(Desde Montevideo, Uruguay) – Los precios en Uruguay aumentaron un 0,63% en abril y la inflación en el país alcanzó un nuevo mínimo desde agosto de 2005. El Índice de Precios del Consumo (IPC) acumuló en el año 3,67%, el valor más bajo en 18 años (cuando fue 3,42%), según las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE). Fue el décimo primer mes que el indicador se ubicó dentro del rango que el Banco Central del Uruguay (BCU) estableció como meta (3%-6%).
El aumento de precios en abril, sin embargo, estuvo algo por encima a las expectativas del mercado, que preveían una suba de 0,43%, según la mediana de respuestas de la encuesta del BCU. En abril de 2023, en tanto, el aumento había sido de 0,75%.
A su vez, es el cuarto mes que hay una reducción de la inflación en el último año. Desde diciembre, este indicador ha bajado de forma consecutiva: en el último mes del año pasado fue de 5,11%; en enero, 5,09%; en febrero, 4,71%; en marzo, 3,8%.
Los rubros que tuvieron una mayor incidencia en este aumento del IPC fueron los alimentos y las bebidas alcohólicas (0,39%), ropa y calzado (0,05%), transporte (0,08%) y restaurantes y servicios de alojamiento (0,06%).
Hubo durante el mes una fuerte suba de las frutas y verduras (11,63%), un encarecimiento de los productos lácteos y huevos (1,32%) y de la carne (1,07%).
El informe de Política Monetaria del primer trimestre del BCU, consignado por El País, destaca que “al final del horizonte de política monetaria (en marzo de 2026) la proyección puntual de inflación se ubica en 5,6% interanual, dentro del rango meta” que se fijaron las autoridades. Según la trayectoria que prevé el organismo, el IPC estaría durante todo este período de 24 meses dentro de los valores establecidos como objetivo.
“La permanencia de la inflación en niveles dentro del rango meta se logra por parte de las acciones de política del Banco Central, que mantiene (en los 24 meses) una política monetaria en línea con su objetivo inflacionario”, destaca el informe. “Esto a su vez redunda progresivamente en menores expectativas de inflación, las que van incidiendo en el proceso de formación de precios, salarios y márgenes empresariales, proceso que se consolida en la segunda mitad del horizonte de política monetaria”, agrega.
La reducción de la inflación fue el primer objetivo que se trazaron las autoridades del BCU al asumir. Pretendían que el IPC estuviera dentro de los márgenes “adecuados para Uruguay”, como destacó tiempo atrás el presidente de la autoridad monetaria uruguaya, Diego Labat, entrevistado en La Diaria.
Para Labat, el principal logro de estas cifras es haber demostrado que en Uruguay “sí se puede” reducir la inflación, lo que rompe con un pensamiento dominante.
“Había un discurso dominante que sostenía que la inflación no se puede bajar en Uruguay porque es un país distinto. Y en realidad lo que está claro es que Uruguay es igual que los demás países, y aplicando la misma tecnología que utilizaron prácticamente la mayoría de los países de la región y de otras partes del mundo –desde Nueva Zelanda, Europa, Estados Unidos, Perú, Paraguay, Colombia, Chile, Brasil– mostramos que sí se puede”, celebró Labat.
El funcionario explicó que el manejo de la tasa de interés fue clave para lograr esta reducción y recordó que después de la pandemia hubo una fuerte reacción de la autoridad monetaria al aumentar esta referencia hasta 11,5%. Ahora, con mejores condiciones, el Central redujo la tasa de interés (hasta 8,5%). “Pero si de nuevo hubiera presiones alcistas, volveríamos a tomar las medidas que corresponden”, advirtió Labat.