El jefe de la barra brava de Rosario Central, Andrés “Pillín” Bracamonte (52 años) resultó herido de bala en la tarde de este sábado, una vez terminado el clásico que ganó el Canalla por 1 a 0 ante Newell’s en el Gigante de Arroyito.
Él se encuentra fuera de peligro y, según fuentes policiales, sufrió una lesión en la espalda. Además se informó que fue asistido en el Hospital de Niños Zona Norte y desde allí fue derivado al Hospital Centenario.
De acuerdo a los primeros datos que se conocen del hecho, Bracamonte sufrió la herida en el Parque Alem, situado a pocos metros del estadio de Rosario Central, donde tiene prohibido el ingreso. Es el sector por el que suele tener egreso la barra brava canalla de la cancha. Una versión indicaba que le habrían disparado desde una moto, mientras que otra señalaba que había sido atacado en medio de una pelea que había tenido lugar en el parque.
La fiscal Georgina Pairola se hizo presente junto con el gabinete criminalístico de la Policía de Investigaciones para llevar adelante la reconstrucción del hecho cuya mecánica aún no estaba clara. Por otro lado, los agentes se dedicaron a tomar testimonios y a relevar las cámaras de videovigilancia de la zona.
Según manifestaron fuentes policiales a Infobae, Bracamonte entró por sus propios medios al Hospital de Niños –centro de salud elegido por estar a pocos metros de la cancha– y expresó sentir un “ardor” en la espalda.
El personal médico que revisó al “Pillín” constató que tenía una herida de arma de fuego en la espalda, a la altura de los pulmones, con ingreso y egreso, que le dejó una lesión cutánea. Para una mejor atención, fue trasladado con acompañamiento policial hasta el Hospital Centenario, donde llegó junto con su pareja.
El jefe de la barra brava de Central fue noticia también en diciembre del año pasado, cuando el fiscal Miguel Moreno lo detuvo junto con dirigentes de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA), a quienes acusó por integrar una presunta asociación ilícita que, sobre la base de extorsiones, obtuvo ingresos millonarios a través de negocios con viandas, alquiler de baños químicos y pago de coimas para otorgar los certificados de libre deuda sindical a empresas contratistas.
El fiscal Miguel Moreno también atribuyó a “Pillín” y Vergara haber exigido a constructoras que contraten a gente de su entorno para que cobren un sueldo sin trabajar, como fue el caso del hijo del jefe del paravalanchas del club canalla.
En la audiencia, Bracamonte también fue imputado por haber llevado adelante en junio de 2019 intimidaciones a Jorge Andrés Bilicich, representante del defensor Gastón Ávila, a quien citó en un bar y le exigió un porcentaje de la operación de venta del jugador de Rosario Central a Boca.
“Yo hablé bien de vos. Averigüé quién eras y sé que sos buen pibe”, le comentó Bracamonte al agente, lo que fue interpretado por el fiscal como una presunta ostentación de influencia sobre los dirigentes del club de barrio Arroyito.
“Aun con conocimiento de que no había tenido influencia alguna en el éxito del contrato, Bilicich decidió ceder y hacer entrega del 20 por ciento de las ganancias que hacen a su medio de vida. El móvil que llevó a resignar dos cheques por más de 1.300.000 pesos encuentra explicación en el temor que infundió Bracamonte: consiguió su teléfono, lo llamó, lo convocó a una reunión y finalmente le exigió parte de la ganancia obtenida por su trabajo”, destacó el fiscal en la extensa audiencia realizada en el Centro de Justicia Penal.
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