(Desde Montevideo, Uruguay) – Los precios en Uruguay apenas aumentaron en marzo y la inflación alcanzó un nuevo mínimo en 18 años. El Índice de Precios del Consumo (IPC) quedó estable, con una mínima suba del 0,02%, y acumuló en el año 3,8%, la cifra más baja desde agosto de 2005. Por décimo mes consecutivo, el indicador está dentro del rango que el Banco Central del Uruguay (BCU) estableció como meta (3%-6%).
El valor mensual estuvo muy por debajo de la mediana de expectativas (de 0,5%). Las principales incidencias en el aumento nulo de precios en el mes fue la variación mensual en alimentos y bebidas alcohólicas (-0,15%), vivienda (0,06%) y servicios de educación (0,07%), según la información divulgada este jueves por el Instituto Nacional de Estadística.
Un factor que incidió en este resultado fue la desvalorización del dólar de 1,8% en el mes, que permitió que los precios de los rubros transables –aquellos expuestos al mercado internacional– cayeran en marzo, interpretó la consultora Exante.
El primer objetivo que trazaron las autoridades monetarias del BCU al asumir fue llevar a la inflación a los niveles que entendían “adecuados para Uruguay”, explicó el presidente de la autoridad monetaria, Diego Labat, en una entrevista con La Diaria semanas atrás.
Para el funcionario, el principal logro es haber demostrado que en Uruguay “sí se puede” reducir el IPC. “Había un discurso predominante que sostenía que la inflación no se puede bajar en Uruguay porque es un país distinto. Y en realidad lo que está claro es que Uruguay es igual que los demás países, y aplicando la misma tecnología que utilizaron prácticamente la mayoría de los países de la región y de otras partes del mundo, desde Nueva Zelanda, Europa, Estados Unidos, Perú, Paraguay, Colombia, Chile, Brasil, mostramos que sí se puede”, celebró Labat.
Sus comentarios se dieron después de conocido el dato de febrero (4,7%), una cifra todavía alta en la comparación internacional. “Sobre todo demuestra que, si el día de mañana alguien quiere ir más abajo, es posible porque la tecnología está y lo que hay que hacer es aplicarla”, señaló.
Labat explicó que el manejo de la tasa de interés fue clave para lograr esta reducción. El presidente del BCU recordó que después de la pandemia, hubo una “fuerte” reacción de la autoridad monetaria al aumentar esta referencia hasta el 11,5%. Ahora, con mejores condiciones, el Central redujo la tasa de interés. “Pero si de nuevo hubiera presiones alcistas, volveríamos a tomar las medidas que corresponden”, aseguró.
Estos 10 meses consecutivos con la inflación dentro de la meta de las autoridades monetarias muestran que en Uruguay “quedó atrás la mal llamada zona de confort” de un IPC cercano al 8%, expresó el economista Ignacio Umpiérrez, integrante del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED). Para él, el gobierno que asuma en 2025 deberá “reforzar el rumbo” y establecer un rango meta “más ambicioso” y una reforma de la carga orgánica del BCU que le otorgue independencia a la autoridad monetaria.
El economista Aldo Lema, en tanto, opinó que Uruguay debería dejar de hablar de un “rango meta” y fijarse un objetivo puntual bajo que podría ser un 3%. Para llegar a esa cifra, se debería establecer primero un “rango de tolerancia” que luego “debería eliminarse tras algunos años de cumplimiento del objetivo central”, sugirió en la red social X.
El sector empresarial, en tanto, hace una valoración positiva de esta baja de la inflación en Uruguay, pero se queja de la cotización del dólar.
“Aplaudimos, valoramos y entendemos que es un camino que se debe seguir, pero indudablemente el tema del atraso cambiario es algo que preocupa mucho”, dijo el presidente de la Confederación de Cámaras Empresariales de Uruguay, Diego O’Neill.
El representante de los empresarios destacó la política del BCU de no intervenir en el mercado, pero sugirió que debería hacerlo cuando hay “distorsiones”.