La denuncia de Laudelina Peña, tía de Loan, en donde aseguró que el marino retirado Carlos Pérez atropelló y mató al chico tras el almuerzo donde fue visto por última vez 17 días atrás, es un quiebre en la historia del caso. Que sea verdad es otra cosa.
Hay formas simples de comprobarlo. A fines de la tarde de ayer, investigadores de elite notaron con suspicacia el timing de la declaración de la tía: la Policía Federal había allanado su casa 48 horas antes para quitarle su celular con sistema Android. También, habían allanado a su madre, Catalina Peña, la abuela de Loan. Por esas mismas horas, la Justicia federal todavía esperaba recibir los resultados de las pericias al teléfono de la tía, que esperaba ser realizada en el laboratorio de la División Pericias Telefónicas, ubicados en el histórico edificio de la Policía Federal en Azopardo y México con el software UFED Premium de la firma Cellebrite. No era el único teléfono: hay otros 19 aparatos incautados a imputados y testigos del caso que esperan el mismo análisis. En las redadas a Laudelina y Catalina se incautaron siete teléfonos que integran esa lista.
Para ser claros y evitar mitos, una pericia a un teléfono es un proceso complejo que requiere, primero, franquear las contraseñas. Luego, se realiza una extracción de una copia forense de los contenidos que debe ser analizada por policías y personal judicial. No es abrir el aparato, ponerse a leer y ya.
Tras su relato, realizado ante la Justicia provincial y no ante la Justicia federal con el fiscal correntino Mariano de Guzmán, a cargo de la instrucción del caso, otros investigadores del caso presentes en Corrientes se preguntaron algo que les pareció obvio. Si Loan Danilo fue atropellado por Pérez en su Ford Ranger. entonces debería existir alguna marca del golpe en la carrocería, una mancha de sangre detectable por un test de reactivos, un cabello en el paragolpes, algo.
Sin embargo, no figura un levantamiento de rastros forenses a la Ranger en la lista de más de 50 pruebas remitidas por Juan Castillo y Guillermo Barry, los fiscales correntinos que investigaron inicialmente el caso. Los mismos investigadores no sabían si esa pericia -una totalmente de manual- había sido realizada. Solo se sabe de la pericia odorológica hecha por perros a la camioneta, que reveló un rastro del chico y que fue clave para imputar a Pérez y a su mujer, la ex funcionaria María Caillava, que supuestamente amenazó a Laudelina, según Laudelina misma.
Hay otro factor en juego: el marido de Laudelina mismo. Bernardino Antonio Ramírez fue detenido al comienzo del caso, acusado del “abandono de persona” que terminó con Loan desaparecido. Hoy, Ramírez está encerrado bajo prisión preventiva en la Unidad N°7 de Resistencia, Chaco, una cárcel del Servicio Penitenciario Federal que depende de Patricia Bullrich. Es un penal de pesados, de tumberos violentos, narcos y secuestradores.
El SPF tiene la costumbre de trasladar a cárceles como las de Resistencia y Rawson a sus detenidos más díscolos, para aislarlos de focos como Ezeiza y Marcos Paz. En Resistencia, por ejemplo, “Banana” Espiasse, célebre hampón, ladrón de bancos y ministerios de Economía provinciales que acumuló arsenales con explosivos y protagonizó la fuga del penal de Ezeiza en 2013, encabezó allí su último motín, una batalla de facas. Allí, por ejemplo, está preso César Morán de la Cruz, el violento capo narco de la Villa 31.
Pérez, Caillava y el comisario Walter Maciel, acusado de encubrimiento, se negaron a declarar. ¿Por qué denuncia Laudelina, y no su marido? Si lo que dice Laudelina es cierto, Bernardino está preso en un penal intenso por un delito excarcelable.
Tras la declaración de Laudelina, respaldada públicamente como “fuerte y creíble” por Bullrich, celebrada como un avance en la causa por el gobernador Gustavo Valdés, la Justicia federal, con los fiscales Mariano de Guzmán y Alejandra Mangano de la PROTEX, pidió a la Justicia correntina -donde Laudelina realizó su denuncia- los contenidos de la declaración y así evaluarla.
En paralelo, los fiscales planeaban seguir con sus medidas de prueba pendientes: las pericias a los teléfonos, los entrecruzamientos de llamadas de acusados y los impactos de celulares en las antenas de la zona de 9 de Julio al momento del último almuerzo de Loan.
También, seguirán los rastrillajes. Ayer, policías de la Federal y de la Bonaerense buscaban con drones de última generación en un basural a un kilómetro y medio de la casa de Pérez y Caillava. También, en el campo de la abuela Catalina. La búsqueda de Loan ya va 12 mil hectáreas y contando, con drones, buzos, 25 binomios de perros. Cuenta con algunos de los mejores recursos investigativos del Estado, detectives de alto rango de la PFA, de áreas como Trata de Personas, Homicidios y Delitos contra la Libertad Personal, responsables de capturas resonantes. Se allanó en Chaco, Córdoba, la provincia de Buenos Aires.
Sin embargo, 17 días después, a pesar de lo que dice Laudelina, no hay nada que se parezca a una muerte, un rastro de sangre. Solo un chico que no está, o que no encuentran.