Brulc pudiera concretar el plan previamente trazado por ambos para dar muerte a Germán Zuccarelli y a Ana Russo, y así… les efectuó numerosos disparos”.
Zuccarelli recibió siete tiros y murió en el acto. Russo, dos y falleció 48 horas después. El homicida escapó en un Volkswagen Cross Fox que había sido robado días atrás y que apareció abandonado en Villa Fiorito.
La coartada
Baliño se defendió diciendo que el día del crimen estaba con su familia cenando, que al regresar vio que había una gran acumulación de vehículos y se comunicó con Brulc, porque es común que se reúnan a comer, incluso él fue invitado. “Lo llamé dos veces, sin respuesta, porque se juntaban los jueves y le hice una broma con que los viernes también se hacían asados”, esgrimió en su defensa.
Y contó que, luego de enterarse de los crímenes y cuando estaba pidiéndoles las cámaras a los conocidos de la cuadra, el ex comisario se comunicó con él. “Para preguntarme si yo lo había llamado, a lo cual le dije, palabras más palabras menos, que sí, que era por otra cosa, pero que tenía un problema grande: ‘Acá balearon a mi cuñado y a la tía, después hablamos’”, recordó y añadió que Brulc le ofreció su ayuda.
También reseñó que volvieron a hablar tras los homicidios. Los celulares fueron clave en el caso, tanto como las cámaras de seguridad. “Me llamó en la semana, dos o tres veces seguro, para ver cómo estaba la familia”, aclaró y relató que, en una de esas comunicaciones, quedaron en juntarnos a tomar un café, pero se pospuso.
No dejó pasar que, cuando arrestaron al comisario, le avisó a su esposa: “Quedate tranquila, van a venir por mí”. Luego, dijo que lo sorprendió la detención de Brulc, que no se lo imaginó nunca, que escuchó muchas versiones sobre por qué mataron a su cuñado (NdeR: todas descalificadoras para con la víctima y hasta habló de la homosexualidad de su cuñado y del vínculo que tenía con su hijo).
Un saludo
Y narró que con Zucarrelli, en cuatro años y pico, nunca tuvieron un cambio de parecer. “Pero mi suegro le pegó una cachetada a mi esposa y un bastonazo y, a raíz de eso, tuve una charla con él y con Germán por el mismo tema, y él me contestó que había sido culpa de mi mujer”. Y describió que, a partir de ello, no hubo más tipo de relación que un saludo cuando se lo cruzaba a las 22, justamente, mientras acompañaba a su tía.
A Zuccarelli y a Russo los mataron a dos cuadras de su casa un viernes alrededor de las 22. El auto que participó en los homicidios el día anterior al ataque fatal había pasado por el mismo lugar.
Baliño también admitió ante la fiscal que: “En el año 1999, por un accidente en la Gendarmería con el arma, le causé la muerte a un camarada de promoción y amigo, creo que (la causa) era por homicidio culposo en el Juzgado Federal, creo, N°3 de Salta”: Luego, agregó que sospechaba que había prescripto y que no había sido condenado.