Rafael Grossi advirtió ante al Consejo de Seguridad de la ONU que persisten los riesgos en la planta nuclear de Zaporizhzhia

Rafael Grossi habló ante el Consejo de Seguridad de la ONU
Rafael Grossi junto a António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas

El director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, informó al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) la situación de Ucrania y dijo que “si bien no ha ocurrido ningún accidente nuclear, los riesgos persisten”.

Las instalaciones nucleares en Ucrania enfrentan una situación “extremadamente frágil” ante el conflicto armado que ya alcanza casi dos años, indicó Grossi, quien instó al Consejo de Seguridad a seguir respaldando el mantenimiento de la seguridad nuclear y el cumplimiento de los acuerdos adoptados para evitar un desastre.

Luego indicó que la central nuclear de Zaporizhzhia, la cual ha estado bajo control operativo ruso durante la mayor parte del conflicto, tiene a sus trabajadores que operan en condiciones de presión psicológica alta y con un equipo reducido. Además, expresó preocupación por las ocho ocasiones en las que la central perdió toda energía externa, obligándola a depender de generadores diésel de emergencia.

Grossi recordó que, tras el inicio de la invasión rusa a Ucrania, elaboró “siete pilares indispensables” para garantizar la seguridad nuclear tecnológica y física durante un conflicto armado. Estos son, según describió:

  1. Se debe mantener la integridad física de las instalaciones, ya sean reactores, estanques de combustible o depósitos de desechos radiactivos.
  2. Todos los sistemas y equipos de seguridad deben estar completamente funcionales en todo momento.
  3. El personal operativo debe poder cumplir con sus deberes de seguridad y protección y tener la capacidad de tomar decisiones libres de presiones indebidas.
  4. Debe haber un suministro eléctrico externo seguro desde la red para todas las instalaciones nucleares.
  5. Debe haber cadenas de suministro logístico y transporte ininterrumpidos hacia y desde los sitios.
  6. Deben existir sistemas eficaces de vigilancia de la radiación dentro y fuera del sitio, y medidas de preparación y respuesta ante emergencias.
  7. Debe haber una comunicación confiable con el regulador y otros.

También describió cinco principios específicos con el objetivo de prevenir un accidente nuclear en Zaporizhzhia. Estos incluyen la prohibición de ataques armados contra la planta y el uso de sus instalaciones para almacenar armamento pesado.

La planta de Zaporizhzhia (REUTERS/Alexander Ermochenko/Archivo)
La planta de Zaporizhzhia (REUTERS/Alexander Ermochenko/Archivo) (ALEXANDER ERMOCHENKO/)

Aunque la planta no ha sido bombardeada durante un tiempo considerable, continúan importantes actividades militares en la región”, advirtió el director del OIEA.

Dijo que durante los casi dos años que lleva el conflicto, se han desplegado 102 misiones a Ucrania y se han destacado expertos del OIEA en las restantes instalaciones nucleares importantes del país. El personal internacional ha totalizado más de 3.600 días de presencia en el territorio, asegurando la supervisión y el asesoramiento necesario en materia de seguridad nuclear.

El organismo ha adquirido vehículos blindados y contratado personal de seguridad adicionales, gestionando su propia seguridad para las misiones, y ha coordinado un paquete de asistencia internacional valorado en más de 8,5 millones de euros, en el que se incluye apoyo psicológico para los trabajadores nucleares de Ucrania, así como asesoramiento y equipo para la gestión del impacto negativo derivado de la destrucción de la presa Kakhovka.

El titular del organismo destacó que el papel del OIEA en la supervisión de las condiciones de seguridad continúa siendo crucial para evitar “el peligro de un incidente nuclear catastrófico”.

La agencia, que ha mantenido al mundo informado con más de 200 comunicados y reportes, aseguró que “no ha habido ningún indicio de que no se estén respetando” los cinco principios estipulados para la seguridad de la planta de Zaporizhzhia. Esto se logra a pesar de los retos como la necesidad de líneas de energía externa seguras para el funcionamiento de los reactores nucleares ucranianos, que son cruciales para garantizar la seguridad de las operaciones nucleares, acotó.

Por último, subrayó que la “máxima moderación es imprescindible, por todos lados” y agradeció el apoyo continuo de los Estados miembros, así como su “oportuna, técnicamente sólida y objetiva” contribución de información que ayuda a mitigar los riesgos de desinformación y falta de información sobre la seguridad nuclear en Ucrania.