María Corina Machado ya había arrasado en las primarias opositoras pero el régimen chavista mantenía sobre ella un insólita proscripción (similar a la que rige sobre decenas de dirigentes opositores venezolanos de peso) que le impedía presentarse a las elecciones presidenciales de este año. Mientras buena parte de los países de la región y las principales democracias del mundo aumentaban la presión sobre Nicolás Maduro para que cumpliera con su palabra de organizar elecciones democráticas este 2024 y habilitara la inscripción de Machado, el presidente brasileño Lula da Silva se paró en la vereda opuesta.
Este 6 de marzo, unos días después de mantener un amistoso encuentro con el dictador venezolano y mientas compartía una rueda de prensa junto al jefe de gobierno español, Pedro Sánchez, dijo sentirse “feliz” de que el régimen hubiera fijado la fecha de las elecciones para el 28 de julio. “Venezuela sabe que necesita elecciones altamente democráticas para que pueda recuperar el espacio de participación ciudadana en los foros mundiales que tanto necesita y para que podamos ver el fin del bloqueo de Estados Unidos a Venezuela”, argumentó.
Pero el punto más llamativo de su alocución fue cuando prácticamente dio una aval a la proscripción de Machado. Lula recordó que en 2018 había sido impedido de participar en las elecciones brasileñas (cuando estaba procesado por el caso Lava Jato) y alegó: “En vez de quedarme llorando, señalé a otro candidato y disputó las elecciones”. El postulante del PT en aquel momento terminó siendo Fernando Haddad, que perdió en el ballotage con Jair Bolsonaro.
Machado reaccionó indignada y lo tildó de misógino. “¿Yo llorando, presidente Lula? ¿Lo dice porque soy mujer? Usted no me conoce. Estoy luchando para hacer valer el derecho de millones de venezolanos que votaron por mí en las primarias y los millones que tienen el derecho de hacerlo en unas elecciones presidenciales libres en las que derrotaré a Maduro”, le respondió a través de sus redes sociales. “Usted está convalidando los atropellos de un autócrata que viola la Constitución y el Acuerdo de Barbados que usted dice apoyar. La única verdad es que Maduro tiene miedo de enfrentarme porque sabe que el pueblo venezolano está hoy en la calle conmigo”.
Lo cierto es que dos semanas después, agotadas las posibilidades de apelación por parte de la Plataforma Unitaria Democrática venezolana, con el tiempo corriendo e impedidos de inscribir a Machado, finalmente la oposición decidió optar por una candidata alternativa que no contara con ningún tipo de proscripción, casi siguiendo la sugerencia de Lula. Así fue que el viernes pasado, Machado anunció que su remplazante sería la prestigiosa académica y profesora universitaria Corina Yoris.
Pero si Lula o alguien más pensaba que con eso se resolvían los problemas, estaba equivocado. A horas de que venza el plazo legal, Yoris anunció este lunes que tras intentarlo de todas las maneras durante este fin de semana -tanto a través del sistema informático que dispuso el régimen como presencialmente ante el Consejo Nacional Electoral- no la han dejado inscribirse como candidata presidencial. “No solamente son los derechos de Corina Yoris que están siendo conculcados, sino que también son los derechos de los partidos políticos a ofrecer una candidatura que represente esa unidad y es también negar los derechos a los venezolanos a postular y a elegir al candidato que quieren elegir”, explicó la filósofa e historiadora de 80 años.
Así, el régimen de Maduro volvió a mostrar una vez más que su único objetivo es bloquear cualquier candidatura que le pueda disputar el gobierno para así crear sucesivas farsas electorales que le permitan eternizarse en el poder a pesar de su marcada impopularidad revelada en todas las encuestas y el éxodo histórico de millones de venezolanos. Al igual que ocurrió en 2018, la autoridad electoral se encargó de habilitar una decena de candidaturas de falsos opositores cercanos al chavismo sin ninguna representatividad política para poder teatralizar una elección con resultado cantado el próximo del 28 de julio. No hay nada de original: es el mismo sistema que vienen utilizando hace años otros autócratas como Daniel Ortega en Nicaragua o Vladimir Putin en Rusia.
Así lo han reconocido hasta viejos aliados del chavismo, como el ex presidente uruguayo José “Pepe” Mujica, que viene repitiendo que Maduro “no respeta las leyes elementales de la democracia”.
Lo llamativo es que algunos líderes democráticos con larga trayectoria política todavía sigan cayendo en el jueguito y legitimando a estas nuevas dictaduras.