En Ecuador son muchos los actores que confluyen y son parte del complejo y violento engranaje del negocio del narcotráfico. Entre estos está la mafia albanesa, que, con un perfil bajo, es uno de los principales grupos que exporta y distribuye cocaína desde el país andino a Europa, donde controlan gran parte de la distribución de la droga.
El país andino, que vive su guerra contra el narco, es donde más rápido crece el índice de homicidios en América Latina. El 2023 cerró con al menos 7.592 muertes violentas, frente a 4.426 de 2022. El pasado nueve de enero el presidente Daniel Noboa declaró en un decreto la existencia de un “conflicto armado interno” y ordenó a las Fuerzas Armadas ejecutar acciones, luego de que hombres armados se tomaran el canal TC de Televisión en plena trasmisión en vivo.
Chris Dalby, director de World of Crime y experto en crimen organizado, señala que la primera llegada de miembros de la mafia albanesa a Ecuador se dio en el 2009, cuando el entonces presidente Rafael Correa permitió que cualquier extranjero pudiera entrar a la nación sudamericana sin visa. La medida estaba ideada para fomentar el turismo. Sin embargo, fue aprovechada por algunas mafias criminales. Ya desde ese entonces el puerto de Guayaquil era una importante salida de droga desde el Pacífico.
“En ese momento las mafias albanesas ya eran muy fuertes, en Europa son aún más fuertes hoy, y consiguieron entrar a Ecuador, que ya era una puerta de salida de la cocaína hasta Europa y Estados Unidos”, dijo Dalby en entrevista con Infobae.
Dalby explica que los albaneses son después de los italianos los que más controlan el negocio de la cocaína en Europa. Y tienen una fuerte presencia en España, Portugal, Bélgica, Francia, Inglaterra y Holanda. En estos países reciben mucha droga, después la distribuyen y la venden a otras mafias como las alemanas, turcas, rusas y suecas. En el 2023, en España desmantelaron un grupo narco de más de 20 albaneses que controlaban todo el suministro de droga en ese país. Lo cargamentos llegada desde Ecuador o desde otros lugares de América Latina.
“Hay algo muy importante: los albaneses no tienen muchas personas en América Latina. Esto es una cosa que de vez en cuando es mal entendida en los reportes internacionales. Y no están directamente involucrados en la guerra en Ecuador. Tienen emisarios ahí, embajadores o personas que van para hacer negocios, para comprar la cocaína. Quizás están ahí mucho tiempo, algunos años o meses. Pero son solo emisarios. No son gente armada que va a controlar la guerra. De vez en cuando están involucrados en asesinatos o sicariatos porque hay otras personas que tienen interés en comprar la misma cocaína”, aclara el británico.
En marzo de 2023, Rubén Cherres, amigo del cuñado del ex presidente Guillermo Lasso, fue asesinado en una casa en la playa donde se escondía de las autoridades ecuatorianas, luego de que se lo vinculara con la mafia albanesa. Y en septiembre de 2023, el capo albanés Dritan Rexhepi, también conocido como Mujarat Lulezim, fue arrestado en Estambul, Turquía. El narco, líder del cártel Kompania Bello, estaba preso en Ecuador desde el 2014, pero tras un beneficio penitenciario, salió de la cárcel y huyó. Las autoridades ecuatorianas desconocían su paradero desde enero de 2022.
Dalby dice que, en los inicios del 2000, Ecuador se convirtió en un lugar atractivo para los grupos criminales internacionales. Para aquella época los Choneros, uno de los principales grupos criminales del país, controlaban el tráfico de droga. Además, tenían una estrecha relación con la guerrilla de las FARC, en Colombia, y el cártel de Sinaloa, en México. Este grupo podía mover cargamentos de cocaína desde la frontera con Colombia hasta el puerto de Guayaquil en seis horas.
