La decisión de la RAI de cancelar el monólogo sobre la fiesta del 25 de abril, cuando se celebra la liberación de Italia del nazi-fascismo, del escritor Antonio Scurati, conocido por sus libros sobre el dictador fascista Benito Mussolini, desató un caso político en Italia y acusaciones de censura contra la televisión pública y el gobierno de Giorgia Meloni.
Scurati, escritor de libros como “M. El hijo del Siglo” iba a participar este sábado leyendo un monólogo dedicado a la fiesta de la Liberación en el programa ‘CheSarà’ del canal RAI3 pero la presentadora, Serena Bortone, anunció en sus redes que había sido cancelado.
El texto definía a Hermanos de Italia como un “grupo dirigente postfascista” y acusaba explícitamente al partido de la primera ministra Meloni de querer “reescribir la historia” y de despreciar la Resistencia y el antifascismo, pero el discurso fue cancelado sin explicaciones claras.
En un mensaje, Bordone explicó que se enteró “con consternación, y por pura casualidad, de que el contrato de Scurati había sido rescindido” sin “explicaciones plausibles”. Finalmente, tras la denuncia de lo sucedido y un día de polémica, la presentadora leyó en su programa el discurso, que mientras tanto se había sido ampliamente compartido en las redes sociales.
De hecho, el sábado por la tarde, Meloni había comentado el episodio dando a conocer la versión según la cual la RAI “simplemente se había negado a pagar 1.800 euros (el sueldo mensual de muchos empleados) por un minuto de monólogo”, y afirmando que no sabía cuál era la verdad. Meloni también compartió el texto completo del monólogo en su perfil de Facebook, escribiendo que “los que siempre han sido condenados al ostracismo y censurados por el servicio público nunca pedirán la censura de nadie”.
Por su parte, el director de contenido de la Rai, Paolo Corsini, explicó en una nota que la cancelación del monólogo se debía a un factor “económico y contractual, sobre los que se están realizando investigaciones debido a cifras superiores a las esperadas y otros aspectos promocionales. Más allá de estas meras cuestiones burocráticas”, precisó Corsini, “la posibilidad de que Scurati participe en el programa nunca ha sido cuestionada. Sin censura.”
No obstante, tanto Bortone como Scurati negaron categóricamente esta versión. Un comunicado interno de la RAI publicado por el diario La Repubblica parece confirmarlo: habla explícitamente de “razones editoriales” en referencia a la cancelación de la participación de Scurati.
Scurati habló este domingo de “ulterior agresión difamatoria” en referencia a la afirmación según la cual su intervención había sido cancelada por una cuestión de dinero. “Para conseguir enturbiar las aguas y ocultar la verdadera cuestión planteada por mi texto, un jefe de Gobierno, haciendo uso de todo su poder desmesurado, no duda en atacar personal y duramente con declaraciones denigrantes a un ciudadano privado y compatriota suyo, a un escritor traducido y leído en todo el mundo”, dijo Scurati, según el cual se trataba de violencia, “no física, por supuesto, pero violencia al fin y al cabo”.
Scurati es uno de los escritores italianos de mayor éxito, ganador del premio Strega en 2019 por “M. El hijo del Siglo” , la primera de una tetralogía de novelas históricas que está publicando sobre Benito Mussolini (le siguieron “M. El hombre de la providencia” y M. Gli ultimi giorni dell’Europa, mientras que el último volumen aún no se ha publicado). Su último libro es el ensayo “Fascismo y populismo: Mussolini hoy” y ha sido publicado por Bompiani, la misma editorial que sus otros libros.
El monólogo cancelado
El monólogo que Scurati quería leer en RAI3 comienza con un recuerdo del asesinato del diputado socialista Giacomo Matteotti y de varias masacres nazi-fascistas, las de Fosas Ardeatinas, Sant’Anna di Stazzema y Marzabotto, para continuar con una acusación explícita al Gobierno de derecha de Meloni:
“Estos dos lúgubres aniversarios concomitantes -primavera del 24, primavera del 44- proclaman que el fascismo fue durante toda su existencia histórica -no sólo al final u ocasionalmente- un fenómeno irredimible de violencia política asesina y masacradora sistemática. ¿Lo reconocerán de una vez los herederos de esa historia?
Todo indica, por desgracia, que no lo harán. El grupo gobernante posfascista, tras haber ganado las elecciones en octubre de 2022, tenía dos caminos ante sí: repudiar su pasado neofascista o intentar reescribir la historia. Sin duda, tomó el segundo camino.
Tras haber evitado el tema en la campaña electoral, la Primera Ministra, cuando se ha visto obligada a abordarlo por los aniversarios históricos, se ha mantenido obstinadamente en la línea ideológica de su cultura neofascista de origen: se ha distanciado de los indefendibles actos atroces de crueldad perpetrados por el régimen (la persecución de los judíos) sin repudiar nunca la experiencia fascista en su conjunto; ha culpado únicamente a los nazis de las masacres perpetradas con la complicidad de los republicanos fascistas; por último, ha renegado del papel fundamental de la Resistencia en el renacimiento italiano (hasta el punto de no mencionar nunca la palabra “antifascismo” con ocasión del 25 de abril de 2023).
Mientras hablo, estamos de nuevo en vísperas del aniversario de la Liberación del nazi-fascismo. La palabra que la Primera Ministra se negó a pronunciar seguirá palpitando en los labios agradecidos de todos los demócratas sinceros, ya sean de izquierdas, de centro o de derechas. Mientras esa palabra –antifascismo– no sea pronunciada por quienes nos gobiernan, el espectro del fascismo seguirá rondando la casa de la democracia italiana”.
Acusaciones de censura
La decisión de cancelar la participación de Scurati fue calificada de “censura” por parte de los partidos de la oposición que volvieron a condenar lo que consideran la intención del Gobierno ultraderechista de controlar la televisión pública y sus contenidos.
“Esta Rai ya no es un servicio público, la están convirtiendo en el megáfono del gobierno”, comentó la líder del Partido Democrático (PD) Elly Schlein. “Fue una verdadera censura, a la que siguió un ataque de la derecha, del partido de Giorgia Meloni y, entre líneas, también de la propia Giorgia Meloni. Violencia, como la definió Scurati”, agregó.
El secretario del partido de centro liberal Azione, Carlo Calenda: observó: “Eliminar la intervención de un gran escritor por razones políticas es inaceptable, indigno. Esto sucede en Rusia y no puede suceder en un país europeo. Lamentablemente, todos esperamos una disculpa y la restauración inmediata del monólogo cancelado”.
Para el sindicato de periodistas de la Rai, Usigrai, se trata de una medida para “silenciar a los intelectuales que no son bienvenidos por quienes gobiernan”.
Hermanos de Italia, el partido de Meloni, también pidió explicaciones a la RAI, pero sobre la remuneración de Scurati, considerada excesiva. “El 25 de abril debe celebrarse sin facturar: la libertad no tiene precio”, dijo Maurizio Gasparri, líder del partido en el Senado.
Varios intelectuales y escritores también expresaron solidaridad a Scurati y criticaron la decisión de la RAI.
“¿Qué se esperaban?”, comentó Roberto Saviano, cuyo programa, crítico hacia las políticas de Meloni, también fue cancelado hace un año por la RAI. “Lo que está ocurriendo es que palmo a palmo, metro a metro están controlando todo. Porque este gobierno sólo se basa en el silencio y la propaganda”.