A seis años del crimen del verdulero de Ituzaingó, hay cuatro nuevas condenas en el caso. Se trata de dos ex policías y una pareja de civiles, que se suman a la antigua oficial Camila Fernanda Pazos, que ya había sido sentenciada a tres años de prisión condicional.
El hecho ocurrió durante la noche del 12 de septiembre de 2016 cuando quiso escapar con su auto de un posible robo y fue baleado por los supuestos delincuentes. Pese a que esa fue la información que circuló en un primer momento, luego se supo que los autores del homicidio habían sido cuatro policías de la Bonaerense. Confundieron a la víctima, Diego Roda, con un grupo de delincuentes a los que perseguían. Después, quisieron hacer pasar todo por una muerte en ocasión de robo.
La primera en ser condenada fue la ex policía Camila Fernanda Pazos, por el delito de falso testimonio, encubrimiento agravado por la condición de funcionara pública y falsedad ideológica de instrumento público. A ella, ahora, se suman el ex comisario Daniel Fernando Pérez, el antiguo miembro de policía local Maximiliano Gastón Ramos y los civiles Alejandro Tomás Salomón y Johana Belén Vukman.
De acuerdo con la información a la que pudo acceder el medio local PrimerPlanoOnline, Pérez y Ramos fueron condenados a una pena de tres años de prisión en suspenso e inhabilitación absoluta para ejercer cargos públicos por seis años. Mientras tanto, Salomón y Vukman recibieron una pena de dos años de prisión en suspenso.
Todos ellos fueron condenados tras un juicio abreviado y sus condenas llevan la firma del juez Juan Carlos Uboldi, del Tribunal en lo Criminal Nº 4 del Departamento Judicial Morón.
De esta manera, solo resta que comience el juicio contra los principales acusados de homicidio agravado: los agentes de la policía local Fernando Grané y Gerardo Gabriel San Miguel, quienes se sentarán en el banquillo en febrero del año próximo. En ese proceso también serán juzgados otros funcionarios policiales como Sergio Fabián Barrientos, Maximiliano Duarte y el comisario Diego Carreira.
El crimen de Roda en 2016
Tras el crimen, una vecina de Roda narró la secuencia que habían intentado instalar los policías. “Diego estaba saliendo de la casa de sus suegros y cuando vio venir a los tres delincuentes le dijo a su mujer: ‘subite, subite’. Él arrancó (el vehículo) porque tenía el bebé adentro, sino, no se hubiera ido. Murió adentro del auto. No se pudo hacer nada. Además, era un pibe laburador, se levantaba a las 6 de la mañana”, relató con angustia.
Sin embargo, en 2019 la investigación dio un giro y apuntó contra los oficiales. La secuencia de hechos comenzó con el robo de una camioneta en Caseros y una persecución policial, en la que los delincuentes chocaron el vehículo que había sido robado. En consecuencia, los ladrones se dieron la fuga y los oficiales continuaron con la persecución.
En simultáneo, Roda salía junto a su esposa de loa casa de su suegra. Así, lo confundieron con los delincuentes y abrieron fuego contra él. Recibió cuatro disparos: en la cabeza, el tórax, el brazo derecho y hombro derecho.
Inicialmente, los policías declararon en la causa que lleva adelante el fiscal 1 de Ituzaingó, Marcelo Tavolaro, que llegaron instantes después a bordo de una patrulla al lugar donde el comerciante ya estaba baleado y aseguraron que “nunca” dispararon sus armas mientras perseguían a los delincuentes.
En la escena del hecho, los peritos hallaron una única vaina servida entre el pasto, al costado del cordón de la vereda, que fue remitida para ser sometida a peritajes. De allí surgió que ese proyectil había sido disparado por el arma de uno de los policías que había participado de la persecución, que fue identificado como Fernando Grane. Ese dato fue solo una punta de una cadena de encubrimiento policial que seis años después no tiene como condenados a los principales responsables.