Ante la actividad eruptiva del volcán de Fuego y los Colosos de Pacaya y Santiaguito, el Sistema de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) mantiene supervisión continua para notificar a la sociedad sobre cualquier cambio en las medidas de resguardo ante una posible emergencia.
Este miércoles 24 el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH) ha dado a conocer el más reciente boletín vulcanológico en el que notifica la situación de estos tres importantes volcanes de Guatemala.
Volcán de Fuego
Actividad: se registran de 4 a 7 explosiones por hora con características débiles y moderadas, que en su mayoría generan columnas de gas y ceniza de 4400 a 4700 msnm (14435 – 15419 pies), dispersandose principalmente en dirección suroeste y sur. Algunas explosiones también generan ceniza que alcanza alturas superiores a 5000 msnm (16404 pies) y el viento la desplaza en dirección noroeste y norte. La caída de ceniza fina puede suceder en comunidades ubicadas al norte, noroeste y al suroeste del edificio volcánico. Las explosiones se acompañan de avalanchas débiles y moderadas que llegan hasta la orilla de la vegetación; retumbos y ondas de choque principalmente débiles y pulsos incandescentes de hasta 100 metros de altura sobre el cráter.
Volcán de Pacaya
Actividad: la mayor parte del edificio volcánico se cubre por nubosidad. En el cráter Mackenney se sigue generando desgasificación débil que se dispersa hacia el suroeste. Las estaciones sísmicas ubicadas alrededor del volcán, permiten registrar actividad de gases y algunos derrumbes de fragmentos rocosos dentro del cráter. Durante la noche y madrugada no se observó ningún reflejo incandescente ni sonidos de explosiones. No se descarta la ocurrencia de períodos de desgasificación prolongados o columnas de desgasificación con abundante ceniza.
Volcán de Santiaguito
Actividad: se observa columna de desgasificación débil y constante sobre el domo Caliente, con algunos pulsos de incremento que permiten que alcance hasta 500 metros de altura. Las estaciones sísmicas continúan registrando explosiones débiles a moderadas que generan incandescencia y avalanchas principalmente en dirección oeste, suroeste y sur. Las explosiones moderadas forman una columna de gas y ceniza con altura de hasta los 3400 msnm (10498 pies). La ceniza se dispersa en dirección suroeste y oeste. Esta actividad ocasiona la caída de finas partículas de ceniza y ambiente brumoso en las cercanías del volcán. Es posible que se generen avalanchas fuertes y sonidos audibles a varios kilómetros del edificio volcánico. No se descarta la ocurrencia de flujos de bloques y ceniza de características moderadas a fuertes, como también posibles flujos piroclásticos de largo alcance en diferentes direcciones.
Guatemala y el dilema de sus volcanes
Debido a su localización en el Cinturón de Fuego del Pacífico, los volcanes cubren gran parte de la geografía del país, lo que lo convierte en una de las regiones con mayor densidad de estas formaciones rocosas.
Sin embargo en Guatemala se han determinado al menos 324 estructuras de origen volcánico, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) valida únicamente 32 volcanes, mientras que la Federación Nacional de Andinismo dice que son 37. Los 287 restantes son llamados por el INSIVUMEH como “focos eruptivos”.
Sin embargo, independientemente de las discrepancias, en el presente son tres los volcanes que se encuentran activos y que son objeto de observación de las autoridades guatemaltecas: el volcán de Fuego, de Pacaya y de Santiaguito.
El volcán de Fuego y sus erupciones
Ubicado entre los departamentos de Sacatepéquez, Escuintla y Chimaltenango, el de Fuego es el estratovolcán más activo de Centroamérica y uno de los que tiene mayor trascendencia a nivel mundial.
Con más de 3763 metros sobre el nivel del mar, este volcán ha registrado a lo largo de su historia diversas erupciones violentas, como la de 1932, cuando cubrió con ceniza a la ciudad de Antigua Guatemala y algunas partes de Honduras y El Salvador; la de 1974 cuando sus flujos piroclásticos arruinaron parte de la vegetación de los alrededores y sepultó parcialmente las comunidades de San Pedro Yepocapa y Acatenango.
El 3 de junio de 2018 tuvo su mayor erupción en lo que va del nuevo milenio, con columnas de ceniza que alcanzaron los 10 mil metros de altura sobre el nivel del mar. Esta actividad dejó 300 personas muertas, 200 desaparecidas y 600 heridos; así como dos millones de residentes perjudicados.
El reporte de su última actividad fuerte fue el pasado 12 de diciembre de 2022, cuando el volcán entró en erupción dejando columnas de ceniza de 500 metros de altura y generando un flujo de lava de 800 metros, con caída de ceniza en localidades de 45 kilómetros a la redonda.
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