“Las mafias ven un negocio muy simple y muy seguro, porque en aquella época las autoridades de Ecuador no estaba tan pendientes de lo que estaba pasando. Entonces empiezan a entrar los albaneses para comprar su droga ahí, y se establecen como socios muy fuertes de los Choneros y los Lobos. Llegan con mucha plata a pedir toneladas de cocaína; a mover tres, cuatro, diez toneladas, cada vez más”, dice el experto en crimen organizado, quien fue editor de Insight Crime.
Dalby explica que las mafias albanesas nacen de clanes familiares, como casi todas las mafias en los Balcanes, como en Serbia, Montenegro, Albania, Croacia, Macedonia. Esas familias son numerosas, crecen y controlan el crimen organizado en su parte de Albania. Además, y es gran parte lo que las hace tan fuertes, tienen vínculos con la diáspora albanesa en toda Europa.
“Dentro de esas diásporas es obvio que vamos a encontrar unos elementos criminales, y de allí construyen sus redes con contactos en Madrid, París, Berlín, Londres y otras otras ciudades europeas. De allí construyen un mercado y está demanda para comprar toneladas de cocaína en Ecuador o en otros países de América Latina”, dice.
El investigador británico señala que ahora, tras el aumento de operaciones contra el narcotráfico en Ecuador, en el puerto de Callao, en Perú, y en el puerto de Valparaíso, en Chile, hay un incremento de salida de droga. Sin embargo, aclara que el puerto de Guayaquil sigue siendo el más utilizado por las mafias del lado pacífico en América Latina.
“Hemos visto un incremento de mafias albaneses en Perú. Entonces quizás estamos viendo una migración hacia otros puertos. Eso no significa que Guayaquil va a dejar de ser una puerta de salida, ya que el tamaño de ese puerto y la cantidad de contenedores que salen significa que los albaneses y otros grupos extranjeros van a seguir comprando cocaína desde esa ciudad ecuatoriana”, dice Dalby.
La estrategia de Noboa
Sobre el presente de Ecuador y su guerra contra el narcotráfico, el investigador británico cree que el presidente Noboa no sabe muy bien su estrategia. Señala que durante la campaña presidencial, antes del asesinato del candidato Fernando Villavicencio, estaba entre los candidatos que mostraban una visión menos severa para enfrentar la crisis.
“Quería invertir en la policía comunitaria, quería invertir en oportunidades socioeconómicas y eso me pareció muy bien para un país con tantos niveles de violencia. Después empezó a cambiar un poco su estrategia, empezó hablar de megacárceles, de abrir barcos carcelarios en la costa de Ecuador y mandar ahí a los líderes criminales. Eso para mí abrió la puerta a una respuesta violenta por parte de las pandillas que veían una estrategia no muy clara”, dice.
Dalby señala que Noboa tiene muy poco tiempo para mostrar lo que puede hacer —su mandato presidencial es de 18 meses— . También cree que su política que él llama de mano dura es exactamente la misma que la del ex presidente Lasso y el presidente Moreno.
“Se enfocaron en transferir a líderes criminales a otras cárceles, abrir más cárceles y mandar el ejército a la calle. Muy bien, perfecto. Pero eso no cambió nada. Bajo Moreno no cambió nada y bajo Lasso tengo mis dudas. Y tengo mis dudas de que en el mediano plazo vaya a cambiar mucho bajo Noboa. Las pandillas están muy fuertes, tienen mucho dinero, pueden reclutar muchas personas y el negocio del narcotráfico crece en Ecuador. Yo entiendo por qué Noboa tiene que hacerlo, porque electoralmente él no podía evitar una respuesta armada a lo que pasó, sobre todo después del asesinato del fiscal y la fuga de Fito. Pero hemos visto en México, en Venezuela, en Brasil que la militarización del conflicto contra las pandillas no resuelve nada. A lo único que lleva ese tipo de políticas es a que se maten a más personas, pero no baja el nivel de violencia, no baja la cantidad de droga en el país”, finaliza.