“Disfruto mucho de levantarme temprano, completar mi rutina de gimnasio, hacer meditación, tomar mi desayuno, tener mis reuniones de trabajo, comer con mi familia y ver a mis amigos”, dice Matías Alé. Desde Mar del Plata, plaza a la que regresó para hacer temporada con La Kermesse de la China en el Teatro Victoria y desde donde se ocupó de los móviles de Poco Correctos para ElTrece, el actor dialogó con Infobae sobre su aprendizaje del pasado, su felicidad del presente y su pensamiento sobre el futuro.
¿Cómo resultó su vuelta? “El balance fue súper positivo. No pensé que Mar del Plata me iba a recibir con tanto cariño. Lo que fue la gente en la calle no se podía creer. Hasta me nominaron a los premios Estrella de Mar. Y después se dio la posibilidad de hacer los móviles todo el verano. Pero la realidad es que yo nunca me fui de los medios. Estuve un año y pico viviendo en Carlos Paz, porque hace rato que tenía ganas de experimentar lo que era estar viviendo ahí fuera de temporada. Y la propuesta surgió de casualidad, un día que estaba con Pablo Rago y me crucé a Hernán Domínguez, que es el dueño de HD Ideas, una productora muy importante de ahí, y le conté mi inquietud. ‘Venite que Córdoba te va a abrazar’, me dijo. Así que firmé contrato para hacer un programa que se llamaba Encendidos en la 95.1 Radio Pulxo, todas las mañanas. Y lunes, martes y miércoles, a la tarde, grababa el programa que salía a la noche, Showbeach que era una especie de Animales Sueltos. Así que siempre estuve ligado al espectáculo, solo que no hice teatro porque tenía mi local de sushi“, cuenta.
Lo cierto es que, desde el mes de septiembre del año pasado, Matías decidió volver a instalarse en Buenos Aires. Y, ahora, analiza varios proyectos de cara al 2024, incluido uno para ir a hacer teatro a Miami y Orlando. “Un puede tener un traspié, un problema de salud. Y salir adelante rodeado de la familia, los amigos y buenos profesionales. Yo hoy puedo tener una vida normal. Sigo una terapia, obviamente, que me hace muy bien. Pero desde Lali Espósito, Alejandro Sanz o Tini Stoessel hasta Chano, por nombrar a algunas, hay un montón de personalidades que han tenido dificultades pero salen adelante. Como yo, que hoy tengo un presente inmejorable. Me han contratado para la conducción de varios eventos. Porque me ven bien y yo me siento muy bien”, explica.
En su faceta personal, donde en otros tiempos se jactaba de ser un latin lover, Alé también demuestra haber logrado un aprendizaje. “Son épocas y uno va creciendo. Yo cumplí 46 años. Pero en ese momento tenía treinta y pico, venía de una relación muy larga con Grace (Alfano) y salí a un mundo nuevo en el que me sentía un adolescente. Trabajaba muchísimo. Y hoy empleo mi tiempo, mi vida, mis relaciones y mis elecciones de otra manera. Con más adultez, más madurez. Sabiendo elegir. Priorizando el descanso, el tiempo, la familia y a las personas que siempre han estado cerca mío como es el caso de mi vieja, de mi hermano y de mis quince o veinte amigos que han sido incondicionales en las buenas y en las malas. Así que hoy estoy plantado desde otro lugar, con más firmeza, más seguridad y más autoestima”.
Matías asegura que en la actualidad no está en pareja. “Elijo estar solo hasta que aparezca la persona que me quiera acompañar en el momento en el que estoy, pero sin ningún apuro. Creo que ya experimenté un montón en estos años sobre las relaciones, a las que les dediqué mucha energía. Hasta me casé y me separé (de María del Mar Cuello Molar)”, asegura. Y ya no se pone como meta formar una familia, aunque aclara: “El amor siempre es una asignatura pendiente. Pero hoy me lo plantearía desde un lugar de madurez. Para los que trabajamos en el medio no es fácil, por los horarios, los tiempos, los viajes…O sea que tendría que ser alguien que entienda todo esto”.
El actor sabe que no puede hacerse cargo de los prejuicios de quienes se quedaron pegados a su imagen del pasado y no registran que, en la actualidad, él es una persona completamente diferente. “Bastante tengo con hacerme cargo de lo mío, como para pensar en si una persona que me quiere acompañar no conoce como es mi nueva vida o cómo son mis pensamientos hoy. Yo tuve un crecimiento personal y un desarrollo profesional. De hecho, ahora tengo muchas ganas de estudiar periodismo y de capacitarme. Y creo que estoy en una edad en la que me siento pleno para hacerlo. También disfruto, por ejemplo, de un día de playa con un amigo, que antes por la misma vorágine de tener a diez mujeres en agenda al mismo tiempo o por correr de un compromiso al otro, no podía apreciar. Así que de la mano de esta sintonía aparecerá alguien en mi vida. Y, si no, estaré destinado a estar solo un tiempo, que tampoco está mal”, señala.
Echando por tierra los mandatos que indican que para estar bien uno tiene que formar una familia, Matías asegura: “Yo no tengo hijos y hoy tampoco es un deseo para mí ser padre. La realidad es esa. Quizá, empiece una relación y eso cambie. Pero hoy trato de disfrutar del presente sin ponerme metas a futuro. Porque pienso que yo a mis 19 años, cuando quería ser piloto de avión y mi viejo que estaba vivo me podía pagar las horas de vuelo, en lugar de estar proyectando tanto cómo quería que me fuera en la vida tendría que haber disfrutado más de estar con él, algo que ahora no puedo porque ya no está. Así que hoy disfruto de una charla con mi vieja, de un encuentro con amigo y hasta de esta entrevista, sin estar pendiente de otra cosa. Trato de estar focalizado en cada cosa que hago”.
Desde hace ocho meses, Alé comenzó a salir a caminar a diario, lo que sumado a una alimentación balanceada le hizo bajar 18 kilos. Y cree que esto es parte de su cambio positivo. “Estoy cuidando mi salud mental, mi salud espiritual y mi salud física. Y eso me planta con otra cabeza. No reniego de nada. Mi vida fue perfecta. Todo lo que me pasó, lo bueno y lo malo, fue perfecto. Porque todo ocurrió por un bien mayor o para evitar un mal peor. Para que fuera una persona con resiliencia. Y para que alguien se me acercara por la calle como sucedió hace poco y me dijera: ‘Sos un ejemplo, mi hijo pasó por lo mismo que vos y fuiste su motor para salir adelante’. Eso, para mí, es un montón. Porque si yo hubiera seguido viviendo en una nube como la que estaba, tal vez mi legado en este mundo iba a ser mucho más naif. Y hoy sé que, el día que me vaya, voy a dejar un mensaje mucho más profundo”, dice Matías.
Y concluye: “Yo pasé por una situación límite y la superé. A veces, si no hay un quiebre no aprendés a disfrutar. Yo tuve todo: viajé por el mundo, estuve a las mujeres más lindas, los mejores autos, los trabajos más codiciados, las casas más espectaculares…Pero hasta que no tocás fondo y te das cuenta de cuáles son las cosas que realmente tienen importancia, no tomás consciencia de lo que de verdad te hace feliz. Yo tuve un Porsche descapotable divino durante dos años. Y paseé con verdaderas diosas en ese auto. Hoy, en cambio, me voy caminando del hotel al teatro porque, esas siete cuadras, para mí son una bendición. Si no me hubiera pasado lo que me pasó, tal vez hubiera seguido en un tsunami que no sé donde podría haber terminado”.